El pacto se rompió: Gobierno y Alcaldía endurecieron su confrontación por Bogotá
Aunque en octubre habían acordado bajarle al tono de pelea, el compromiso entre Petro y Galán duró poco. El petrismo citó a debate de control político al alcalde por la crisis de agua y el Distrito habla de desinformación y teme decisiones del jefe de Estado que atenten contra la autonomía de la capital.
Laura C. Peralta Giraldo
No duraron mucho los buenos términos en los que quedaron el presidente Gustavo Petro y el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, tras su encuentro de inicios de octubre en la Casa de Nariño. Los choques entre ambas administraciones son cada vez más recurrentes y se han intensificado al punto de que la bancada petrista citó al alcalde a debate de control político en el Congreso por la crisis de agua que se vive en la capital. El distrito señala al Ejecutivo de desinformar a la ciudadanía.
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No duraron mucho los buenos términos en los que quedaron el presidente Gustavo Petro y el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, tras su encuentro de inicios de octubre en la Casa de Nariño. Los choques entre ambas administraciones son cada vez más recurrentes y se han intensificado al punto de que la bancada petrista citó al alcalde a debate de control político en el Congreso por la crisis de agua que se vive en la capital. El distrito señala al Ejecutivo de desinformar a la ciudadanía.
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Al parecer, los equipos de Petro y Galán habrían prometido en dos reuniones que tuvieron en octubre bajarles a los roces, pero poco duró el pacto, pues señalamiento que lanza el jefe de Estado contra la capital es contestado al poco tiempo por funcionarios del Distrito o por el mismo alcalde, y medidas que toma Galán frente al racionamiento de agua o en torno a algunas obras importantes de la capital son cuestionadas desde el oficialismo.
En el trasfondo, reconocen fuentes cercanas de parte y parte, hay intenciones electorales para los próximos certámenes políticos. Ya hay incluso nombres sonando.
Este martes, por ejemplo, el presidente señaló que el “problema estructural por escasez de agua” está relacionado con “un modelo de desarrollo depredador articulado a grandes negocios de particulares poderosos: grandes especuladores de tierra y dueños del transporte público privatizado”.
Estas palabras las utilizó días antes en un trino dirigido a Galán y al exalcalde Enrique Peñalosa por la ampliación que busca hacer la Alcaldía a la Av. Boyacá, una obra que implica la extracción de 20 hectáreas de la reserva Thomas van der Hammen y que está en pausa luego de la demanda de nulidad que presentó el ministerio de Ambiente de Susana Muhamad y es estudiada del Consejo de Estado.
Según le dijo a El Espectador el secretario General de Bogotá, Miguel Silva, nada tiene que ver lo uno con lo otro y critica que el presidente lance ese tipo de afirmaciones: “Partiendo de la buena fe uno diría que puede ser por la visión que tiene el Gobierno de ciudad, pero en muchos casos se comparte con información que no es precisa. Además, la Avenida Boyacá es un proyecto que el mismo Gobierno Petro había propuesto, pero que ahora no les parece bien”.
Además de las discusiones técnicas, que las hay, se ha evidenciado que ambos lados han llevado los debates del Metro, la ampliación de la Av. Boyacá, el Hospital San Juan de Dios y el nivel de los embalses hacia el lado político. Y mucho tendrían que ver las elecciones presidenciales y al Congreso de 2026 y la permanencia de ambos proyectos en el poder. De hecho, hasta se mencionan los comicios regionales de 2027.
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Y es que después de la elección de Galán como alcalde mayor y de la derrota del petrismo con su candidato Gustavo Bolívar (director de Prosperidad Social), el proyecto progresista entendió que había perdido fuerza en Bogotá, ciudad que le dio a Petro 2.2 millones de votos para las presidenciales (segunda vuelta) y a la cual le debe gran parte de su victoria. Por ello, las dos administraciones, reconociendo el fortín político que significa la capital, han buscado catapultar sus discursos y mostrarse como la visión correcta de ciudad.
Desde el oficialismo indican públicamente que solo se trata de hacerle control político a Galán, pero internamente hay voces que aceptan que hay una estrategia política electoral detrás. También hay molestia, pues algunos sienten que las peleas del Gobierno solo le dan “aire” y reconocimiento al alcalde, que sí tendría toda la intención de llegar a la Casa de Nariño. “El presidente le está dando oxígeno y lo está poniendo al nivel de presidenciable”, cuenta un funcionario del Ejecutivo.
Por su parte, la senadora María José Pizarro, quien citó al alcalde en la Comisión Primera del Senado a debate de control político señala que sus intenciones son únicamente para evitar que Bogotá “entre en una crisis estructural”.
“Hay un exceso de indulgencia con el alcalde Galán y por el contrario, una ausencia de equilibrio con el Gobierno”, sostiene la senadora, quien reclama que se especuló injustamente contra el Ejecutivo sobre un racionamiento de gas e incluso de energía. “Pero, en Bogotá llevamos desde mayo en racionamiento y es como si no pasara nada”, agrega.
Precisamente, Pizarro y la ministra Muhamad son dos de las figuras del petrismo que más han tomado la bandera de Bogotá, y desde el Distrito e incluso desde el Gobierno aseguran que tienen claras aspiraciones electorales y que ambas buscan el guiño de Petro. Ambas públicamente han desmentido estas versiones.
Como hay discusiones electorales en el petrismo, también las hay en el Nuevo Liberalismo, partido con el que llegó Galán a la Alcaldía y que celebrará su Asamblea a finales de este año para definir quién será su candidato o candidata.
Mucho molestó en el petrismo, e inclusive en las mismas filas del partido del asesinado Luis Carlos Galán y en el Distrito, que el exsenador Juan Manuel Galán (hermano del alcalde) haya asistido a la convención liberal, en la que se habló de una posible alianza contra Petro.
“Es una pésima decisión por parte del establecimiento político, del que parece ya hace parte el Nuevo Liberalismo”, dijo Pizarro.
Ahora bien, el debate de control político también ha movido fibras en la administración distrital, en la que aún no se ha tomado una decisión frente a la asistencia, pues recuerdan que Galán no está obligado a asistir al no ser objeto de control político de parte del Congreso.
“Nosotros le hemos dado toda la información a los congresistas sin importar de qué sector política sean. Pero, sí pedimos que se cuente la historia completa, en Bogotá no hay desabastecimiento de agua, hay racionamiento como una medida preventiva. Se está poniendo como si todo el abastecimiento de Bogotá dependiera del embalse de Chuza y eso no es cierto”, dice el secretario General.
El debate promete agitarse todavía más, entre otras cosas, porque todavía existe la posibilidad de que el presidente declare emergencia por la situación en Bogotá. Así lo temen desde el Distrito e incluso fuentes de la UNGRD sostienen que aunque la entidad lo descartó con un estudio técnico, el jefe de Estado se muestra dispuesto a tomar esta determinación.
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