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Planes de defensa en las FF.MM.

Nadie quiere una guerra con Venezuela, pero FF.MM. preparan plan en caso de agresión.

María del Rosario Arrázola
21 de diciembre de 2009 - 10:04 p. m.
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Las Fuerzas Militares están siguiendo paso a paso y minuto a minuto las declaraciones de distintos funcionarios del gobierno de Venezuela sobre las relaciones con Colombia. A pesar de que las decisiones sobre la tropa y el manejo de todos los batallones, sobre todo en las zonas de frontera,  pasan exclusivamente por los canales gubernamentales, El Espectador conoció que en el interior de las Fuerzas Armadas se están evaluando distintos escenarios en el caso de que exista una agresión de Venezuela.

De acuerdo con fuentes consultadas, se ha considerado desde la orden de acuartelamiento total, incluyendo a los reservistas, hasta la obtención de un censo detallado de los colombianos que se encuentran en el vecino país y el número de venezolanos que hoy residen en Colombia. “El objetivo no es otro que conocer cuáles son sus oficios y,  en el caso de una confrontación, se pueda establecer cuál puede ser su comportamiento o si mantendrían neutralidad”, comentó a este diario  una fuente de inteligencia.

Así mismo, las Fuerzas Militares, con apoyo de personal de inteligencia, están elaborando un pormenorizado análisis sobre cuál es y puede ser la reacción de las Farc y el Eln en caso de una situación de hecho en la crisis entre Colombia y Venezuela. “Nosotros consideramos que la alianza que se anunció en los últimos días entre las Farc y el Eln no es otra cosa que una fusión en torno al tema venezolano. Es más, no descartamos que los guerrilleros atacarían objetivos en Colombia para favorecer los intereses políticos del gobierno de Venezuela”, añadió un alto oficial.

En prevención de una acción guerrillera para pescar en río revuelto de la crisis entre las dos naciones, la Fuerza de Tarea Omega y la Fudra tienen una directriz específica en estos momentos: desplegar toda su capacidad para “rodear” a los guerrilleros o, por lo menos, no permitirles salida de áreas estratégicas como el Cañón de las Hermosas, Caquetá, Antioquia, Chocó, Putumayo y Nariño, así como en sitios neurálgicos de la frontera con Venezuela en los departamentos de Arauca, Norte de Santander y La Guajira.

Además, según información conocida por El Espectador, al margen de las divergencias políticas entre Colombia y Venezuela, las Fuerzas Militares ya están identificando puntos neurálgicos como acueductos y redes de energía eléctrica que podrían ser objetivos de un ataque bélico. Lo mismo ocurre respecto a hospitales y centros de salud en sitios fronterizos. “Aparte de las bases militares y los batallones, hay que proteger estas áreas esenciales, pues así se garantiza la seguridad de la población civil”.

En documentos reservados, los organismos de inteligencia y de seguridad del Estado ya están consignando un registro del número de armas, aviones, helicópteros y fuerza terrestre de Colombia y, obviamente, de Venezuela. “Sabemos bien lo que representa el avión Sukhoi, de fabricación rusa, un verdadero peligro para nuestra soberanía, pero nuestro armamento ha mejorado considerablemente y a estas alturas creemos que los podemos neutralizar si actuamos con rapidez”, manifestó la fuente.

Uno de los puntos identificados como más sensibles es la península de La Guajira, “por la cantidad de recursos naturales que hay en la zona y porque se trata de la región de alta mar más estratégica del país. De hecho, en esa región están concentrados muchos de los esfuerzos militares para proteger la soberanía. Algunos analistas creen, incluso, que esa sería la zona de mayor interés para Venezuela en caso de una confrontación”. Esa región amerita un cuidado especial y las Fuerzas Militares saben que esa tarea empieza desde el apoyo civil.

Nadie quiere responder una eventual agresión del gobierno de Venezuela. Mucho menos las Fuerzas Militares que tienen suficiente con la confrontación interna. Pero la oficialidad hace lo suyo: recaudar información preventiva que pueda ser decisiva. “Nuestras tropas combaten todo el año y están entrenadas para resistir. Además, el acuerdo de cooperación militar con Estados Unidos, que no es para armar guerras sino para garantizar la seguridad interna, nos tranquiliza”, puntualizó la fuente. En silencio, los militares evalúan mientras esperan órdenes.

Por María del Rosario Arrázola

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