De acuerdo con la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el genocidio del partido Unión Patriótica dejó más de 6.000 víctimas.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada
La sentencia con la que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) condenó al estado colombiano por la violencia sistemática contra los integrantes de la Unión Patriótica (UP), además de ponerle fin a un proceso judicial de casi tres décadas, ser un pequeño aliciente a la perseverancia de los miembros del partido y brindar las herramientas para reparar a las víctimas, dejó varias reflexiones sobre el futuro de un proyecto político que nació como una forma de contribuir a la apertura democrática.
Por Felipe García Altamar
Bogotano. Periodista de Uninpahu. Vinculado a El Espectador desde 2014. fgarcia@elespectador.com
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