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A la amplia baraja de aspirantes a la Presidencia en 2022 se sumó recientemente el nombre de Juan Carlos Echeverry. El anuncio no fue una sorpresa, pues ya se venía hablando de una posible candidatura en las filas del Partido Conservador. Sin embargo, el exministro de Hacienda decidió irse por firmas y dejó a los conservadores en aprietos, pues de sus opcionados para el aval —entre ellos la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez y el hoy embajador en EE. UU., Juan Carlos Pinzón— optaron por permanecer en el Gobierno.
Aunque Echeverry ha tenido una amplia carrera en el sector público, incluyendo además del Minhacienda, la presidencia de Ecopetrol, ambos en el gobierno Santos, nunca antes ha “pedido un voto” y es la primera vez que se mete a la política electoral. Ello pareciera ser un problema para su carrera hacia la Casa de Nariño, pero asegura que no es ninguna desventaja, pues sabe cuáles serían las soluciones a los problemas actuales del país, y para él eso es lo realmente importante. En entrevista con El Espectador, lanzó duros dardos contra Gustavo Petro y dijo que las elecciones del próximo año serán las más importantes de la historia de Colombia.
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Hay una frase típica que dice: “El país va mal, pero la economía va bien”, pero actualmente no es así. ¿El énfasis de su presidencia sería atender esta situación?
Pues sí, es que lo que tenemos es una crisis económica y lo fundamental es tener a alguien que sepa de crisis y de economía.
¿Y cuál cree usted que debe ser la solución para salir de esta crisis?
Poner al país a producir. No solo a que crezca lo que ya se produce, sino a producir cosas nuevas, sobre todo cosas y productos que hoy por hoy no se están produciendo. Regiones que consideramos menos dinámicas y de menos progreso como Magdalena, La Guajira, Nariño, Cauca, Chocó, los Llanos e incluso los municipios de Antioquia, Santander y Cundinamarca, donde hay un alto potencial productivo, están desatendidos y deben ser nuestros lugares de trabajo. No solo es crecer la producción que ya existe, sino crear nueva producción donde hoy está rezagada o inexistente.
Usted tiene imagen de tecnócrata por su trayectoria, sobre todo por su paso por Ecopetrol. ¿Cómo será su acercamiento con la gente y el enfoque social de su propuesta?
Es que a la gente lo que le preocupa, y lo hemos medido, es volver a tener plata en el bolsillo, recuperar el trabajo y poder pagar la educación de sus hijos. También importa la calidad de la educación y la corrupción. Entonces, el enfoque social, económico y la salida de la crisis casi que son la misma cosa.
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¿Esto quiere decir que no sería tanto el énfasis en las ayudas?
Las ayudas han sido buenas y oportunas, incluso he dicho que han sido insuficientes, pero la idea es que solo sean un puente en la situación de crisis, pero la verdadera salida es generar producción y empleo.
La oposición insiste en la renta básica como algo permanente, ¿cree que es necesaria?
Pues si hubiera con qué pagarla. Yo filosóficamente me opongo. La gente no quiere vivir de lo regalado y me parece equivocado enviar el mensaje de que un país que no tiene recursos se ponga a prometer lo que no tiene. Segundo, la gente lo que quiere es usar su inteligencia, su intuición, su capacidad de trabajo e imaginación para producir, con empresas o con sus propias manos. Entonces, decirle que no produzca porque el Estado le paga es un mensaje equivocado. Y, tercero, los empresarios no pueden ser vacas lecheras.
¿Cuál sería entonces la solución para esa brecha de pobreza que creció en estos últimos meses?
Producción. Por eso digo que hay que poner a producir a Colombia. Las brechas más grandes son entre las regiones. Hay unas ricas y otras menos favorecidas. Tenemos que volcarnos hacia las menos favorecidas y darles una dinámica muy importante a las ciudades capitales, donde se concentra gran parte de la riqueza. Allí hay que acabar con la informalidad. Debemos hacer que ningún colombiano sea informal. Nadie que ponga un plato sobre la mesa y que alimente a su familia puede ser informal. Hay que cambiar esas leyes absurdas que generan informalidad.
Con todos esos elementos que menciona, ¿que lo diferencia de los otros que están aspirando?
Que yo sí sé de esto. Yo sí he manejado crisis y el problema no es tanto el qué, sino el cómo. Uno puede decir muchas cosas, pero si tiene un dolor de muela, pues va adonde el dentista y si tiene un problema con el carro va al mecánico. Pero aquí mucha gente que no es dentista ni mecánico se pone a hablar de los temas que no sabe. Yo sí sé de lo que se necesita y conozco el cómo: sé de economía del sector privado y del público.
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¿Es una indirecta a Gustavo Petro? ¿Es la estrategia de atacar al que va mejor en las encuestas?
No, ni mucho menos. Lo que pasa es que la gente tiene que saber que Petro es experto en crear problemas y yo en solucionarlos. Hay que marcar esa diferencia.
¿Por qué lo dice?
Porque en Bogotá no hizo sino aumentar todos los problemas que había. Abrió un hueco en Transmilenio, que antes de él no estaba. Abrió un hueco en el tema de basuras, que antes de él no estaba. Ni siquiera tuvo un equipo sólido porque a los dos meses se le desbarató. Es que manejar una organización es un tema complicado y difícil, y dar resultados aún más.
¿Por qué tanto rechazo a la propuesta de Petro de imprimir más dinero?
