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Que la mejor defensa es el ataque, dicen. Y aunque en la Casa de Nariño hay quienes aseguran que el presidente Gustavo Petro y en el mismo Pacto Histórico, la alianza de izquierda con la que llegó al poder, sabían de antemano que la oposición política y de algunos sectores empresariales y de la sociedad civil iba a ser fuerte e intensa, hay quienes reclaman una estrategia más sólida de defensa, pues los resultados adversos ya se están viendo. Por ejemplo, en la aprobación de la gestión del primer mandatario, que mostró en la más reciente encuesta de Invamer una caída de 10 puntos.
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En la cumbre del alto gobierno que se realizó en Hato Grande a finales de septiembre, en la que se definió lo de la “paz total” como eje central de su mandato, se habló precisamente de estructurar una estrategia unificada en materia de comunicaciones. La idea, según explicó el mismo jefe de Estado, debe apuntar a “volver coherente un mensaje que sigue siendo el mismo por el cual nosotros llegamos a ser gobierno: el cambio”.
Y no se sabe si hace parte de esa nueva estrategia o es lo que obliga el devenir de los hechos en un país que como Colombia dicen que vive en constante campaña, pero el presidente Petro se ha dedicado en los últimos días a responder personalmente en su cuenta de Twitter a la lluvia de cuestionamientos que se le hacen desde esos sectores de oposición. Para la muestra, varios botones.
“La oposición puede criticar, pero tenemos el derecho de defendernos de la mentira. Quien subió la deuda de Colombia fue el presidente que usted apoyó y eligió Paloma. En ninguna parte del país se ha prohibido ni el petróleo, ni el gas, seguirán produciéndose normalmente”, escribió este jueves en respuesta a un trino de la senadora Paloma Valencia, del Centro Democrático, quien había cargado contra la ministra de Minas, Irene Vélez, responsabilizando a sus anuncios de prohibir el petróleo y el gas del alza del dólar. “La deuda pública se aumentó en $85 billones, no hay ni tributaria, ni plata que alcance”, expresó la congresista.
De hecho, el mandatario recalcó que “los contratos de explotación petrolera, carbonera y gasífica continúan normalmente. Los contratos de exploración vigentes continúan normalmente. No hay ninguna prohibición”.
Petro le salió al paso también a un comentario del periodista Luis Carlos Vélez, director de La FM, quien criticó lo que llamó la “narrativa” del Gobierno de querer culpar a Estados Unidos del incremento en el precio del dólar y a la Fuerzas Armadas y la Alcaldía de Bogotá de las agresiones de los indígenas embera a la Policía, en hechos sucedidos el miércoles Para el comunicador, el dólar sube por culpa de “trinos destemplados y declaraciones y acciones” de la ministra Vélez.
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“Para Luis Carlos no existe el que haya subido la tasa de interés en EE. UU. y que ello derrumbó todas las monedas del mundo, incluido el peso, desde hace un año y en forma creciente. No existe el mundo en el prejuicio sectario”, ripostó el primer mandatario.
Y agregó: “Y no solo eso. Tiene que acudir a la mentira. ¿Desde cuándo algún funcionario del actual gobierno ha responsabilizado a las FF. AA. del incumplimiento de los acuerdos con los indígenas desplazados en Bogotá, o de su violencia?”.
Lo cierto es que el presidente Petro se encuentra en estos momentos en una posición a la defensiva e incluso se podría decir que yendo a la ofensiva, a tan solo algo más de dos meses de iniciado su mandato. En su círculo más cercano tienen claro que sus contradictores no van a dar tregua y que aprovecharán cualquier circunstancia o resbalón para arremeter en su contra. “Saben que si quieren volver al poder en 2026 necesitan que a Petro le vaya mal, aunque en eso se lleven por delante el país”, manifestó una fuente pidiendo la reserva de su nombre.
El jefe de Estado ha salido igualmente a sustentar su tesis de que Estados Unidos está arruinando las economías del mundo, pues ha tomado medidas económicas que protegen únicamente su estabilidad, pero que a la vez golpean fuertemente a Latinoamérica e incluso a otras regiones del mundo, incluyendo Europa. Otra postura por la que pululan las críticas.
“¿Cómo podría EE. UU. compensar el estancamiento económico que provoca por su política monetaria interna que hace subir la tasa de interés y vacía de capitales el mundo? 1) Podría ejercer el liderazgo en el FMI para bajar deudas a cambio de inversión en economías descarbonizadas. 2) Podría desacelerar el crecimiento de la rentabilidad de la cocaína en Colombia, en pesos, generada por su propia política económica, equilibrando los flujos de dólares de la balanza de pagos”, argumentó.
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En su cruzada defensiva, Petro ha tenido espacio para tirar una que otra pulla, por ejemplo, a los medios de comunicación: “No te aparece en los titulares de la televisión pero es una gran noticia: Llevamos 37 días sin asesinatos en Buenaventura. ¿Cómo se logró? ¿Es posible la paz total?”, dijo refiriéndose a las gestiones que adelanta su comisionado de paz, Danilo Rueda, en el puerto vallecaucano, que ha llevado a un acercamiento entre las bandas delincuenciales que allí operan.
No es común en el país que un presidente de la República esté tan activo en redes contestando a las cuestionamientos de sectores de oposición. Algunos dirán que ese estilo pendenciero solo sirve para alborotar más el avispero, pero lo que queda claro es que Gustavo Petro no se va a quedar callado o quieto y que más allá de estrategias de comunicación, va a dar la pelea en redes y en cuanto escenario público se le presente.
Porque a lo que se ha visto en los últimos días, toca sumarle sus respuestas por las compras hechas para adecuar la Casa de Nariño, o cuando cuestionó las decisiones de la Junta Directiva del Banco de la República y ni qué decir de su “agarrón” con el presidente de la ANDI, Bruce MacMaster, por cuenta de la reforma tributaria, cuando dijo que esa agremiación “nos dice que es muy malo pagar impuestos por 21 billones de pesos, quitándole privilegios tributarios que se han configurado a lo largo de las décadas. Pero el primer punto del Acuerdo de Paz vale 60, no 21; entonces lo que nos están diciendo es que no se puede cumplir el Acuerdo de Paz”.
Y esto apenas está comenzando…