Petro sacudió el servicio exterior con nombramientos donde persisten perfiles políticos

Con los ojos puestos en consolidar su influencia en el escenario internacional, y que ha intentado cimentar con la visibilidad que tiene el país con la Cop16, el presidente Gustavo Petro sacudió el servicio exterior. De los últimos cinco decretos firmados por el canciller Luis Gilberto Murillo para nombrar a embajadores en el extranjero, solo dos cumplen con la promesa que su antecesor, Álvaro Leyva, hizo en 2022 al llegar al Palacio de San Carlos: priorizar a quienes forman parte de la carrera diplomática. Los otros tres nuevos diplomáticos que fueron nombrados el pasado 17 de octubre han sido, en diferentes medidas, cercanos al primer mandatario.

Con los ojos puestos en consolidar su influencia en el escenario internacional, y que ha intentado cimentar con la visibilidad que tiene el país con la Cop16, el presidente Gustavo Petro sacudió el servicio exterior. De los últimos cinco decretos firmados por el canciller Luis Gilberto Murillo para nombrar a embajadores en el extranjero, solo dos cumplen con la promesa que su antecesor, Álvaro Leyva, hizo en 2022 al llegar al Palacio de San Carlos: priorizar a quienes forman parte de la carrera diplomática. Los otros tres nuevos diplomáticos que fueron nombrados el pasado 17 de octubre han sido, en diferentes medidas, cercanos al primer mandatario.

Los dos nombramientos de carrera diplomática que se confirmaron hace seis días son los de Divia Desideria Cepeda, quien será la primera embajadora de Colombia en Rumania desde 2002, y Diego Felipe Cadena Montenegro, el primer embajador en propiedad en Australia, donde hay más de 35.000 colombianos, durante el gobierno de Gustavo Petro. En estos dos años estuvo a la cabeza Esther Margarita Arias como encargada de negocios. La reapertura de la embajada en Bucarest (Rumania), que lleva 22 años sin operar, costará 455 millones de pesos, según los datos de Cancillería y a la que accedió El Espectador a través de mecanismos legales. Una vez abierta, implicará un gasto mensual de 1.540 millones en arriendo, materiales y servicios.

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Aquella fue una de las 10 sedes diplomáticas que Petro anunció abrir a comienzos de 2024. Otras de la lista, que en total supondría una inversión de casi 24 mil millones de pesos, ya tienen también embajador nombrado. Uno es Yeison Arcadio Meneses quien estrenará la oficina en Etiopía. El docente e investigador abrirá la cuarta nueva misión durante la administración actual, después de República Checa, Senegal y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con sede en Roma. En esta sigue estando a cargo Armando Benedetti, cuyo nombramiento y gestión ha sido cuestionada e incluso está bajo investigación disciplinaria dentro de la Cancillería. La embajada que dirigirá Meneses, y que supondrá un costo de anual de 1.636 millones, es parte de la “Estrategia África”, que ha venido liderando la vicepresidenta Francia Márquez, incluida en el presupuesto de 2024 del Fondo Rotario.

Además de Rumania, el 17 de octubre también quedó firme el nombramiento para la sede de Guyana: el nuevo embajador es el filósofo y líder juvenil raizal Graybern Livingston Forbes, quien fue parte del equipo de empalme de Petro para el área de “poblaciones”, junto con Natalia Molina y Clemencia Carabalí. En Guyana tampoco había representación diplomática de Colombia desde 2022 y costará anualmente más de 3.770 millones de pesos.

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Una de las figuras que recientemente ha criticado los gastos de la Cancillería es la senadora del Centro Democrático María Fernanda Cabal, quien también ha empezado a buscar pista para ser la candidata de su partido a las próximas elecciones presidenciales. La congresista de oposición tilda como un derroche el hecho de que Colombia cuente con 63 embajadas y 7 misiones permanentes ante organismos internacionales, cuyo funcionamiento anual cuesta más de 27 millones de dólares, es decir, cerca de 111 mil millones de pesos.

Junto con Livingston, otras dos figuras cercanas al presidente Petro debutan como embajadores. Uno de ellos es Fabio Alejandro Mariño, excombatiente del M-19 conocido como ‘Hipólito’, quien fue nombrado embajador en Panamá y reemplazará a Mauricio Baquero, diplomático de carrera que ocupó el cargo en el país vecino durante los últimos dos años. El otro es Daniel Ernesto Prado, el abogado que defendió a Petro durante su mandato como alcalde de Bogotá.

Prado, quien llegará a la embajada de Bélgica, sonó para ser ternado a la Defensoría del Pueblo hace unos meses, antes de que Petro decidiera conformar la terna solo por mujeres. Cuando el 16 de agosto fue elegida Iris Marín como nueva defensora, el abogado trinó: “mis más sinceros deseos de éxito en estos nuevos retos por el bien del país”. Ahora, y como quedó en firme con el decreto 1289 del 17 de octubre de 2024, llegará a reemplazar a Jorge Rojas, quien recientemente empezó a ejercer como nuevo vicecanciller.

Nombramientos como los de Livingston, Mariño y Prado generan ruido tanto dentro como fuera de la Cancillería, porque aunque el decreto 274 de 2000 establece que el 20% de los embajadores deben ser diplomáticos de carrera, la promesa de Petro fue subirla a, por lo menos, 50%, algo que aún no se ha cumplido, según los sindicatos. De las 16 hojas de vida que se han presentado al Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre) este año para designar embajadores y cónsules, solo siete corresponden a diplomáticos de carrera. Un ejemplo reciente es el de Camila María Polo Flórez, quien ha desempeñado funciones diplomáticas en Austria y Bélgica y aspira a ser nombrada embajadora en Vietnam, cargo que quedó vacante en julio tras el regreso a Colombia del embajador Miguel Ángel Rodríguez.

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Los nombramientos políticos, sin embargo, no son un asunto exclusivo del gobierno de Gustavo Petro. De hecho, según los datos que recolectó Diplomacia Abierta en un informe reciente, de las 70 misiones diplomáticas en el exterior, hay 28 en donde nunca ha habido un embajador de carrera. Una de ellas es México, donde el servicio diplomático que nombró Petro se ha ido desplomando de a pocos. Hace menos de un mes, se conoció la resolución de la Cancillería en la que se formalizó la salida del embajador Moisés Ninco Daza de su cargo por no cumplir con los requisitos. Además, en la Procuraduría también tiene proceso pendientes luego de que El Espectador revelara que hizo un mal uso de la sede diplomática. Sumado a eso, el cónsul Andrés Camilo Hernández Ramírez, quien había trabajado con Petro cuando fue senador, ha estado en el foco de la opinión pública por presunta estafa y manejos irregulares de dinero.

Mapa de Diplomacia Abierta:

Sobre esto último se pronunciaron este martes los sindicatos de la Cancillería: “Consideramos que los hechos descritos en las denuncias contra el señor Hernández constituyen un abuso y una transgresión a las prerrogativas que otorga la inmunidad diplomática”. Unidiplo y Asodiplo recordaron que en marzo de este año el Consejo de Estado anuló la resolución que lo nombró cónsul, y solicitaron al Ministerio de Relaciones Exteriores que inicie una investigación sobre las denuncias.

Mientras que embajadas clave, como las de Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia, confirmaron su asistencia a la COP16, las críticas por los nombramientos políticos en el servicio diplomático continúan. En paralelo, algunos congresistas de la oposición se han dado a la tarea de refutar las afirmaciones del presidente sobre un supuesto “golpe de Estado” frente a la comunidad internacional.

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