“En el gobierno Petro hay una incapacidad muy grande de construir consensos”: Cristo
El exministro del Interior y líder del partido En Marcha, Juan Fernando Cristo, aseguró que los problemas del país no surgieron el 7 de agosto de 2022 cuando el presidente Gustavo Petro tomó posesión como el primer jefe de Estado de izquierda en Colombia, pero sí advirtió que la negativa a buscar acuerdos genera ruidos que afectan su gobernabilidad. Pidió respaldo para los proyectos que buscan más autonomía regional: “Colombia no tiene futuro si seguimos resignados a un régimen centralista”.
¿Qué está pasando en el país, para dónde considera que vamos?
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¿Qué está pasando en el país, para dónde considera que vamos?
El estilo de liderazgo entre Gustavo Petro genera una discusión, un debate permanente alrededor de los grandes temas nacionales. Yo creo que la llegada del primer presidente de la izquierda democrática en Colombia, en 200 años, de alguna manera ha provocado un clima de confrontación de ideas, de cuestionamiento de presupuestos de la sociedad colombiana, a los cuales nos habíamos acostumbrado durante décadas y que hoy están siendo puestos en duda por muchos sectores.
¿Eso le indica que se va por buen o por mal camino?
A mí no me sorprende, me parece natural, que estemos viviendo este clima, en algunos casos de confrontación y en otros de incertidumbre que vive el país. Dicho esto, yo no comparto la visión catastrófica. Es que todos los males de Colombia no comenzaron el 7 de agosto de 2022, como si antes estuviéramos viviendo en un paraíso. Creo que hay que mirar el panorama y el futuro en sus justas proporciones. El país sigue con problemas muy serios, como el deterioro de la seguridad que, para mí, es el principal problema que Petro heredó de Iván Duque. Ahora, tampoco se ha podido enfrentar con éxito. Pero es cierto que hay señales preocupantes en distintos sectores de la economía.
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¿Qué tan fuerte ve la institucionalidad en medio del debate tan álgido que se vive?
En estos casi dos años de debate intenso en Colombia, de visiones muy distintas sobre el futuro del país, las instituciones funcionan. Los poderes públicos son independientes y autónomos. Hay equilibrio entre los distintos poderes. El Congreso cumple su tarea, las cortes también. Y el Gobierno trata de impulsar su agenda. En esto se van, de alguna manera, encontrando salidas y causas institucionales a los problemas del país.
¿No hace falta un poco más de disposición al diálogo de todos los sectores?
Sí, sin duda alguna. Hay quienes juegan, tal vez de manera inconsciente, a que al Gobierno le vaya mal; eso es indudable. Pero, al mismo tiempo, en el gobierno del presidente Petro hay una incapacidad muy grande para construir consensos, y también una terquedad y una obsesión en el contenido de las reformas. Esto me parece que es francamente inconveniente para el país y para el Gobierno. El Gobierno parte de un supuesto equivocado, y es que su victoria en la segunda vuelta presidencial, a la que además contribuimos muchos sectores liberales y de centro y moderados, le daba patente de corso para sacar adelante todas las reformas con su propia visión, sin concertar y sin buscar escenarios de acuerdo con otros sectores.
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Usted ha dicho que las reformas sí son necesarias…
Las reformas pensional, laboral y de salud son necesarias hoy en Colombia. Yo creo que pocos pueden dudar de eso. Y creo que era muy viable encontrar acuerdos de manera fácil, pero lamentablemente el Gobierno se jugó a fondo con su propia visión sin escuchar. También estamos presos de una radicalidad. Hay sectores de la oposición que pretenden mantener el status quo y eso ya no aguanta más.
¿Ve riesgo jurídico de que su partido desaparezca en el Consejo de Estado, por lo que pasó con la personería de Fuerza Ciudadana?
Yo respeto todas las decisiones de la justicia. En Marcha es un partido que participó en la coalición Centro Esperanza del año 2022, fue avalado por la legislación electoral y el Consejo Nacional Electoral le ratificó su personería. En Marcha también eligió tres senadores y estamos terminando un proceso interno que ningún partido ha hecho, que son las asambleas municipales presenciales y el 26 y 27 de abril tendremos el congreso nacional. Confiamos plenamente en el Consejo de Estado.
¿Le ve viabilidad al proyecto que busca darle mayor autonomía a las regiones o se necesita otro proceso?
Colombia no tiene futuro si seguimos resignados a un régimen centralista que asfixia las posibilidades de desarrollo de las regiones. Ese régimen ya fracasó después de 33 años de vigencia de la Constitución. Debemos avanzar hacia una Colombia federal, con una verdadera autonomía regional. Por ejemplo, entiendo que la famosa vaca para financiar obras en Antioquia tiene un valor simbólico. A nadie se le ocurre que con una vaca de ciudadanos se puede financiar o se puedan recoger los millones de pesos que se necesitan para culminar obras de infraestructura. Y, por eso, la propuesta de acto legislativo de En Marcha, que será votada en la Comisión Primera del Senado después de Semana Santa, plantea como un primer paso para acabar la descentralización y avanzar en la autonomía territorial. Una vez recuperados los recursos de las regiones podemos hablar de un replanteamiento de las competencias y de las facultades de los departamentos y municipios de Colombia, y avanzar en un mediano y largo plazo hacia una Colombia federal.
¿Sí le ve viabilidad al tema en un Congreso tan polarizado?
Estoy convencido de que sí. El centralismo no permite un desarrollo armónico y genera unos desequilibrios enormes.
¿Qué futuro le ve a la paz total del presidente Petro?
Creo que, si se quiere, actuó con ingenuidad. El Gobierno se equivocó reconociéndoles de entrada estatus político a las disidencias de las FARC, aunque veo que está rectificando el camino. También se equivocó pretendiendo avanzar en una política de paz con tres, cuatro o cinco mesas paralelas al mismo tiempo negociando. Pero la llegada de Otty Patiño a dirigir la política de paz ha sido conveniente, le da mayor seriedad y rigor. A la política de paz total le hace falta una estrategia de seguridad, porque hay que golpear las estructuras criminales para que puedan abrirse posibilidades y espacios de paz. Y veo una sola mesa de negociación seria, que es la del ELN, a la cual le faltan todavía muchas crisis por venir, pero que ojalá tenga éxito al final y antes de que termine el Gobierno del presidente Petro se pueda dar un acuerdo final con esa guerrilla.
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