Petro reencauchó a Benedetti en su primera línea de poder para negociar con el Congreso
El ahora exembajador ante la FAO empezará sus nuevas labores desde este mismo martes y tendrá oficina en el tercer piso de Palacio, junto a los despachos del presidente Gustavo Petro y de la directora del Dapre, Laura Sarabia.
Armando Benedetti apareció sobre el mediodía de este lunes en la Casa de Nariño para formalizar lo que había anunciado 48 horas antes: su renuncia a la embajada de Colombia ante la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) y el regreso a la política local como nuevo asesor del presidente Gustavo Petro.
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Armando Benedetti apareció sobre el mediodía de este lunes en la Casa de Nariño para formalizar lo que había anunciado 48 horas antes: su renuncia a la embajada de Colombia ante la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) y el regreso a la política local como nuevo asesor del presidente Gustavo Petro.
Sin más compañía que la de sus escoltas, Benedetti caminó desde la Carrera Octava en el centro de Bogotá hasta la oficina del mandatario con un sobre en la mano que contenía las cuatro páginas con las que se despedía del cargo diplomático. Además de un resumen de su gestión, en los documentos le explicó a Petro que el movimiento fue impulsado por un tema familiar, puntualmente la recuperación de su salud, pues ya había dicho que entró en un proceso de rehabilitación por su problema de adicción a las drogas.
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De lo que no hablaba la misiva era de su futuro, el cual, sin embargo, ya se había definido 10 días antes en Barranquilla y se ajustó este mismo lunes en el despacho del jefe de Estado. Durante casi cuatro horas conversó con Petro sobre su nuevo rol de asesor presidencial para el diálogo con el Congreso, justo cuando el Gobierno se juega su legado y posicionamiento para el 2026 con proyectos como los de las reformas a la salud, el trabajo, la política, las transferencias a las regiones y una ley de financiamiento.
Casi al término de la reunión entró al lugar Laura Sarabia, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) y quien, por conducto de Benedetti, se convirtió en la mano derecha del mandatario, rol que no ha abandonado durante los últimos dos años. La foto del encuentro es, para varios en el Congreso y la Casa de Nariño, por lo menos menos paradójica, luego de las conocidas tensiones entre el exembajador y la funcionaria que incluso derivaron en escándalos que hoy se mueven en los estrados judiciales.
Al respecto, Benedetti aseguró que la relación con Sarabia también será la “rehabilitación de una amistad y de un trabajo que tuvimos hace mucho tiempo”. Él mismo dijo que el reencuentro fue en buenos términos y que la publicación de la foto fue la manera de enviar un mensaje de unidad en el primer círculo de poder del Ejecutivo. Según fuentes oficiales, Benedetti estuvo buscando a Sarabia durante el todo el fin de semana, pero el encuentro solo se puedo concretar ayer en la Presidencia.
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¿Qué efecto tendrá el regreso de Armando Benedetti al gobierno Petro?
El nuevo asesor de Petro aseguró que su trabajo será mejorar el relacionamiento con el Congreso, lo cual, según dijo, no significa utilizar la “politiquería” y la “mermelada”, sino reconocer que se necesita al poder Legislativo para cogobernar. Este punto abre varios interrogantes sobre cómo podría encajar en la estructura que actualmente opera el relacionamiento del Gobierno con otros poderes.
Lo primero a resolver es cómo será el trabajo en la Casa de Nariño junto a Laura Sarabia. Varias fuentes de la Presidencia le dijeron a El Espectador que el retorno de Benedetti a Bogotá puede detonar la salida de la directora del Dapre, la cual se ha comentado desde hace varias semanas y está enmarcada, como lo reveló este diario el fin de semana, en su pelea con el ala más radical del petrismo, integrada por alfiles del presidente como Augusto Rodríguez (UNP), Daniel Rojas (Ministerio de Educación) y Jorge Rojas (Vicecanciller).
Benedetti insistió en que deberán trabajar en recomponer la relación, pero que hay ambiente para trabajar en equipo. Sin embargo, asesores de Sarabia comentan que la situación no sería sostenible durante mucho tiempo, pues incluso otros funcionarios en la Casa de Nariño no querrían compartir con el exembajador. A todo se suma que ésta es apenas la primera movida de muchas en el alto Gobierno, pues entre enero y marzo se espera una desbandada de embajadores y ministros que harán campaña de cara al 2026.
Por otra parte, en el oficialismo algunos ven la llegada de Benedetti como un refuerzo a la labor del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, quien de hecho ha logrado destrabar en varios puntos la agenda reformista de Petro. Sin embargo, también existe tensión y diferentes visiones de gestión entre ambos. “Para nada, estamos completos de asesores”, dijo Cristo este lunes cuando le preguntaron si el también exsenador podría hacer parte de su equipo.
En cualquier caso, en el Capitolio reconocen la influencia de Benedetti en las bancadas de La U, los liberales y otros sectores, lo cual, en cierta medida, reafirmaría la estrategia del Gobierno de negociar con los congresistas uno a uno para defender sus proyectos. Cabe anotar que el nuevo funcionario es cercano al clan Torres de Barranquilla, polémico por la supuesta financiación irregular de la campaña presidencial del 2022, y que tiene varios senadores y congresistas.
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Sobre Benedetti también pesan las sombras de sus líos judiciales, uno de los cuales, precisamente, tiene que ver con la campaña, pues fue citado, junto a Sarabia, a declarar ante la Fiscalía sobre los que sabe al respecto. Además, tiene abiertos varios expedientes en la Corte Suprema de Justicia y un proceso disciplinario en la Cancillería por un supuesto hecho de violencia de género. La entidad ya tiene un veredicto al respecto, pero aseguró que aún no es momento de publicarlo. Benedetti, por su parte, se ha defendido señalando que no hay ninguna prueba en su contra.
El nuevo asesor de Petro se anticipó a las críticas y desde la Casa de Nariño aseguró que, en cuanto a los temas económicos, aún no se sabe si será funcionario o contratista, pero que ganará un 30 % menos de lo que percibía como embajador; que eran cerca de $75 millones sin sumar los gastos de representación. En este punto cabe anotar que defendió su gestión en ese cargo hablando de la aprobación de un plan estratégico para Colombia por 592 millones de dólares para seguridad alimentaria (2025-2028) y el logro de la sede para Colombia de la Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria (2026).
Sobre sus problemas personales, reiteró que no se solucionan de un momento a otro, sino que trabajará día a día en su proceso de rehabilitación. El presidente Petro, al cierre de esta edición, no se había pronunciado sobre la movida, pero desde ya varios sectores coinciden en que tendrá que aprovechar las habilidades políticas de Benedetti, pero también atajar sus posibles conflictos.
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