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Gustavo Bolívar es uno de los más cercanos a Gustavo Petro desde que comenzó el proyecto de la Colombia Humana, en 2018. Ha sido uno de sus escuderos más fieles en el Congreso y en la campaña que llevó a la Presidencia al líder del Pacto Histórico. Por eso, su voz es importante frente a lo que está ocurriendo en la construcción de la bancada de gobierno y en la agenda que llevarán desde el 20 de julio.
Este ha sido uno de los pocos de la izquierda que ha presentado objeciones a algunas de las adhesiones que han llegado a complementar las filas de la coalición oficialista y a la posible falta de participación de algunas de las bases que participaron de la campaña que llevó a Gustavo Petro a la Presidencia. Dichas objeciones se hicieron evidentes en su diálogo con El Espectador. En esta entrevista, el senador, que fue cabeza de lista en las elecciones del 13 de marzo, habló de la actualidad de la bancada gobiernista y hasta expresó sus reparos a que Roy Barreras sea la ficha con la que planean tener la presidencia del Senado en su primer año.
¿Cómo ve la construcción de una bancada de gobierno en la que también están liberales, conservadores y la U?
En términos de tener mayorías para evacuar esa agenda legislativa tan extensa que vamos a tener, basada en todas las promesas de campaña, digamos que bien. No estoy muy seguro en que los conservadores nos quieran firmar muchos proyectos a los que anteriormente se han opuesto, como la ratificación del Acuerdo de Escazú, la prohibición total del fracking y la legalización de la marihuana recreativa. Ahí sabremos si esa alianza es sincera y programática o si simplemente se acercaron porque quieren otras cosas.
Usted ha sido uno de los que más observaciones ha hecho a esas alianzas...
Es que me causa curiosidad lo de los conservadores. Que llegue la U o los liberales me parece un tanto orgánico, porque tenemos algunas similitudes en la ideología. Pero obviamente son bienvenidos todos ellos.
¿No corren riesgo que la agenda reformista se vea atenuada para tener el apoyo de esa bancada tan variada ideológicamente?
Claro. Hemos sido contundentes en las propuestas, como la reforma a la Ley 100, prohibir la minería en páramos y otras cosas, y uno esperaría que ellos trataran de bajarle un poco a la intensidad de las propuestas. Pero estaría en contra de ello, porque nosotros le hicimos unas propuestas al país y este votó mayoritariamente por ellas. Nosotros tenemos que pararnos y decir que, a pesar de que hay un espacio para el consenso, el fondo de las propuestas no se puede variar.
Algunos de estos partidos tienen en sus filas algunos cuestionados, ¿no terminan validando ese clientelismo y corrupción que tanto rechazaron en campaña?
Personas cuestionadas no pueden estar acá, porque estaríamos traicionando el mensaje por el que votó la gente: el cambio. Esta gente que practica el clientelismo debe estar buscando algo a cambio de su adhesión, y por eso es que no estoy allí. Eso lo debe negociar Roy Barreras como jefe de la bancada y no sé qué tanto le permita Gustavo Petro expandir esos acuerdos y a cambio de qué. Eso lo desconozco pero nos lo tendrán que decir el 20 de julio, cuando lleguemos. Si es a cambio de mermelada, yo me opongo. Muchos entienden que ese pragmatismo es válido, porque se necesita gobernabilidad, pero hay que ver los términos.
¿Cómo planea llevar esa relación con fuerzas de oposición, en las que estaría el Centro Democrático y falta definir si Cambio Radical?
Ahí toca marcar una línea de respeto que ellos no tuvieron. La actitud del Centro Democrático en contra de la posición fue grosera, vergonzosa, de raponeo y de humillación. Ellos hicieron todo eso. Por ejemplo, a mí me robaron la segunda vicepresidencia dos veces. Pero nosotros seremos lo contrario: les respetaremos su derecho a la oposición y así demostraremos que tenemos un talante distinto, que somos demócratas.
¿Le sorprendió la actitud de Álvaro Uribe?
