Se calentó la ruptura de la Alianza Verde: alistan el proceso de escisión

Una carta con la solicitud formal de escindir el partido Alianza Verde ya fue suscrita por ocho miembros de la colectividad. La próxima semana, cuando los separatistas se reúnan para concretar los últimos detalles de su idea, es probable que el documento sume dos firmas más. Este encuentro marcará el último paso antes de que la intención de ruptura, que lleva tiempo cocinándose, salga a la luz, llevando a la dirección nacional de los verdes a tomar una decisión definitiva.

Una carta con la solicitud formal de escindir el partido Alianza Verde ya fue suscrita por ocho miembros de la colectividad. La próxima semana, cuando los separatistas se reúnan para concretar los últimos detalles de su idea, es probable que el documento sume dos firmas más. Este encuentro marcará el último paso antes de que la intención de ruptura, que lleva tiempo cocinándose, salga a la luz, llevando a la dirección nacional de los verdes a tomar una decisión definitiva.

Aunque para ningún miembro del partido es un secreto el deseo de muchos de tomar un rumbo propio, el tema es tan espinoso dentro de la colectividad que, cuando se les pregunta oficialmente, muchos lo esquivan. De los pocos que han hablado públicamente al respecto es el presidente de la Cámara, Jaime Raúl Salamanca, quien en la mañana de este jueves dijo que, aunque él ha insistido en la unidad, es “respetable” que algunos de sus colegas quieran salir del colectivo.

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Fue precisamente la elección de Salamanca como cabeza de esa corporación lo que detonó que la idea de la escisión, que hasta entonces estaba en el aire, comenzara a materializarse. Ese 20 de julio, el representante por Boyacá, que contaba con el respaldo del Gobierno Nacional, obtuvo 114 votos a su favor, 45 más que su copartidaria Katherine Miranda, una de las congresistas que quiere apartarse de la Alianza Verde. Varios legisladores verdes coinciden en que el inicio de la legislatura empezó a marcar el fin de la colectividad, ya que obtener la Presidencia de la Cámara, como dictaban los acuerdos, no era algo a lo que estuvieran dispuestos a renunciar. Los votos del 20 de julio son un buen indicador de cómo están conformados los dos grupos dentro del partido: los progobierno y los que se alejan de esa línea. En el primero están figuras como el senador Inti Asprilla y Martha Alfonso, y este último es el sector cercano a la exalcaldesa Claudia López y a la senadora Angélica Lozano.

Sin embargo, la idea separatista, que parece no tener reversa, empezó a calentarse hace tiempo. Han sido varios los factores que han causado discordia al interior de la colectividad durante los últimos dos años y el más transversal ha sido la insistencia por parte de un sector de declararse en independencia del gobierno de Gustavo Petro. En noviembre del año pasado, la bancada y los copresidentes se reunieron durante seis horas para tratar de definir la postura oficial del partido frente a la administración actual, y durante todo este año varias voces han sido insistentes en la independencia, entre ellos el expresidente del Senado, Iván Name, el senador Jonathan Pulido (Jota Pe) Hernández y la representante Catherine (Cathy) Juvinao.

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Precisamente, este jueves, los representantes verdes se reunieron con el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, para escuchar la hoja de ruta del gobierno para su paquete de reformas. De la reunión se ausentó Juvinao, por razones personales, y Miranda. Ambas expresaron su deseo de reunirse con el jefe de la cartera en el espacio destinado a los independientes.

En el seno de la colectividad se barajan teorías sobre las verdaderas razones de quienes no desean darle la espalda a Petro. Una de ellas es la posible pérdida de cargos para quienes son cuotas del partido en el gobierno. Esto afectaría, entre otros, a personajes como los exconcejales Luis Carlos Leal y Diego Cancino, quienes actualmente se desempeñan como superintendente de Salud y viceministro del Interior. Además, si los verdes llegaran a declararse en independencia u oposición al gobierno actual, tendrían que esperar un año fuera de la colectividad antes de poder ser funcionarios del Ejecutivo. Incluso se menciona que la decisión podría afectar los proyectos de inversión en departamentos como Boyacá, donde se asienta parte de la base política del partido.

Aunque el 20 de julio fue el gran detonante, hubo otros factores que sacudieron al partido desde antes, como el escándalo de la Unidad de Gestión del Riesgo, caso que terminó salpicando a miembros como Iván Name y Sandra Ortiz y que llevó a que figuras como los exalcaldes Antanas Mockus y Claudia López se apartaran de la colectividad en mayo de este año. Incluso las profundas tensiones habían sido claras desde que Angélica Lozano perdió la presidencia del Senado contra Name en la segunda legislatura.

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En total, la Alianza Verde tiene 23 sillas en el Congreso: ocho curules en el Senado y 15 en Cámara, incluyendo la que ocupa el presidente de la corporación. En ese sentido, las 10 posibles firmas pidiendo la escisión son un indicador de la fuerza que perdería el colectivo en caso de que la decisión se concrete en las próximas semanas.

De cualquier forma, voces de todos los lados de la colectividad coinciden en que quisieran llevar la separación de una manera tranquila. “Si hay compañeros o compañeras que no se sienten bien dentro del partido, que prefieren hacerse un espacio propio que les identifique más, hay que respetar ese deseo”, dijo la representante Martha Alfonso, ponente de la reforma pensional del gobierno Petro en Cámara. Sus palabras hacen eco de lo que ya había dicho Salamanca en la mañana del jueves, cuando prometió “facilitar el escenario” para que sus compañeros puedan tomar un rumbo diferente. Los disidentes verdes ya han hablado también con la dirección nacional y esta ha asegurado que entienden la situación.

Lo que seguramente se avecina para la Alianza Verde es lo que ya sucedió en el pasado con el Polo, luego de que Jorge Enrique Robledo liderara la separación de la fracción que luego conformó el partido Dignidad y Compromiso. Una vez la dirección nacional acepte y confirme la escisión, el paso a seguir sería conseguir la personería jurídica para la nueva colectividad, un aval que otorga el Consejo Nacional Electoral (CNE). Todo esto abriría nuevos caminos para quienes buscan llegar a la Presidencia en 2026.

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