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El reciente informe de la Misión de Observación Electoral (MOE), sobre los grupos significativos de ciudadanos, determinó que la inscripción de estos para las elecciones de 2022 sigue en aumento, aunque 2018 fue el año en el que el porcentaje de crecimiento fue mucho mayor.
En 2010 y 2014, apenas se inscribió un grupo significativo de ciudadanos al Senado, mientras que en 2018 fueron 55, un crecimiento del 5400%. Para este 2022, los grupos inscritos son 63%, un crecimiento del 14.5% de la elección pasada.
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En 2010 para la Cámara de Representantes se inscribieron tres grupos significativos; en 2014 fueron 28, un crecimiento del 833%; en 2018 se presentaron 117, un aumento del 318% con relación a la elección anterior; y para 2022 serán 169 grupos, lo que representa un incremento del 44.4% con base en 2018.
No todos los grupos inscritos para este año son respaldando una lista o una candidatura al Congreso. De los 232 inscritos entre Senado y Cámara, 80 tienen como objetivo promover el voto en blanco. La inscripción de organizaciones para este propósito también ha venido creciendo desde la elección pasada.
Los meses que más hubo inscripción de grupos fue en septiembre, luego en mayo, cuando la ciudadanía se tornó a las calles. “(El número de inscripciones en este mes) posiblemente se debió al descontento generalizado durante la ola de protestas que vivió el país y fomentó la inscripción de grupos significativos de ciudadanos que pudieran participar por fuera de los partidos políticos tradicionales”.
Sobre el comportamiento regional, Cundinamarca es el departamento donde más hubo inscripción de grupos significativos, con 43, seguido de Valle del Cauca con 17 registros y Antioquia con 15. Pero también, hubo inscripciones por parte de los colombianos en el exterior en Milán (Italia), París, Los Ángeles, Nueva York, Houston, y Montreal y Ottawa (Canadá).
Para Presidencia, desde el 29 de mayo hasta el 17 de diciembre, se presentaron 45 grupos significativos de ciudadanos, que ya se encuentran recogiendo firmas que avalen su candidatura. Para este caso, deben entregar más de 508.000 firmas a la Registraduría.
“Dicho número representa un incremento del 160% y el 89% del total registrado para las elecciones del 2014 y 2018, respectivamente faltando un poco más de un mes para la presentación de firmas ante a Registraduría. Esta situación permite evidenciar que para este proceso ya se superó el total de grupos significativos de ciudadanos inscritos en 2014 y podría superarse el total de grupos significativos en 2018. Para el mismo período de tiempo en 2017 se tenían 40 comités registrados”, explicó la MOE.
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Así como hay precandidatos muy conocidos avalados por grupos significativos, como el senador Roy Barreras (La fuerza de la paz), Juan Carlos Echeverry (Vamos pa’lante con Echeverry) y Enrique Peñalosa (Colombia posible), hay otros que poco se sabe de ellos como Rafael Augusto Capacho, del Movimiento Republicano Patriota, y Álvaro López Restrepo, de Por la purga.
Además de civiles candidatos, hay exmilitares que también le apuestan a la Presidencia, como Hernán Mejía, quien está vinculado al macrocaso de la JEP sobre falsos positivos, y Carlos Alfonso Velásquez Romero, excoronel y profesor de la Universidad de la Sabana.
Como son tantos grupos significativos, la MOE expresó su preocupación de las posibles alianzas que puedan surgir entre estos con partidos políticos, situación que desdibujaría la razón de ser de estas organizaciones que no sienten ninguna afinidad ni cercanía con las colectividades con personería jurídica. “Es necesario hacer un seguimiento (para evitar que esta figura) pueda ser tergiversada y solo sea (usada en) un escenario previo que funciona como la extensión de la campaña electoral formal. En ese sentido, instamos a las autoridades electorales a tener medidas de control y vigilancia robustas con el fin de que el proceso de recolección de apoyos y el registro de comités de grupos significativos de ciudadanos no se convierta en un tránsito inescrutble de recursos”, insiste la MOE.
Otro elemento para tener en cuenta que suma la organización electoral es los efectos de la pandemia en la recolección de firmas, “dado que puede afectar la disposición de las personas a ser abordadas por quienes se encargan de este proceso”. El llamado de la MOE es a que los encargados de este proceso cumplan con todos los protocolos de bioseguridad para la contención del COVID-19.
Así mismo, la MOE también pone la alerta sobre la participación política de las mujeres. De 45 aspirantes por firmas, solo seis son mujeres, representando apenas el 13.3%. “Por lo que resulta importante estar atentos a si este panorama cambia hacia uno más representativo y de mayor visibilidad de los liderazgos femeninos”, apuntó.
Sobre el tema de la financiación, la MOE recordó que los grupos significativos de ciudadanos tendrán que presentar el consolidado general de ingresos y gastos acumulados. De lo que ha analizado la organización, precisó que, hasta el 20 de noviembre, solo 13 grupos han reportado información.
El 47% de los ingresos de los 13 grupos que han reportado proviene de recursos propios, las contribuciones representan un 48%, ayudas en especie 4% y créditos del sector financiero 1%. En las campañas de Rodolfo Hernández, Roy Barreras y Miguel Ceballos ellos son sus principales financiadores.
“La normatividad no es clara sobre el origen, monto y destinación de la financiación y la rendición de cuentas de los grupos significativos de ciudadanos durante la etapa previa a la campaña electoral”, precisó por otro lado la MOE.
En el caso de los grupos significativos en el Congreso, la MOE comentó que no encontraron información en Cuentas Claras de ninguno de los inscritos. “No contar con información sobre cómo se han venido financiado a los grupos constituidos para las elecciones de Congreso afecta la transparencia y limita el control en cabeza del Consejo Nacional Electoral y de organizaciones de la sociedad civil”.
Según la ley, “los grupos significativos de ciudadanos no suponen una organización permanente, sino la simple coyuntura de postular listas y candidatos en un determinado certamen electoral”. Estos nacieron para ampliar el modelo multipartidista que determinó la Constitución de 1991. Anteriormente, el país se manejaba por un modelo bipartidista entre los partidos Conservador y Liberal.