Una “voluntad gaseosa” frena la unión de la izquierda de Petro en un partido único

La posibilidad de un partido único que naciera del Pacto Histórico volvió a poner a prueba la unidad de la coalición que permitió que la izquierda pudiera obtener 49 curules en el Congreso en las elecciones del 2022, asegurando un número no poco envidiable en comparación con partidos tradicionales como el Conservador y el Liberal, y que logró que el primer presidente de izquierda, Gustavo Petro, ascendiera al poder. De los 13 partidos que lo integran, sin embargo, solo hay una “voluntad gaseosa”, como se escucha en los pasillos del Congreso, para formalizar esa propuesta.

La posibilidad de un partido único que naciera del Pacto Histórico volvió a poner a prueba la unidad de la coalición que permitió que la izquierda pudiera obtener 49 curules en el Congreso en las elecciones del 2022, asegurando un número no poco envidiable en comparación con partidos tradicionales como el Conservador y el Liberal, y que logró que el primer presidente de izquierda, Gustavo Petro, ascendiera al poder. De los 13 partidos que lo integran, sin embargo, solo hay una “voluntad gaseosa”, como se escucha en los pasillos del Congreso, para formalizar esa propuesta.

“Yo creo que todo el espectro progresista y una amplia alianza democrática debe converger en un cuerpo político. ¿Cuál sería? Si se trata de un frente, de una coalición, o un partido, tenemos que discutirlo”, aseguró el senador Iván Cepeda.

Un partido único no es tan llamativo para algunas colectividades, que lo piensan dos veces antes de abandonar su historia y su estructura ideológica para lanzarse de cabeza con otra agrupación, como la Unión Patriótica, el Partido Comunista y el Partido del Trabajo de Colombia. Más que una fusión, estarían buscando seguir un proceso similar al del 2022, formando otra coalición o agrupando esfuerzos. Bajo esa idea fue que se concretó en la reunión de la bancada de este lunes que se harían dos tipos de seminarios que permitieran seguir construyendo un proyecto político que se pudiera fortalecer en los próximos dos años.

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“Toda la bancada se manifestó a favor de que el Pacto, que es una coalición de varios partidos, dé un salto cualitativo y cuantitativo y ojalá logre concretar una ruta para transformar en una organización unitaria. El presidente habló de un partido único, nosotros no hablamos propiamente de un partido único, sino de una organización unitaria. Eso no lo podemos hacer solamente los congresistas, por eso vamos a hacer un seminario porque esto hay que concretarlo con los partidos”, afirmó el representante Gabriel Becerra, uno de los fundadores del Pacto.

El primero sería para reuniones de la bancada del Pacto Histórico con los movimientos sociales, como la Central Unitaria de Trabajo y organizaciones estudiantiles, con el fin de desarrollar una identidad propia de la coalición. El segundo sí estaría destinado a seguir construyendo la idea del proyecto político de cara a las elecciones del 2026, aunque este punto sigue a la espera de otros eventos previos, como las reuniones de los propios partidos, como la asamblea nacional de Colombia Humana, el congreso de la Unión Patriótica y del Polo Democrático, donde se tomarán las decisiones sobre un posible partido único.

Una de las principales razones por las que la balanza se inclinaría hacia un partido es la misma ley, que no permitiría que una coalición que cuenta con más del 15 % de las curules en Congreso pueda volver a lanzarse bajo la misma figura.

Por ahora, hay al menos tres peticiones que hacen los partidos para poder conformar uno unitario. El primero, unos estatutos claros que garanticen la participación de las diversas corrientes que hacen parte del Pacto Histórico actualmente. El segundo, la construcción de un mecanismo democrático que permita la elección de sus candidatos, aunque sería de carácter cerrado para proteger los votos de las agrupaciones. El último, unas directivas que acuerden un mecanismo de transición para aquellos partidos que deseen sumarse.

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Otros movimientos, sin embargo, ya se bajaron del bus. Específicamente, el Movimiento Alternativo Indígena y Social, cuya líder, la senadora Martha Peralta, ya había dicho a inicios de este año que no era viable para la agrupación, que había sido creada bajo la “Circunscripción Especial Indígena con base en la Constitución del 91″. Otros integrantes de ese partido sí estarían apoyando la formación de un partido único: María José Pizarro y David Racero, los líderes tanto en Senado como en Cámara del proyecto político del “gobierno del cambio”, y quienes estaban impulsando el proyecto que reviviera el transfugismo— que se hundió en el Legislativo— para salir del MAIS sin perder su curul.

Las agrupaciones que se encuentran en el Congreso no serían las únicas interesadas en fusionar varios movimientos a favor de una representatividad única de la izquierda en el 2026. A la espera estarían también Independientes, el partido del exalcalde de Medellín Daniel Quintero Calle y Fuerza Ciudadana, del exgobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, que perdieron su personería jurídica y están más que dispuestos a presentar candidatos propios para las elecciones presidenciales. También La Fuerza de la Paz, de Roy Barreras, quien salió del Congreso por doble militancia y es ahora embajador de Colombia en Reino Unido, y también está buscando una candidatura para los próximos comicios y que sí cuenta con una personería propia.

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Pero ahí no acabaría la propuesta que hizo el mismo mandatario, quien a finales de 2023 ya había hablado de un “frente amplio”, al que se sumaran sectores liberales y verdes más alineados con el proyecto del progresismo. Estos dos movimientos, que el mismo ministro del Interior delineó como esenciales para esta legislatura, han sido clave para las votaciones de las reformas, además con una fragmentación en sus propias bancadas por votos en contra y a favor del Gobierno.

Con miras a añadir más agrupaciones a sus filas, algunas colectividades que integran el Pacto se han negado a comentar sobre esta posibilidad y sostienen que será un proceso que se seguirá construyendo. El tiempo, no obstante, se agota. Esta legislatura será la última antes de que comiencen las campañas políticas de quienes buscan la reelección en el Congreso y tendrán que decidir si se quedarán en sus partidos o si se lanzan por otra colectividad. Además, el mismo mandatario se adelantó a los próximos dos años y desde ya busca un posible sucesor entre sus filas, en medio de llamados por una posible constituyente que llevara a la reelección, que Petro ha negado.

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