Óscar Iván Zuluaga: ¿sin obstáculos para ser el candidato del uribismo?
Congresistas del Centro Democrático afirman que, contrario a lo dicho en medios, no se harán a un lado para que Zuluaga sea el aspirante único a la Presidencia. Así está el tablero en el partido.
El pasado 7 julio se movieron los vientos judiciales: la Fiscalía de Francisco Barbosa archivó la investigación contra David Zuluaga, hijo del excandidato uribista Óscar Iván Zuluaga y gerente de esa campaña presidencial de 2014, por presunta infiltración en el proceso de paz en Cuba (conocido como el caso del hacker Sepúlveda). La decisión fue acogida por Zuluaga y el universo uribista, no solo porque limpiaba el nombre de su familia, sino por el impacto político que generó: archivado el proceso, queda la puerta abierta para su salto a la carrera presidencial de 2022, cosa que aún no ha oficializado.
(Lea: Se le abre el camino a Óscar Iván Zuluaga para aspirar a la Presidencia)
Apenas se conoció la noticia, algunos medios registraron que la marea se movía a favor de Zuluaga. Esto porque varios congresistas con fuerza en el Centro Democrático insistieron en que el momento del caldense para ser el aspirante único del uribismo para conquistar votos había llegado. Incluso, W Radio registró que contradictores de Zuluaga dentro del partido, como lo han sido los senadores Ernesto Macías y José Obdulio Gaviria, estaban de acuerdo con que él fuese el precandidato de la colectividad por haber ganado la primera vuelta en la contienda contra Santos y haber representado en ella a más de siete millones de personas.
Así lo confirmó Gaviria a este diario: “Este es un nuevo hecho político, y no es menor. Él podría presentar su nombre y la oferta se podría considerar seriamente. El partido puede pensar la posibilidad de que Óscar Iván asuma esa precandidatura y se le otorguen facultades de dirección política y la presidencia del partido”, dijo el antioqueño, algo con lo que concuerda la sincelejana María del Rosario Guerra y otros legisladores del ala zuluaguista. Gaviria también dejó sobre la mesa su propuesta: que la precandidatura de Zuluaga anime y se pacte una “gran alianza para una consulta interpartidista para las elecciones a Congreso”.
(Lea también: Jennifer Arias, la ficha del Centro Democrático para la presidencia de la Cámara)
No obstante, según seis militantes del uribismo consultados por El Espectador, la idea de que los demás precandidatos presidenciales declinen su aspiración por los deseos de Zuluaga no tiene fundamento real y se cae por su propio peso, a pesar de que para algunas personas sea más que obvio que la colectividad debería inclinarse por el exministro. Así lo dijo, por ejemplo, María Fernanda Cabal. Desde que se hizo público su deseo de llegar a la Presidencia, Cabal ha sido una de las precandidatas más activas en medios, recorriendo el país y reuniéndose con grupos de empresarios.
Aunque Cabal expresó que fue ella quien hace aproximadamente tres meses lanzó el nombre de Zuluaga como ficha clave en las elecciones de 2022, también fue clara en decir que el aterrizaje del político a la contienda no será a cambio del destierro de los demás aspirantes. “Tuvo siete millones de votos y finalmente tiene la legitimidad para reivindicar su calidad de candidato porque lo robaron. Ahora, los sucesos no son siempre como uno quisiera. En este momento creo que tenemos que seguir expresando nuestras ideas y nuestro conocimiento sobre el país y que sea la misma gente quien tome la decisión”, afirmó.
En esa misma sintonía se encuentra Édward Rodríguez, representante a la Cámara y uno de los siete precandidatos del Centro Democrático. Si bien Rodríguez se alegra de la decisión de la Fiscalía y le dio la bienvenida a Zuluaga a la carrera presidencial, aseguró que en su partido existe la dedocracia y, por tanto, el caldense tendrá que dar la batalla ideológica con los demás si quiere ser presidente. “La escogencia de los candidatos presidenciales debe ser un proceso democrático, y creo que ese mecanismo se pondrá en marcha después de agosto. Será entonces un candidato más de la colectividad y aquí es ganando el corazón de la ciudadanía, no con candidaturas antiguas”, expresó.
