¿Petro perdió el pulso de las calles? (Análisis)
Tras dos días seguidos de marchas, una oficialista y otra de oposición, es preciso hacer un balance de quien sale mejor parado de las movilizaciones.
La movilización ciudadana ha sido un tema básico en la izquierda y en la llegada de Gustavo Petro al poder. Su victoria en las urnas se ha relacionado con el estallido social de 2021, que puso contra las cuerdas al gobierno de Iván Duque. Sin esa serie de movilizaciones, que se prolongaron por varias semanas, no se podría estar hablando hoy de la victoria del Pacto Histórico y del primer mandatario de corte de izquierda de este siglo.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
La movilización ciudadana ha sido un tema básico en la izquierda y en la llegada de Gustavo Petro al poder. Su victoria en las urnas se ha relacionado con el estallido social de 2021, que puso contra las cuerdas al gobierno de Iván Duque. Sin esa serie de movilizaciones, que se prolongaron por varias semanas, no se podría estar hablando hoy de la victoria del Pacto Histórico y del primer mandatario de corte de izquierda de este siglo.
El gobierno de Gustavo Petro ha intentado replicar el éxito en la plaza pública que tuvo en campaña, pero, hasta el momento, parece que no lo ha logrado. Aunque la de este martes fue la primera marcha oficial que se impulsó desde presidencia, no se puede olvidar las movilizaciones que a finales del año pasado convocó el ahora exsenador Gustavo Bolívar. Se usó la excusa de los primeros 100 días de gobierno para salir a la calles. Sin embargo, tanto la marcha de este martes como la del año pasado, no han tenido los niveles de asistencia esperados.
>Lea más sobre el Congreso, el Gobierno Petro y otras noticias del mundo político
Se podría hablar, como señaló el profesor Jorge Iván Cuervo en ocasiones pasadas a este diario que todo se resume en que “una cosa es la capacidad de convocatoria como líder político y otra es como jefe de Estado. No hay esa cultura de que un jefe de Estado convoque a la ciudadanía”. Sin embargo, en este caso hay más temas en juego, pues fue el propio gobierno el que creó un pulso con la oposición para ver quién sacaba más personas a las calles.
Tanto la oposición como el gobierno coincidieron en convocar marchas el 14 de febrero. El presidente Gustavo Petro lo hizo bajo el argumento de salir a defender las reformas que se pondrían a consideración en el Congreso, luego la aterrizó hacia la reforma a la salud, y el representante Miguel Polo Polo lo hizo en respuesta a algunos de los anuncios del Ejecutivo, que incluían la suspensión de la exploración petrolera.
Ante la coincidencia de fechas, fue el sector contrario al gobierno el que decidió posponer en un día su marcha. En cambio, a pesar de las críticas y las dudas frente a la necesidad de que un gobierno recién empezando llame a una marcha en su apoyo, el Ejecutivo y sus partidarios siguieron con el llamado a marchar.
Puede ver: Daniel Quintero ordenó desalojo de la Alpujarra de las marchas de la oposición
Además de llamar a movilizarse, en los últimos días se conoció que el presidente Gustavo Petro iba retomar la costumbre del balconazo, que no es otra que salir a un balcón a dar un discurso. Esto se volvió impronta del presidente cuando fue alcalde de Bogotá y enfrentó los procesos disciplinarios de la Procuraduría de Alejandro Ordóñez. Sin un panorama tan complejo como el de esa época, el primer mandatario desempolvó dicha movida y la intentó replicar.
Sin embargo, no tuvo el éxito de antaño, pues las movilizaciones en las calles no tuvieron la misma cantidad de gente y no se sintió el mismo fervor que cuando salía a dar sus discursos en el balcón del Palacio de Liévano, sede de la alcaldía capitalina. No obstante, desde presidencia calificaron este día como histórico: “recordaré el 14 de febrero como el día en que, por primera vez, un presidente se acordó de su pueblo”.
Con la baja movilización de este martes, se estaba esperando la foto que quedara del 15 de febrero para ver quién sacaba más gente a las calles. Y todo parece indicar que la oposición le ganó el pulso al gobierno. Aunque no fue una cantidad gigantesca de personas, sí es cierto que este miércoles en las calles hubo más presencia de contrarios al gobierno que afines a este en las marchas del martes.
Además: La contramarcha: así fueron las movilizaciones en Medellín, Cali y más ciudades
“Yo veo que el presidente Petro quiso crear una especie de pulso de movilizaciones callejeras y lo perdió. Sus marchas fueron bastante lánguidas y las de hoy un poco más grandes”, comentó el profesor de la Universidad del Rosario y politólogo Yann Basset, que retomó lo dicho por el profesor Cuervo: “es más fácil mover desde la oposición y no desde el gobierno”. Héctor Riveros, analista político y participe del gobierno de César Gaviria, también habló de una intención de Petro de pelearle un pulso a la oposición, pero lo terminó perdiendo.
Además, la poca presencia en las calles sería una muestra de que el gobierno no la tendrá fácil para tramitar las reformas polémicas, como lo es el texto presentado por la ministra Carolina Corcho. “Este pulso no fue buena estrategia. Debió tratar de ser más conciliador y pedagógico. Claramente le va a costar. No la tiene fácil, pues tiene una coalición difícil de convencer para estos grandes textos”, expresó Basset.
Sin embargo, tampoco fue una victoria aplastante del uribismo. En primer lugar, no fue una diferencia abismal entre una movilización y otra. Además, de acuerdo con Riveros, la asistencia fue tan poca que “la gran conclusión de las marchas es que Colombia no tiene unas organizaciones políticas fuertes. No tienen gran capacidad de convocatoria. Son pocos miles los dipuestos a participar. Esto es una mala cosa”. En este punto llegó a calificar a ambas marchas como intrascendentes y hasta llegó a decir que “hubiese dado lo mismo si se hacían o no”.
Además, al uribismo y sectores de oposición les tocó recurrir a una práctica que cuestionaban hace unos años. Mientras que en el gobierno de Iván Duque decían “yo no paro, yo produzco”, ahora son ellos los que hacen el llamado a las calles, por lo que aún no tienen una amplia tradición de movilización y aún no se siente natural sus convocatorias
En segundo lugar, en las movilizaciones del 2021 censuraban a los que estaban en las calles y los acusaban de violentos, por algunos hechos de este tipo que ocurrían en el marco de las protestas. En esta ocasión, en las marchas de la derecha también se reportaron hechos de violencia, por lo cual se derrumba, de cierta forma, ese pedestal en el que se encontraban frente a hechos de intolerancia en el marco de las movilizaciones.
Al final, las dos movilizaciones de estos últimos días solo dejan como resultado una especie de empate, en la que la oposición solo sacó una leve ventaja, pero no la suficiente para declararla como gran ganadora del pulso de las marchas. Es más, los hechos de los últimos días llevan a la derecha y al uribismo a un escenario en el que pocas veces han estado y es el de la movilización popular. Aún faltan tres años y medios de gobierno para ver en qué quedara este choque de fuerzas populares en las calles.