“No promoveremos la reelección”: se confirman los ejes del acuerdo nacional de Petro
El acuerdo nacional del presidente Petro, que lidera el ministro Cristo, le cierra la puerta a la reelección. Su contenido fue anticipado por El Espectador.
El presidente Gustavo Petro le acaba de dar su visto bueno definitivo al acuerdo nacional que venía trabajando el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, y cuyo eje central es tender puentes con sectores de oposición, independientes, empresariales, sociales y otros para que la polarización que azota al debate político actual baje y se abran espacios para establecer consensos.
El documento, en poder de El Espectador, consta de 1.098 palabras y en esencia confirma lo que ha venido anticipando este diario en cuanto a sus contenidos y ejes determinantes. De hecho, quedó explícito que “no promoveremos la reelección ni la alteración de los periodos de los mandatarios de la rama ejecutiva de elección popular”.
Más información: Están listos los tres ejes determinantes del acuerdo nacional de Petro
Esto es clave, porque uno de los fantasmas que venía rondando el diálogo entre oficialismo y oposición era que se abrirá de nuevo la puerta a la reelección y que el presidente Petro buscara estar otros cuatro años en la Casa de Nariño. Si bien el mandatario ha dicho que “en lo personal” ese tema no le interesaba, aún no se ha desmarcado de los proyectos que sí tienen ese propósito y que son promovidos por alfiles suyos como la senadora del Pacto Isabel Zuleta.
“Acordamos garantizar la estabilidad de las reglas de juego democráticas en el corto, mediano y largo plazo en los niveles nacional, regional y local. No promoveremos la reelección ni la alteración de los periodos de los mandatarios de la Rama Ejecutiva de elección popular. Nos comprometemos, en el marco del proceso del Acuerdo Nacional, a estudiar y construir consensos sobre el cambio en el sistema político y electoral para que sea más eficiente y transparente, para que se fortalezcan los partidos y movimientos políticos y para que mejore el sistema de financiación de las campañas políticas”, quedó explícito en el punto dos, denominado “respecto a las reglas electorales y al calendario electoral”.
Consulte aquí: Estos son los tres intentos de hacerle una cirugía al sistema político y electoral
Y se agregó: “Cualquier cambio institucional tendrá que ser producto de los trámites y requisitos contenidos en la Constitución Política de 1991 y que implican un amplio proceso de participación ciudadana, deliberación legislativa y controles de constitucionalidad”.
Otro de los puntos que quedó especificado en el documento que se comenzó a socializar con varios sectores, tal cual lo anticipó El Espectador, es el compromiso de bajarles a los decibeles a la confrontación verbal que cada día sube de tono entre petrismo y oposición.
Si bien ambos sectores la promueven con sus intervenciones públicos, la intención es que se dé un compromiso entre las partes para revestir de altura la discusión política. Aquí la duda es qué tanto copiarán el presidente Petro, muy confrontacional siempre en sus intervenciones y declaraciones en redes, y sus contradictores, que también acuden al verbo fuerte para enfrentar al jefe de Estado.
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“Nos comprometemos a promover desde el ejemplo, la recuperación de los valores democráticos, a desescalar el lenguaje en el debate y la deliberación política, a erradicar la estigmatización y a respetar la diferencia y el disenso en todos los escenarios; a acordar medidas efectivas para promover una mejor respuesta del Estado a la protección de la vida de los líderes políticos y sociales y de las personas firmantes de paz. Asimismo, acordamos promover y acompañar la búsqueda de un pacto político nacional que tenga como fin la reconciliación nacional y la convivencia pacífica que aún anhela Colombia”, quedó dicho en el punto uno, bautizado “seguridad y erradicación de la violencia del ejercicio de la política”.
Los otros tres ejes, como lo reveló este diario, están basados en la búsqueda de acuerdos políticos para profundizar la transformación territorial, promover el crecimiento económico y dar el debate argumentativo en el Congreso sobre la agenda legislativa y las reformas que promueve la Casa de Nariño.
Este último aspecto también es determinante, pues podría marcar la pauta en torno a si el Gobierno mantendrá o no la fórmula de convocar a manifestaciones callejeras para presionar decisiones a su favor en las ramas Judicial y Legislativa.
“Acordamos trabajar con todos los partidos políticos representados en el Congreso, la discusión de un grupo prioritario de proyectos que hacen parte de la actual agenda legislativa, y de esta manera dar trámite para su aprobación, en el marco del respeto a la oposición, de la deliberación argumentativa, de la búsqueda constructiva de consensos y del diálogo respetuoso”, quedó especificado en el punto cinco, titulado “compromiso con la deliberación argumentada y el trámite en el Congreso de las reformas sociales”.
