Amenaza de división forzó primera movida del petrismo para unificarse de cara al 2026

Aunque aún falta poco más de año y medio para el primer banderazo de las elecciones legislativas y presidenciales de 2026, las fuerzas que respaldan al presidente Gustavo Petro y que buscan darle continuidad al “gobierno del cambio” podrían jugarse su futuro en los próximos 30 días. De acuerdo con varios congresistas de la bancada oficialista, el próximo 13 de diciembre un primer grupo destapará sus cartas para responder al llamado que les hizo el mandatario de llegar a los próximos comicios con un solo partido que reúna al progresismo.

Aunque aún falta poco más de año y medio para el primer banderazo de las elecciones legislativas y presidenciales de 2026, las fuerzas que respaldan al presidente Gustavo Petro y que buscan darle continuidad al “gobierno del cambio” podrían jugarse su futuro en los próximos 30 días. De acuerdo con varios congresistas de la bancada oficialista, el próximo 13 de diciembre un primer grupo destapará sus cartas para responder al llamado que les hizo el mandatario de llegar a los próximos comicios con un solo partido que reúna al progresismo.

El Espectador conoció los pormenores de los últimos encuentros que congresistas y directivos de la coalición han tenido en Bogotá y otras regiones para explorar sus opciones de unidad. Las trabas en el trámite del proyecto que reviviría el transfuguismo —con el cual podrían cambiar de partido y moverse libremente en 2026—, así como el creciente ruido de fuego amigo en el Capitolio y la Casa de Nariño, fueron los dos factores que los empujaron a acelerar el proceso.

Colombia Humana, el Polo Democrático, la Unión Patriótica (UP) y el Partido Comunista de Colombia serán los primeros en dar el salto. Senadores y representantes de esos partidos le confirmaron a este diario que ya resolvieron disolver sus personerías jurídicas y que, desde hace algunas semanas, tienen a varias de sus fichas trabajando en los borradores de estatutos y detalles organizativos del nuevo partido. De hecho, varios señalaron que el nombre que más les suena a todos es “Movimiento Político Pacto Histórico”.

“Tendremos muchas tendencias, pero cada una quedará reflejada en los estatutos. Las reglas serán claras”, dijo un senador del Pacto Histórico, que calificó la fórmula como una suerte de híbrido, “muy a la colombiana”, entre el Morena de México y el Frente Amplio de Uruguay, que han logrado victorias consecutivas en las presidenciales de dichos países.

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En esta facción no entraría el Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), que tiene atomizadas sus direcciones regionales, las cuales incluso han suscrito alianzas con sectores de centroderecha y, además, quieren mantener la identidad de un partido que representa a varias comunidades indígenas.

En las reuniones de bancadas, sin embargo, ya se planteó una opción que podría abrir la puerta para que figuras como María José Pizarro, David Racero y Heráclito Landinez abandonen esa colectividad y se sumen al partido unitario. Se trata de una escisión formal de la que saldrá una nueva personería jurídica que existiría durante pocos meses y la cual empezará a discutirse desde este fin de semana. Algunas fuentes en el interior del partido incluso no descartan una movida de la senadora Martha Peralta.

En este sector aseguran que ellos reúnen a casi el 90 % de los congresistas del Pacto Histórico y que su propuesta es la que más le suena al presidente Gustavo Petro. Pero también reconocen que falta mucho por definir, incluidas las reglas para conformar listas al Congreso y el mecanismo para elegir un candidato único, temas que generarán una dura confrontación con al menos dos bandos más del Gobierno.

¿Por qué no avanza la unidad del Pacto Histórico de Petro?

En ese primer grupo de Colombia Humana, el Polo, la UP y el Partido Comunista Colombiano parece haber consenso en que la ruta a seguir, una vez presenten su partido en diciembre, conduce a unas elecciones primarias, en junio o septiembre de 2025, para definir el orden de las listas a Senado y Cámara. Por esos mismos días, además, se llevaría a cabo una encuesta interna para definir el nombre del candidato presidencial, que saldría, según dicen, de figuras como María José Pizarro, Carolina Corcho o ministros como Guillermo Jaramillo y Susana Muhamad, entre otros. Los ministros que no logren la victoria en la consulta reforzarían las listas del Pacto al Congreso

Hasta aquí el panorama parece favorable para las apuestas del petrismo, pero en la ecuación hacen falta dos sectores más que no están completamente de acuerdo con esas reglas. En el primer grupo estarían quienes reúnen a las bases sindicales del oficialismo, como el Partido del Trabajo de Colombia (PTC), muy unido a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). También entran los sectores afines a la senadora Clara López, Fecode, Comunes e incluso se ha planteado un acercamiento con las fichas de Carlos Caicedo y su Fuerza Ciudadana.

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A todos ellos los une la incertidumbre sobre si tendrán o no la representación que quieren en las listas y en general en los gobiernos. “Vamos con freno de mano, porque no sabemos en qué momento serán capaces de sacar el esfero”, dijo una congresista de la bancada, para explicar por qué ese conjunto de fuerzas aún no se la ha jugado por el partido unitario.

Por último, está la facción de centro, en la que están fichas del santismo, el liberalismo, La U, los verdes y hasta uno que otro conservador. Para los dos grupos anteriores, lo más probable es que ellos armen “rancho aparte” y luego, eventualmente, se sumen a la consulta de centroizquierda con un candidato que deberán elegir, como ellos prefieran, entre nombres como los de Luis Gilberto Murillo, Roy Barreras, Juan Fernando Cristo, entre otros.

Desde la Casa de Nariño, donde siguen de cerca las reuniones de los partidos, aseguran que la idea sí le gusta a Petro, pero que no lo convence ese último punto. Fuentes de la Casa de Nariño insisten en que el jefe de Estado, además de la consulta que definiría a su candidato presidencial y fórmula vicepresidencial, espera que se construya una sola lista que garantice mayorías en el Congreso para el periodo 2026-2030.

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Así mismo, en la bancada hay voces que, si bien celebran las primeras movidas de cara a la unidad, alertan que el ritmo es insuficiente para consolidar una apuesta política en un año y medio. “Yo creo que están dispuestos, pero no han hecho lo suficiente para favorecer al Pacto Histórico. Estamos atentos a la capacidad de los dirigentes de los partidos de ser superiores a sus intereses particulares. Vamos a un buen camino, pero muy lentos”, dijo el representante Heráclito Landinez.

Las discusiones ya están sobre la mesa y seguramente serán más intensas cuando en 2025 empiece a crecer la lista de nombres que buscan llegar al Congreso en las toldas del petrismo. Incluso los actuales congresistas señalan que la mayoría de ellos buscarán la reelección, lo que sumado a una docena de funcionarios del Ejecutivo que quieren dar el salto y a otra de nuevos líderes que llevan varios años pidiendo pista, deja una lista previa de al menos 50 nombres con opciones que se pelearán, sin cuartel, los primeros 20 puestos.

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