(Conozca: ¿Crisis o exceso de liderazgos?: la baraja de precandidatos presidenciales del uribismo)
Rodríguez fue enfático: “En ningún momento voy a renunciar a mi candidatura para cederla a Óscar Iván Zuluaga, salvo que exista un proceso democrático y él me gane”. Asimismo, resaltó que dista de varias posturas y propuestas. “No estoy de acuerdo con que el candidato a la Presidencia asuma la dirección política del partido. He propuesto a Ernesto Macías como director del partido. Zuluaga representa al sector de María Fernanda Cabal, de Paloma Valencia, el sector radical del partido, y esta colectividad tiene que escuchar nuevas visiones para estar vigente. Yo represento la lucha social del Centro Democrático. Creo que ya pasó el tema de la seguridad democrática, la confianza inversionista. Ahora se viene lo social”, fue su consigna.
Ese escenario sitúa a Zuluaga no como el ungido del uribismo, sino como uno más con ganas de sentarse en Palacio. Y esto pasa, también, porque, aunque el uribismo y el propio expresidente Uribe han metido el acelerador para pensar en las elecciones (con su frase “ojo con el 2022”), la realidad es que aún no hay una discusión importante dentro de la organización. “Las precandidaturas han nacido del seno de los congresistas, son ellos los que quieren aspirar o quieren que lo haga Zuluaga, pero esa discusión en el partido no se ha dado. La candidatura de Zuluaga se viene cocinando desde hace mucho. Él ha venido trabajando con sus congresistas y son ellos los que lo están moviendo, pero el tema aún está crudo”, señaló un parlamentario que pidió no ser nombrado.
(Más: “Candidatitis” presidencial: ¿por qué hay tantos?)
Esa idea también la expuso una persona muy cercana a la dirección del partido y recordó que, en los pasados comicios, septiembre fue el mes para poner el ojo en las reglas, resoluciones y requisitos para entregar avales y decidir el mecanismo para elegir al candidato único. Este año no será diferente. Por eso, el ruido sobre los precandidatos es apenas un paso para medir el aceite en la opinión pública. Sin embargo, desde ya en esa alta esfera del partido confirmaron que ningún precandidato va a ceder por Zuluaga. “Nosotros estamos apenas haciendo un balance de lo legislativo. Si nos ponemos a hablar de los candidatos, nadie le pone cuidado al balance. Ahora, todos piensan lo mismo sobre las condiciones de Óscar Iván, que es honorable y tiene todo para lanzarse, pero les preguntamos si estarían dispuestos a quitarse por él y dijeron que no. Eso sí, piden que diga si se va a meter en la carrera o no”, sostuvo.
El pasado 7 julio se movieron los vientos judiciales: la Fiscalía de Francisco Barbosa archivó la investigación contra David Zuluaga, hijo del excandidato uribista Óscar Iván Zuluaga y gerente de esa campaña presidencial de 2014, por presunta infiltración en el proceso de paz en Cuba (conocido como el caso del hacker Sepúlveda). La decisión fue acogida por Zuluaga y el universo uribista, no solo porque limpiaba el nombre de su familia, sino por el impacto político que generó: archivado el proceso, queda la puerta abierta para su salto a la carrera presidencial de 2022, cosa que aún no ha oficializado.
(Lea: Se le abre el camino a Óscar Iván Zuluaga para aspirar a la Presidencia)
Apenas se conoció la noticia, algunos medios registraron que la marea se movía a favor de Zuluaga. Esto porque varios congresistas con fuerza en el Centro Democrático insistieron en que el momento del caldense para ser el aspirante único del uribismo para conquistar votos había llegado. Incluso, W Radio registró que contradictores de Zuluaga dentro del partido, como lo han sido los senadores Ernesto Macías y José Obdulio Gaviria, estaban de acuerdo con que él fuese el precandidato de la colectividad por haber ganado la primera vuelta en la contienda contra Santos y haber representado en ella a más de siete millones de personas.
Así lo confirmó Gaviria a este diario: “Este es un nuevo hecho político, y no es menor. Él podría presentar su nombre y la oferta se podría considerar seriamente. El partido puede pensar la posibilidad de que Óscar Iván asuma esa precandidatura y se le otorguen facultades de dirección política y la presidencia del partido”, dijo el antioqueño, algo con lo que concuerda la sincelejana María del Rosario Guerra y otros legisladores del ala zuluaguista. Gaviria también dejó sobre la mesa su propuesta: que la precandidatura de Zuluaga anime y se pacte una “gran alianza para una consulta interpartidista para las elecciones a Congreso”.
