Gobierno tuvo que mover su acuerdo nacional para después de las regionales

Si bien se ha hablado mucho del acuerdo nacional, hasta ahora se empieza a conocer un plan concreto. Luego de tres meses de que el presidente Gustavo Petro anunciara la propuesta, se plantea una hoja de ruta para responder con claridad a tres preguntas: con quiénes se va a dialogar, sobre qué y cómo. En los primeros meses, el Gobierno avanzó en conversaciones con sectores políticos y económicos para tantear el terreno. Ese proceso, según le contaron a este diario, ya terminó y el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, tiene una valoración positiva de las conversaciones previas, que desde ya le permite poner a andar una metodología clara, que iniciaría tras las elecciones regionales del 29 de octubre para que no se den pasos en falso en medio del tenso ambiente electoral.

Si bien se ha hablado mucho del acuerdo nacional, hasta ahora se empieza a conocer un plan concreto. Luego de tres meses de que el presidente Gustavo Petro anunciara la propuesta, se plantea una hoja de ruta para responder con claridad a tres preguntas: con quiénes se va a dialogar, sobre qué y cómo. En los primeros meses, el Gobierno avanzó en conversaciones con sectores políticos y económicos para tantear el terreno. Ese proceso, según le contaron a este diario, ya terminó y el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, tiene una valoración positiva de las conversaciones previas, que desde ya le permite poner a andar una metodología clara, que iniciaría tras las elecciones regionales del 29 de octubre para que no se den pasos en falso en medio del tenso ambiente electoral.

Velasco además afirmó que presentó un borrador de la hoja de ruta del acuerdo nacional al primer mandatario, quien estaría revisando dicho documento para instalar formalmente la propuesta, con una metodología clara en diversos frentes. “Le he prestado una hoja de ruta al señor presidente, quien la está evaluando y muy seguramente en los próximos días caminaremos con ella para hablar con la sociedad (…) Hablemos mirándonos a los ojos; menos trinos y más diálogo”, dijo en una entrevista con Caracol Radio. Según el ministro, el acuerdo nacional requiere desplazarse a las regiones, al tiempo que se mantienen conversaciones con el Congreso.

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En los últimos meses, el Gobierno ha buscado recuperar la confianza y las mayorías entre los sectores políticos, tras las dificultades que dejó el primer año legislativo con los atropellados debates de las reformas estructurales. Hasta el momento, el presidente Petro, el ministro Velasco y el director del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE), Carlos Ramón González, se han reunido con los partidos de la U y Liberal, con empresarios y otros gremios. Igualmente, aseguran que bajo esa gran sombrilla, llamada acuerdo nacional, también están los diálogos con José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), y también los procesos sobre la política de la “paz total”.

Y es que, según dicen, el acuerdo nacional no solo abarca la construcción de consensos para aprobar las reformas estructurales en el Congreso, sino que es una propuesta mucho más ambiciosa de la que hasta ahora no se conoce metodología. Según el senador Iván Cepeda (Pacto Histórico), quien participa activamente en esa propuesta y que es uno de los mediadores en los diálogos entre Lafaurie y el ministerio de Agricultura por la reforma rural integral, no se trata de una política de gobierno sino de un acuerdo de estatura histórica. “Eso significa llegar por primera vez a una especie de concertación nacional que nos permita abordar problemas de fondo y de carácter estructural con todas sus ramificaciones”, dijo el senador.

Por su parte, el presidente Gustavo Petro afirmó este lunes 18 de septiembre que “es indudable que tenemos que alcanzar este acuerdo nacional que tiene que ver con temas centrales como la tierra. Eso significaría una repartición de la riqueza creada a partir del trabajo agrario”. A eso agregó Velasco que, para cumplir con ese objetivo, él le ha propuesto al primer mandatario salir a las regiones para resolver la violencia y otras necesidades en las periferias.

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Según lo contó Velasco, que coincide con la versión del senador Iván Cepeda y de otras fuentes del Gobierno consultadas, el acuerdo nacional empezaría de manera formal a partir el octubre, cuando haya terminado el periodo electoral, qué contrario a facilitar las conversaciones con sectores políticos y partidos, las ha complicado por la competencia por los votos y las alianzas regionales. Aunque en las charlas previas se evaluó la voluntad política y, según el Gobierno, es positiva, todavía hay sectores que no están completamente convencidos, tanto que algunos partidos están presentando contrarreformas en el Legislativo, mientras que la comisión accidental sobre la reforma a la salud generó ruido.

Iniciando en octubre se busca “tener la certeza de que nadie va a utilizar esto con una agenda política de por medio, para tener réditos electorales. Aquí lo que se trata es de abordar de una manera honesta algo que le conviene a todo el país. Si esa voluntad es clara, ya podemos hablar de una hoja de ruta”, afirmó Cepeda. Igualmente, luego de las elecciones llegarían nuevos actores (alcaldes y gobernadores) a los gobiernos territoriales, con los que se busca un renovado proceso de diálogo. Para el senador del Pacto Histórico, parte de establecer una metodología, pues, según dice, los temas que se abordarían ya son claros: paz, seguridad, desigualdad social, corrupción, democracia, el problema del medio ambiente, la matriz energética, narcotráfico, minería, rentas ilegales, entre otros.

Esa hoja de ruta ya está en manos del presidente Petro, quien tiene la competencia constitucional para establecer el proceso y hacer las acotaciones necesarias. Desde el Gobierno se busca mantener el tema en reserva, para que se vaya configurando el escenario más propicio, lejos de mantener discusiones innecesarias sobre el tema. Aun así, el acuerdo nacional se ha convertido en el nuevo relato político del Gobierno, que existe junto al de la “paz total”, el “cambio por la vida”, la “justicia ambiental” y otros que amplios conceptos que no terminan de aterrizar. Sobre eso, Cepeda aseguró que de todas formas el proceso “ya va a comenzar” y que “se están entablando los canales, formas y procedimientos”, que legalmente podrían incluirse, desde proyectos de ley, hasta posibles decretos y acuerdos.

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Por otro lado, la voluntad del Gobierno es que el acuerdo nacional no se reduzca solamente a los diálogos en el Congreso y el plano netamente político, sino que incluiría también a movimientos sociales y grupos vulnerables. No obstante, eso ha confundido a los sectores más conservadores, quienes ven esos acercamientos como una dificultad, pues, al tiempo que el Gobierno los llama a dialogar, hay otros afines al Ejecutivo que anuncian movilizaciones, lo que pareciera el ejercicio de cierto tipo de presión. Para el senador David Luna, es fundamental ejercer control y contrapeso ante esos posibles “excesos de poder”.

Al tiempo, la Federación Colombia de Trabajadores de la Educación (Fecode) ya anunció una nueva jornada de movilizaciones para el próximo miércoles 27 de septiembre, que tendrían como objetivo apoyar nuevamente las políticas del Gobierno y la reforma a la Ley Estatutaria de Educación, con la que el Gobierno busca “hacer de la educación un derecho fundamental como política de Estado”, aseguró el sindicato.

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Ese mismo día el presidente Petro ofrecería un discurso desde la Plaza de Bolívar en Bogotá, así lo aseguró Fecode. “Se requiere una fuerte, masiva, festiva y pacifica movilización social, que dé cuenta del amplio respaldo al gobierno del cambio, que exija al legislativo la aprobación de las reformas propuestas”, pidió el magisterio. Así pues, al tiempo que el Gobierno habla de diálogo nacional, no dejaría de ejercer presión desde las calles, en donde se solicita la aprobación las reformas, que es uno de los fines o, al menos, uno de los componentes claves del acuerdo nacional.

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