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La expectativa de todo esto radica en qué tanto calará en medio de la cada vez más creciente polarización entre oficialismo y oposición. El ministro Cristo y la Casa de Nariño ven la viabilidad de abrir un espacio positivo a este documento.
👁🗨 Conozca cómo votan los senadores y representantes a la Cámara en ‘Congreso a la mano’.
👉 Lea más sobre el Congreso, el gobierno Petro y otras noticias del mundo político.
✉️ Si tiene interés en los temas políticos o información que considere oportuno compartirnos, por favor, escríbanos a cualquiera de estos correos: hvalero@elespectador.com; aosorio@elespectador.com; dortega@elespectador.com; dcristancho@elespectador.com; mbarrios@elespectador.com ; lbotero@elespectador.com o lperalta@elespectador.com.
El presidente Gustavo Petro le acaba de dar su visto bueno definitivo al acuerdo nacional que venía trabajando el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, y cuyo eje central es tender puentes con sectores de oposición, independientes, empresariales, sociales y otros para que la polarización que azota al debate político actual baje y se abran espacios para establecer consensos.
El documento, en poder de El Espectador, consta de 1.098 palabras y en esencia confirma lo que ha venido anticipando este diario en cuanto a sus contenidos y ejes determinantes. De hecho, quedó explícito que “no promoveremos la reelección ni la alteración de los periodos de los mandatarios de la rama ejecutiva de elección popular”.
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Esto es clave, porque uno de los fantasmas que venía rondando el diálogo entre oficialismo y oposición era que se abrirá de nuevo la puerta a la reelección y que el presidente Petro buscara estar otros cuatro años en la Casa de Nariño. Si bien el mandatario ha dicho que “en lo personal” ese tema no le interesaba, aún no se ha desmarcado de los proyectos que sí tienen ese propósito y que son promovidos por alfiles suyos como la senadora del Pacto Isabel Zuleta.
“Acordamos garantizar la estabilidad de las reglas de juego democráticas en el corto, mediano y largo plazo en los niveles nacional, regional y local. No promoveremos la reelección ni la alteración de los periodos de los mandatarios de la Rama Ejecutiva de elección popular. Nos comprometemos, en el marco del proceso del Acuerdo Nacional, a estudiar y construir consensos sobre el cambio en el sistema político y electoral para que sea más eficiente y transparente, para que se fortalezcan los partidos y movimientos políticos y para que mejore el sistema de financiación de las campañas políticas”, quedó explícito en el punto dos, denominado “respecto a las reglas electorales y al calendario electoral”.
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Otro de los puntos que quedó especificado en el documento que se comenzó a socializar con varios sectores, tal cual lo anticipó El Espectador, es el compromiso de bajarles a los decibeles a la confrontación verbal que cada día sube de tono entre petrismo y oposición.
Si bien ambos sectores la promueven con sus intervenciones públicos, la intención es que se dé un compromiso entre las partes para revestir de altura la discusión política. Aquí la duda es qué tanto copiarán el presidente Petro, muy confrontacional siempre en sus intervenciones y declaraciones en redes, y sus contradictores, que también acuden al verbo fuerte para enfrentar al jefe de Estado.
Es de su interés: Gobierno cede ante un Congreso desconfiado para aterrizar su agenda
“Nos comprometemos a promover desde el ejemplo, la recuperación de los valores democráticos, a desescalar el lenguaje en el debate y la deliberación política, a erradicar la estigmatización y a respetar la diferencia y el disenso en todos los escenarios; a acordar medidas efectivas para promover una mejor respuesta del Estado a la protección de la vida de los líderes políticos y sociales y de las personas firmantes de paz. Asimismo, acordamos promover y acompañar la búsqueda de un pacto político nacional que tenga como fin la reconciliación nacional y la convivencia pacífica que aún anhela Colombia”, quedó dicho en el punto uno, bautizado “seguridad y erradicación de la violencia del ejercicio de la política”.
Los otros tres ejes, como lo reveló este diario, están basados en la búsqueda de acuerdos políticos para profundizar la transformación territorial, promover el crecimiento económico y dar el debate argumentativo en el Congreso sobre la agenda legislativa y las reformas que promueve la Casa de Nariño.
Este último aspecto también es determinante, pues podría marcar la pauta en torno a si el Gobierno mantendrá o no la fórmula de convocar a manifestaciones callejeras para presionar decisiones a su favor en las ramas Judicial y Legislativa.
“Acordamos trabajar con todos los partidos políticos representados en el Congreso, la discusión de un grupo prioritario de proyectos que hacen parte de la actual agenda legislativa, y de esta manera dar trámite para su aprobación, en el marco del respeto a la oposición, de la deliberación argumentativa, de la búsqueda constructiva de consensos y del diálogo respetuoso”, quedó especificado en el punto cinco, titulado “compromiso con la deliberación argumentada y el trámite en el Congreso de las reformas sociales”.
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