(Lea también: Jennifer Arias, la ficha del Centro Democrático para la presidencia de la Cámara)
No obstante, según seis militantes del uribismo consultados por El Espectador, la idea de que los demás precandidatos presidenciales declinen su aspiración por los deseos de Zuluaga no tiene fundamento real y se cae por su propio peso, a pesar de que para algunas personas sea más que obvio que la colectividad debería inclinarse por el exministro. Así lo dijo, por ejemplo, María Fernanda Cabal. Desde que se hizo público su deseo de llegar a la Presidencia, Cabal ha sido una de las precandidatas más activas en medios, recorriendo el país y reuniéndose con grupos de empresarios.
Aunque Cabal expresó que fue ella quien hace aproximadamente tres meses lanzó el nombre de Zuluaga como ficha clave en las elecciones de 2022, también fue clara en decir que el aterrizaje del político a la contienda no será a cambio del destierro de los demás aspirantes. “Tuvo siete millones de votos y finalmente tiene la legitimidad para reivindicar su calidad de candidato porque lo robaron. Ahora, los sucesos no son siempre como uno quisiera. En este momento creo que tenemos que seguir expresando nuestras ideas y nuestro conocimiento sobre el país y que sea la misma gente quien tome la decisión”, afirmó.
En esa misma sintonía se encuentra Édward Rodríguez, representante a la Cámara y uno de los siete precandidatos del Centro Democrático. Si bien Rodríguez se alegra de la decisión de la Fiscalía y le dio la bienvenida a Zuluaga a la carrera presidencial, aseguró que en su partido existe la dedocracia y, por tanto, el caldense tendrá que dar la batalla ideológica con los demás si quiere ser presidente. “La escogencia de los candidatos presidenciales debe ser un proceso democrático, y creo que ese mecanismo se pondrá en marcha después de agosto. Será entonces un candidato más de la colectividad y aquí es ganando el corazón de la ciudadanía, no con candidaturas antiguas”, expresó.
(Conozca: ¿Crisis o exceso de liderazgos?: la baraja de precandidatos presidenciales del uribismo)
Rodríguez fue enfático: “En ningún momento voy a renunciar a mi candidatura para cederla a Óscar Iván Zuluaga, salvo que exista un proceso democrático y él me gane”. Asimismo, resaltó que dista de varias posturas y propuestas. “No estoy de acuerdo con que el candidato a la Presidencia asuma la dirección política del partido. He propuesto a Ernesto Macías como director del partido. Zuluaga representa al sector de María Fernanda Cabal, de Paloma Valencia, el sector radical del partido, y esta colectividad tiene que escuchar nuevas visiones para estar vigente. Yo represento la lucha social del Centro Democrático. Creo que ya pasó el tema de la seguridad democrática, la confianza inversionista. Ahora se viene lo social”, fue su consigna.
Ese escenario sitúa a Zuluaga no como el ungido del uribismo, sino como uno más con ganas de sentarse en Palacio. Y esto pasa, también, porque, aunque el uribismo y el propio expresidente Uribe han metido el acelerador para pensar en las elecciones (con su frase “ojo con el 2022”), la realidad es que aún no hay una discusión importante dentro de la organización. “Las precandidaturas han nacido del seno de los congresistas, son ellos los que quieren aspirar o quieren que lo haga Zuluaga, pero esa discusión en el partido no se ha dado. La candidatura de Zuluaga se viene cocinando desde hace mucho. Él ha venido trabajando con sus congresistas y son ellos los que lo están moviendo, pero el tema aún está crudo”, señaló un parlamentario que pidió no ser nombrado.
(Más: “Candidatitis” presidencial: ¿por qué hay tantos?)
Esa idea también la expuso una persona muy cercana a la dirección del partido y recordó que, en los pasados comicios, septiembre fue el mes para poner el ojo en las reglas, resoluciones y requisitos para entregar avales y decidir el mecanismo para elegir al candidato único. Este año no será diferente. Por eso, el ruido sobre los precandidatos es apenas un paso para medir el aceite en la opinión pública. Sin embargo, desde ya en esa alta esfera del partido confirmaron que ningún precandidato va a ceder por Zuluaga. “Nosotros estamos apenas haciendo un balance de lo legislativo. Si nos ponemos a hablar de los candidatos, nadie le pone cuidado al balance. Ahora, todos piensan lo mismo sobre las condiciones de Óscar Iván, que es honorable y tiene todo para lanzarse, pero les preguntamos si estarían dispuestos a quitarse por él y dijeron que no. Eso sí, piden que diga si se va a meter en la carrera o no”, sostuvo.