Sí, la verdad es que sí. Pensé que esa cita se iba a dar mucho más adelante, cuando la derecha se diera cuenta de que no habíamos convertido a Colombia en Venezuela y que les habíamos dado garantías, pero ese voto de confianza al arranque no lo esperábamos y me parece que es muy positivo para mejorar el clima político de Colombia y para distensionar la polarización y un voto de confianza a Gustavo Petro para que empiece la tarea de unir a los colombianos para hacer proyectos conjuntos.
Usted fue de los que en su primer período tuvo relaciones complejas con el saliente oficialismo, ¿cómo plantea recomponer relaciones al ser ahora bancada de gobierno?
Nosotros somos muy distintos en el Pacto. No tengo problema en hacer equipo con personas que piensan distinto, pero tenemos el mismo interés en los proyectos. Tengo problema es con los corruptos o los que tengo sospecha de que son corruptos. Mi ADN no me da para hacer alianzas con ellos. Pero soy uno de 51 congresistas, así que no puedo hablar por los demás. Seguramente vamos a terminar recibiendo todos esos apoyos que se necesitan para pasar la agenda legislativa, pero las reservas hay que mantenerlas sobre ciertas personas. Hay que vigilarlos, porque, si queremos que el Pacto sea reelegido en 2026 -obviamente con alguien diferente a Petro porque él ya dijo que no hay intención de reelección-, debemos hacer un ejercicio muy pulcro de la ejecución y de la inversión de los dineros públicos. Por eso esa ha sido mi preocupación: hagamos el cambio, pero cuidando con quién y el precio. Mantenemos muy lejos a los que son manilargos, para que en cuatro años no estén dándonos la espalda los colombianos.
¿Cuál es la agenda principal que llevan para el 20 de julio?
La agenda económica. Primero hay que organizar la casa. Hice un debate sobre las finanzas públicas, y ahí demostré cómo el país se va a recibir con una alto déficit fiscal, alto endeudamiento y sin plata, un bajo recaudo. Lo que tenemos que organizar es eso a través de la reforma tributaria, el proyecto de presupuesto -que debe entrar a finales de julio y principios de agosto- y el Plan de Desarrollo. Esos tres proyectos son prioritarios, porque esa es la hoja de ruta económica de los próximos cuatro años. Entendemos que sin dinero todas las promesas se quedan en el tintero.
Tenemos tres ejes principales: la inclusión social, la mitigación del cambio climático y la paz. La paz se puede empezar ya, porque no necesita de recursos gigantescos sino sentarse a dialogar. Eso solo necesita voluntad política. En cambio, inclusión social sí necesita de amplios recursos que no hay. Toca generarlos a través de la reforma tributaria y eso se demora al menos un año -un semestre mientras se aprueba la ley y el otro para que se ejecute y comiencen a hacerse los recaudos. Ahí le he insistido a Gustavo Petro que debe tener muy claro el balance de lo que recibe para que la gente le tengan paciencia un año o sino tendremos a la gente en seis meses en las calles protestando.
¿Algún proyecto personal que vaya a presentar?
Vuelvo a presentar el de marihuana recreativa, la reforma al Congreso -incluyendo la rebaja de salarios y el aumento en el tiempo de trabajo- y otros varios pequeños. Llego con alrededor de 14 proyectos propios y el resto que son de la bancada: reforma política, reforma a la justicia, reforma del Congreso y la tributaria.
¿El proyecto de eliminar la Procuraduría les puede gastar el capital político que apenas están consolidando?
No debería, porque fue una promesa de campaña. No ha habido sorpresas de proyectos que no fueran comentados en campaña. Él lo dijo en muchos foros, escenarios y manifestaciones. Su propósito es convertir la Procuraduría en un ente que persiga la corrupción y esté adscrita a la Fiscalía. No entiendo el debate de los últimos días cuando lo propuso varias veces. Y pues, cuando uno hace propuestas y la gente vota por ellas, es para cumplirlas. Esa fue una propuesta de campaña.
