“No queremos excluir a nadie”: Petro arrancó su segundo año esquivando escándalos

Como pocas veces lo hace, el presidente Gustavo Petro optó este 7 de agosto por leer el discurso sobre su primer año de mandato desde el Puente de Boyacá, en el municipio de Ventaquemada. Hizo un balance de lo que han sido estos 12 meses del “gobierno del cambio”, invitó desde simpatizantes a opositores a un acuerdo nacional y esquivó el escándalo de su hijo mayor.

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A diferencia del pasado 20 de julio, cuando instaló la segunda legislatura y habló sin seguir el texto que su equipo de comunicaciones había preparado, para este primer aniversario como jefe de Estado cambió la dinámica. Luego de pedirles a sus asesores algunas cifras de gestión, Petro se encerró con un objetivo: redactar un texto que mostrara sus principales logros.

Y este lunes, con hojas en mano, Petro dio su rendición de cuentas durante una hora ante la mirada del gabinete ministerial, las cabezas directivas del Congreso, la cúpula militar y su familia, esta vez conformada por menos miembros en comparación al día de su posesión.

El año pasado, Petro caminó hasta la Casa de Nariño junto a la primera dama, Verónica Alcocer; cinco de sus hijos y su entonces nuera. Pero este lunes faltaron tres de ellos en la ceremonia de conmemoración del primer año del “cambio”. No estuvieron Andrea, ni Nicolás Petro y su exesposa, Daysuris Vásquez, luego de que por estos últimos estallara uno de los escándalos más espinosos a los que se enfrenta la Casa de Nariño y que sacudió la intimidad de la familia de Petro.

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El pasado 29 de julio de 2023 fueron capturados Nicolás y Day Vásquez por lavado de activos y enriquecimiento ilícito. Rindieron testimonio y soltaron información que indicaría, según la Fiscalía, que a la campaña presidencial de Petro ingresaron dineros de forma irregular.

Para algunos, el no haber dado un discurso espontáneo este 7 de agosto, como es habitual en el primer mandatario, así como su tono poco efusivo, respondería a este escándalo. Aunque muchos esperaban que se refiriera a la polémica que desató su hijo mayor y que le lanzara un par de pullas a los legisladores, con quienes sostiene una tensa relación, no hubo palabra alguna. Mantuvo un discurso técnico y se limitó a dar cifras.

A pesar de que el tema con el Legislativo no hizo parte de su discurso, El Espectador vio conversando de cerca al ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, y al director del Dapre, Carlos Ramón González, con las cabezas de Senado y Cámara, Iván Name (Alianza Verde) y Andrés Calle (Partido Liberal), quizás en un intento por construir consensos para el trámite de las reformas.

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De otro lado, aunque venían creciendo los rumores de un tercer remezón ministerial, que se conocería antes de este lunes, no ocurrió y, según una fuente de la Casa de Nariño, fue el caso de Nicolás lo que postergó la salida de algunos ministros. Si bien sí habrá cambios, estos no llegarán por ahora para que no sean asociados con el escándalo.

Al parecer, guardar silencio fue una de las indicaciones de Presidencia, pues fue tal el hermetismo que los jefes de las carteras salieron de la ceremonia en el Puente de Boyacá escoltados por la Fuerza Pública y evadiendo las preguntas de la prensa. Tampoco dio declaraciones la vicepresidenta Francia Márquez, quien, así como llegó, se retiró en helicóptero.

Por lo que sacó pecho

El presidente inició su intervención con su política central de Gobierno, la paz total. Con sus dificultades y virtudes, Petro insistió en que es necesario que Colombia se abra al diálogo para buscar “acuerdos que salven la vida de la gente, en vez de profundizar la violencia”. También dijo que su gobierno ha trabajado en la implementación del Acuerdo de 2016 con las extintas FARC, pues es la “antesala de la paz total”. Hay que decir que el gobierno tiene abiertos al mismo tiempo siete negociaciones con actores ilegales, entre los que están el Estado Mayor Central y el ELN.

Según Petro, tras esos diálogos se ha reducido el número de víctimas fatales de la Fuerza Pública en un 54%. Y señaló: “No les hemos atado las manos a nuestros policías y soldados, solo que los dirigimos hacia otros objetivos”.

También resaltó que se han dado pasos significativos en la lucha contra las drogas. Aunque en otros escenarios ha enfatizado en que la disminución de las exportaciones de cocaína ha traído graves consecuencias económicas para las comunidades cocaleras, en esta oportunidad resaltó su política de drogas y se refirió a la incautación de 1.100 toneladas de cocaína y a la destrucción de laboratorios, que aumentó en un 16 %.

Frente al delito de feminicidio, que habría disminuido en un 29.7 %, Petro lamentó la muerte de Luz Mery Tristán, patinadora y campeona mundial, quien fue asesinada este 6 de agosto en Cali, presuntamente por su pareja. Agregó que en 40 municipios no ha habido un solo homicidio durante su gestión.

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También se refirió al campesinado y a la reforma rural integral. En este primer año el Gobierno habría aportado 73.322 hectáreas al Fondo de Tierras para poblaciones rurales: “Esto corresponde a las compradas y recuperadas de las manos de narcotraficantes”, a través de la SAE y de procesos de compra, criticando a los que en campaña hablaron de expropiación. “No hemos expropiado, le damos la tierra a quienes quieren trabajarla”, dijo.

Otro de los resultados por el que sacó pecho el Gobierno es la estabilización del precio del dólar, que se ha mantenido alrededor de los $4 mil. El presidente aseveró que la economía ha mejorado y que en junio los flujos de inversión extranjera directa llegaron a 1.729 millones de dólares, que representa un crecimiento del 70% frente al mismo mes del 2022. Destacó que el salario creció en un 16%, y se crearon 1.030.000 empleos.

Mientras Petro decía esto, la oposición hizo su propio balance. La senadora Paloma Valencia del Centro Democrático, dijo que el país desmejoró la seguridad y que se cayó la erradicación de cultivos de uso ilícito.

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Pero para dar cierre a su discurso, Petro reiteró su invitación de formar un acuerdo nacional, punto al que más minutos le dedicó. Aunque la propuesta formal la lanzó en la instalación del segundo año legislativo, donde mostró su tono conciliador, esta vez remarcó la necesidad de que todos los sectores lleven la iniciativa a la realidad. Mucho tendría que ver el difícil panorama y la incertidumbre que despierta los días venideros.

“No queremos excluir a nadie, nos acusan de incitar a la lucha de clases, cuando en nuestras palabras hemos demostrado que buscamos un acuerdo nacional. Aquí no se trata de que el gobierno se salga con la suya”, enfatizó. Esta invitación es una muestra más de que el Gobierno, dejaría atrás, al menos por ahora, los llamados a la manifestación, que iban acompañados por balconazos, para presionar algunos sectores y que buscaría el consenso.

Está por verse si la iniciativa será escuchada y si, en caso de no ser bien recibida, Petro retomaría las anteriores estrategias. Lo claro, por ahora, es que el mismo presidente no se siente ni se proyecta con la misma fuerza política de antes y que, a lo mejor, aún faltan polémicas por destaparse que podrían impactar más al gobierno que prometió el cambio.

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