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En pleno cierre 2020, Iván Duque anunció un cambio en uno de los despachos más claves de su gabinete que estaba en cabeza de Alicia Arango, quizá la persona del Gobierno más cercana al padrino político del jefe de Estado, el expresidente Álvaro Uribe Vélez. Daniel Palacios llega a dirigir el Ministerio del Interior, cartera a la que ingresó desde 2019, antes de que se acabara su período como concejal de Bogotá.
(Lea: Alicia Arango se va de Mininterior a la embajada de Naciones Unidas)
Las raíces de Palacios están en el Cesar, de donde es oriunda su familia y quienes de sus miembros se destaca a Aníbal Martínez Zuleta, abuelo materno, exalcalde de Valledupar y excontralor condenado por corrupción en 1985, y su tía María Cleofe Martínez, que fue senadora a finales de los 90 y principio de los 2000.
Su familia, de acuerdo con la Silla Vacía, siempre ha sido cercana del expresidente Álvaro Uribe, por lo que su carrera política la ha construido alrededor de las banderas del también exgobernador de Antioquia y exsenador. También participó de las juventudes uribistas junto a Tomás y Jerónimo Uribe.
Como su abuelo y tía, Palacios heredó la vena por el servicio público y la política, graduándose como politólogo de la Universidad de Florida y especializándose en temas de Defensa y Seguridad Nacional y comenzando carrera en la que se destaca su acompañamiento al programa Colombia Joven, asesor de las Fuerzas Militares, concejal y primer presidente por el Centro Democrático del Concejo de Bogotá, director encargado de la Unidad Nacional de Protección y viceministro para los asuntos políticos.
Es desde el viceministerio que Palacios ha ganado preponderancia en este Gobierno y dentro del Congreso, donde este año, por ejemplo, lideró y estuvo pendiente en el trámite del proyecto de acto legislativo que levantaba la prohibición de la cadena perpetua para los delitos sexuales cometidos contra los menores de edad. También, él estuvo pendiente de las votaciones a defensor y procurador, cargos a los que llegaron Carlos Camargo y Margarita Cabello, amigos de la administración.
Y es que a Palacios se le ha visto más en el Capitolio y en las plataformas virtuales donde se llevan a cabo las sesiones que a la misma Arango, que se concentró más en estos últimos meses en los diálogos con los grupos étnicos y las negociaciones con la minga. Tanto así, que fueron los propios congresistas los que, durante este semestre legislativo de sesiones mixtas (a distancia y presenciales), afirmaron tener más interlocución con Palacios que con la saliente ministra Arango.
En ese sentido, su nombramiento no evidencia cambio de estrategia en el manejo de la cartera política, pues las tareas que venía desempeñando serán prácticamente las mismas, con especial énfasis en la relación con el Congreso, ganada a pulso, pues él nunca ha ocupado una curul en la corporación, pero cuenta con el respeto de una mayoría.
Igualmente, el año y medio que le corresponderá sortear el manejo legislativo le acarreará un costo político, ya que es anticipado por organizaciones la Misión de Observación Electoral que los períodos anteriores a elecciones el rendimiento del Congreso se reduce y son pocos los proyectos que se sacan adelante, pues los parlamentarios y todo el mundo político están concentrados en reforzar sus fortines electorales para la contienda en las urnas. Si es por agenda propuesta por el Gobierno a principio del mandato, a Palacios le quedará la tarea de tramitar una reforma política, a la salud y de justicia en tiempos apretados y dispersos.