Usted ha pedido que se suspenda el proceso de elección del contralor por presuntas irregularidades, pero otros de su bancada han dicho que no es así. ¿Qué va pasar ahí?
Ese proceso de selección está viciado por los tiempos -la ley dice que debía convocarse dos meses antes y se convocó cinco meses antes para dejar amarrado todo-, no se tuvieron en cuenta los puntajes más altos y otras irregularidades menores. Nosotros creemos que hay que tumbar esa lista de 10, y con los 20 seleccionados volver a elegir, pero esta vez aplicando los criterios que dice la ley. Le pido a mi bancada que tumbemos esa selección.
Hablando de su bancada, ¿qué pasa con Roy Barreras, que fue el que seleccionaron en vez de usted para ser presidente del Senado?
Con Roy hablo normal y soy franco con él. Lo que he dicho en público se lo he dicho de forma personal cuando hemos estado reunidos con Petro. El día que lo escogieron como presidente del Senado le dije a Petro que me parecía que Barreras no representaba el cambio de este país y eso nos puede costar en términos de credibilidad. Pero hubo otras consideraciones válidas de que él tiene la experiencia -ya fue presidente del Congreso-, tiene mejores relaciones con los partidos de derecha que yo y eso primó. Mi disgusto no es porque sea presidente sino por lo que representa.
Esas situaciones y otras han sido usadas para decir que usted se está desligando del Pacto Histórico, ¿es así?
Para nada, estoy muy pendiente de todo. Lo que pasa es que mantengo un contacto más directo con Gustavo Petro y no asisto a las últimas reuniones porque estoy en vacaciones debido a que debo permanecer un tiempo en Estados Unidos cada año. Lo que pasa es que ellos saben que digo las cosas como las siento, porque no ando con cálculos, porque no soy político y no quiero serlo, porque esos son los que comienzan a callar las cosas y a taparlas. Ellos tienen que soportar que yo diga las cosas como las digo y siento y por eso he reclamado que debe darse participación a la gente que ha dado la vida por estos proyectos por encima de los que llegaron a lo último.
¿Qué piensa del gabinete que se está construyendo? ¿Alguna observación?
Con los nombramientos que se están haciendo se está cumpliendo con la participación de los que nos apoyaron desde el comienzo. Ahí hay gente que ha estado todo el tiempo en el Pacto y otros que han llegado después, pero que son necesarios, como Alejandro Gaviria, Cecilia López y otros que ya han estado en el poder. Necesitamos esas personas porque son la experiencia que garantizará que los primeros años de gobierno resulten bien. Gustavo se está rodeando de gente con experiencia y también está metiendo a las nuevas figuras que quiere impulsar, como Susana Muhamad y Carolina Corcho. También pagó una deuda moral con el exterminio de la UP con el Ministerio de Cultura. Yo siento que está acertado Gustavo. Se está incluyendo a muchos sectores y eso es lo que va a darle riqueza a este gobierno.
¿Qué responde a los que cuestionan la tesis del cambio del Pacto por las adhesiones que han recibido?
Esas críticas son válidas, pero lo que hay que ver es con los resultados, porque en este momento ni siquiera hemos empezado a gobernar. Si se llegan a perder recursos públicos o empezamos a hacer las mismas prácticas del pasado, pues ahí sí tendrían el derecho de caernos encima. Apenas se han dado algunos nombramientos y toca ir al terreno de las acciones para que vean al fin si somos o no el cambio. Eso solo se demostrará si somos transparentes, eficientes e incluyentes a nivel social. Es muy prematuro para que ya estén criticando.
¿Cuál será el legado que dejarán en cuatro años?
Yo pienso que final de estos cuatro años, y sé que Petro también lo piensa, la gente dirá que por fin hay un gobierno donde se respetó lo sagrado que es el erario -como dijo Mockus- y se trajo igualdad al país, cerrando la brecha que actualmente hay. También está la paz, la que doy por hecho que se logrará porque hay un ambiente de diálogo. Si logramos todo eso, demostraremos que llegó una nueva generación de políticos.