Así fueron las más recientes movidas de Piedad Córdoba en su labor en el Congreso

La fallecida senadora Piedad Córdoba hacía parte de la Comisión Séptima del Senado.

Foto: Mauricio Alvarado Lozada

La fallecida legisladora Piedad Córdoba hacía parte de la Comisión Séptima del Senado, a donde llegó tras haber hecho parte de la lista cerrada con la que el Pacto Histórico presentó sus candidatos al Congreso y con la cual esa colectividad afín al presidente Gustavo Petro obtuvo 2,8 millones de votos y logró 20 curules en el Capitolio.

Ese fue el regreso de Córdoba al Congreso, lugar en el que ya había estado varios años como legisladora del Partido Liberal. En efecto, llegó en 1994 con el aval de la colectividad roja y salió en 2010 tras una destitución promovida desde la Procuraduría del conservador Alejandro Ordóñez por supuestamente tener relaciones con la extinta guerrilla de las Farc.

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Sin embargo, el Consejo de Estado le devolvió sus derechos políticos en 2016 y solo hasta que Petro, a finales de 2021 y comienzos del 2022, la convenció de regresar a la contienda electoral es que aceptó hacer parte de las listas del Pacto Histórico y, por eso, tenía un asiento en la Comisión Séptima del Senado hasta este sábado que se confirmó su fallecimiento en Medellín.

Entre sus últimos movimientos legislativos estuvo el debate de control político que promovió para regular a los medios y potenciar los espacios de comunicación comunitarios. La razón, según dijo en su momento, es que se estaban ventilando varias noticias que a su juicio eran falsas y que, por lo mismo, se debía abrir un gran debate sobre esta posible regulación.

Incluso, en una de sus últimas intervenciones en el recinto de su comisión, más o menos por septiembre, se solidarizó con congresistas mujeres del Centro Democrático que estaban siendo víctimas de violencia política y machista en redes y medios por copartidarios de la propia Piedad Córdoba. Dijo, en ese momento, que ella también había sufrido de esos ataques y que, por lo mismo, los rechazaba.

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“Detesto a Roy (Barreras) y a (Armando) Benedetti, con ropa y todo; me repugnan los dos”, aseguró Córdoba desde su curul de congresista. Y les mandó un mensaje directo: “Díganles que yo les dije ratas, con el perdón de las ratas”. Las palabras de la senadora, investigada en la Corte Suprema por sus presuntos nexos con las extintas Farc y cuyo hermano, Álvaro, fue extraditado a Estados Unidos por narcotráfico, se dieron en medio de una discusión en torno a cómo, según las quejas de varios legisladores, el debate político se volvió un escenario de agresión digital usando como vehículo las redes.

De hecho, la congresista recordó en ese momento que fue apartada de la campaña por petición directa de Petro, de acuerdo con su versión, por cuenta de los señalamientos que en su contra movieron Barreras y Benedetti. “¿Cuáles eran los hijuep*** líos? Ninguno”, aseguró.

“La campaña de desprestigio que me armaron ese Roy y Benedetti fue muy dura”, agregó Córdoba, quien dijo que ella no tenía interés de regresar al Congreso y que fue desde el Pacto, partido en el que militó hasta su fallecimiento y por el cual ostentaba la curul, que la buscaron para que hiciera parte de las listas que Barreras encabezó y Benedetti ayudó a impulsar.

Piedad Córdoba, además, estaba muy activa en defensa de las reformas que venía impulsando la Casa de Nariño. Incluso, se declaró presta a defender la cirugía al sistema de salud que, por normatividad congresional, desde febrero próximo aterrizaba precisamente en la Comisión Séptima de Senado.

Córdoba era partidaria de darle más espacio al Estado en el sistema de salud, tal cual lo promueve Petro, y siempre dijo que detrás de este sector había intereses económicos grandes que impedían el avance de la reforma.

“Si la oposición de derecha, que incluye al centro morrongo (Centro Democrático), está tan escandalizada con el nombramiento de Aldo Cadena quiere decir que vamos por el camino correcto. Ellos extrañan a (Carlos) Palacino. Mi respaldo a Aldo Cadena, estupendo nombramiento”, fue una de sus últimas declaraciones tras la llegada de ese alfil petrista a la jefatura de la Nueva EPS.

Frente a la reforma laboral, tanto desde el Congreso como desde sus redes, defendió la necesidad de volver a pagar completos los dominicales y, entre otras cosas, que las horas extras se reconozcan desde las 7 de la noche. Eso también estaba lista a promoverlo cuando esa iniciativa de Petro llegara a su comisión.

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Pero, además de lo legislativo y más allá de sus polémicas judiciales y políticas –por las que tenía expedientes penales y disciplinarios abiertos en su contra–, también se caracterizó por pedir más atención para Chocó, departamento vecino a su natal Antioquia y con el cual siempre sintió afinidad.

“Es mi esperanza como Senadora y política profundamente comprometida con el departamento de Chocó, que se reciban por parte del presidente Gustavo Petro las propuestas del documento ‘desarrollo de las políticas públicas en proyectos innovadores con sus respectivos vehículos de financiamiento para el avance de los territorios producto del trabajo’, realizado con un grupo de profesionales y para entonces con la gobernadora electa del Chocó y el alcalde electo de Quibdó, el cual establece una visión estratégica que aporta al desarrollo del departamento”, fue una de sus últimas declaraciones tras la tragedia que ocasionó el derrumbe de un pedazo de la vía Quibdó-Medellín y por el cual fallecieron 39 personas.

Ahora, en materia legislativa, hay expectativa por quién asumirá la curul que tenía Piedad Córdoba, pues con la decisión del Consejo de Estado de quitarle la credencial de senador a Alexander López por doble militancia debía ingresar Ferney Silva, pero ese paso aún no se ha formalizado.

Si Silva asume la curul de López, el siguiente en la lista cerrada es el actual viceministro de Trabajo Edwin Palma, quien, en teoría, sería el llamado a ocupar la silla de Córdoba y, para ello, debería renunciar a su cargo en el Ejecutivo. Pero si no da ese paso, el otro nombre que continúa en la plancha cerrada del Pacto Histórico es el de Sonia Bernal.

En todo caso, más allá de esta organización del Congreso, el país político –salvo contadas excepciones– lamentó el fallecimiento de una mujer que dejó su marca en varias instancias del poder colombiano.

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