No, lo que pasa es que es una irresponsabilidad decir que el Banco de la República tiene que darle plata al Gobierno sin cobrar. Regalos no hay nunca, nada en la vida es regalado. Todo hay que trabajarlo y pensar que uno puede salir de los problemas sin trabajar es un mensaje pedagógico equivocado a los niños, jóvenes, mayores, Fecode, trabajadores y sindicatos. Uno debe salir de los problemas trabajando, no de manera fantasiosa o mendigando.
A pesar de que fue desvinculado del caso de Reficar, ¿no cree que haber sido salpicado en este escándalo lo puede poner en duda para la Presidencia?
Es que yo no fui salpicado, yo denuncié Reficar. Ese tema se investigó porque yo lo denuncié. Reficar hoy produce todos los combustibles de la costa Caribe. Afortunadamente, terminamos Reficar cuando yo volví a Ecopetrol. La refinería no la querían terminar ni los sindicatos de la USO ni nadie. Querían seguir ordeñándola, pero yo fui el que denuncié. Sobre Reficar no tengo sino motivos de orgullo.
¿Cuál es su visión del gobierno de Iván Duque?
Hay luces y sombras. Tiene buenos programas, como el Ingreso Solidario y el PAEF. Y es que le tocó una situación muy dura. Pero también tiene falencias como el tema fiscal, el tema de que hay mucha hambre y desempleo. El Gobierno no fue lo suficientemente generoso en 2020 y la eficacia pudo ser mucho mejor.
Hace mucho no sale un presidente del Partido Conservador, ¿fue esta una de las razones para no lanzarse por este partido?
No, ni mucho menos. La gente quiere oír opciones nuevas, ver caras nuevas. Y la gente está ofuscada cuando se les habla de partidos, quieren escuchar ideas y propuestas. La idea es recorrer el país, darme a conocer, estar activo y las firmas lo llevan a uno a esa conversación muy fructífera a lo largo de todo el país.
Usted nunca ha tenido un cargo por elección popular. ¿No cree que eso puede jugar en su contra al no tener capital político?
La gente está molesta con los políticos de carrera, incluso le gusta cuando les digo que yo no he pedido ni un voto y que es la primera vez que lo hago. Eso gusta.
En ese escenario que plantea, ¿no comienza con desventaja frente a otros, como los del Centro Democrático, que ya tienen trayectoria electoral?
Sí, por supuesto, pero ese es el debate político. Yo creo que tengo una trayectoria de dar resultados, manejar crisis, conocer la economía y que ha manejado la empresa más grande del país. De manera que la gente comparará.
En este momento se considera que para hacerse con la candidatura de la derecha y la centro-derecha se debe contar con la bendición de Uribe. ¿Va a buscarla? ¿Lo ve posible con su pasado en el gobierno Santos?
La única bendición que yo tengo es la de mi mamá y la de nuestro señor Jesucristo. Yo no sabía que esos señores daban bendiciones. Creo que ni saben de eso. Pero, hablando en serio, yo espero derrotar en una coalición de centro y centro-derecha al candidato del Centro Democrático. Lo que quiero es derrotarlos a ellos. Pero, obviamente, debatiendo en franca lid y respeto, sea Óscar Iván Zuluaga, María Fernanda Cabal o Paloma Valencia. Con cualquiera de ellos me gustaría debatir y derrotarlos.
¿No cree que su pasado santista puede frenar esa coalición?
No, al revés, porque en el gobierno de Juan Manuel Santos yo recuperé el grado de inversión en 2011. Después resolví la crisis de Ecopetrol y la dejé como una tacita de plata. Lo único que tengo son cosas para mostrar de lo que hicimos.
Pero con esas diferencias tan radicales entre el uribismo y Santos...
No, porque lo mío es resolver los problemas del presente y del futuro. Yo no estoy preocupado por Santos, Uribe, ni Petro, ni ninguno de ellos. Yo estoy preocupado por el hambre, el desempleo, la falta de producción, la falta de buena educación —porque Fecode no quiere volver a enseñarles a los niños—, la falta de seguridad en las calles. Eso es lo que me preocupa. Santos y Uribe ya gobernaron, son historia patria.
¿Retomaría alguna de las banderas del expresidente Santos?
El problema es el presente y el futuro, no el pasado.
¿Y la implementación del proceso de paz?
Por supuesto, es que esa paz la firmó el Estado y por eso hay que cumplirla, pero hay que ganar las guerras, que todavía nos quedan varias. Las guerras de Nariño, Cauca, Chocó, Catatumbo, Putumayo. Es que el país todavía tiene muchos problemas de seguridad.
Usted habla de la implementación, pero entraría a una coalición donde la paz es un tema más que polémico, ¿cómo entraría a defenderla?
No, lo más importante para mí es que en 2022 no nos podemos equivocar. Si nos equivocamos en la elección, puede que este año y medio tan duro sean simplemente el primer escalón de una espiral descendente en la que el país se hundiría en el caos de un estallido social y del desorden económico. En cambio, si escogemos bien, con alguien que sepa de economía y manejar crisis, el país puede iniciar la mejor década de su historia. Eso es lo que se escoge. Puede que las de 2022 sean las elecciones más importantes de nuestras vidas.
¿Eso quiere decir que para usted el enemigo a vencer es Petro?
Entendería que eso significa que hay que educar a la gente, que se enteren y comparen programas y trayectorias. Que no vayan a mandar al país a un caos y a una explosión social.