Otty Patiño, de miembro del M-19 y constituyente a jefe negociador de paz con el Eln
El presidente confirmó que su antiguo compañero de lucha guerrillera será la cabeza de las negociaciones que se reanudan este lunes.
Para los constituyentes de 1991, la carta magna que de allí salió fue un acuerdo de paz entre el Estado y varias guerrillas que se desmovilizaron entre 1990 y 1991: M-19, EPL, Quintín Lame, PRT, y otros movimientos. Ese enfoque de paz también se ha materializado en procesos posteriores, como el que se tuvo con las Farc y el que se planea reanudar con el Eln. Tal ha sido el espíritu de dicha constitución que algunos de los que participaron de su construcción han sido pieza fundamental para la búsqueda de la paz en el país: Álvaro Leyva, Humberto de la Calle (jefe de negociador de los diálogos de la Habana) y ahora se une al listado Otty Patiño.
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Para los constituyentes de 1991, la carta magna que de allí salió fue un acuerdo de paz entre el Estado y varias guerrillas que se desmovilizaron entre 1990 y 1991: M-19, EPL, Quintín Lame, PRT, y otros movimientos. Ese enfoque de paz también se ha materializado en procesos posteriores, como el que se tuvo con las Farc y el que se planea reanudar con el Eln. Tal ha sido el espíritu de dicha constitución que algunos de los que participaron de su construcción han sido pieza fundamental para la búsqueda de la paz en el país: Álvaro Leyva, Humberto de la Calle (jefe de negociador de los diálogos de la Habana) y ahora se une al listado Otty Patiño.
Este jueves, el presidente Gustavo Petro confirmó que Patiño será el próximo jefe de negociador de los diálogos con el Eln, que se reanudarían este lunes. De esta forma, al igual que De la Calle, Otty Patiño no solo pasará a la historia del país por haber participado de forma activa en el proceso constituyente, sino que también será recordado por haber liderado un proceso de paz con una guerrilla. Aunque en el tiempo reciente su nombre no ha sonado tanto, Patiño es uno de esos personajes que ha figurado en distintos momentos de la historia nacional.
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De origen vallecaucano, nació en Buga en 1945, Patiño fue uno de los muchos cofundadores del Movimiento-19 de abril (M-19), guerrilla en la que militó el actual presidente. Desde antes de hacer parte del movimiento guerrillero, Patiño estuvo en varios movimientos de izquierda y revolucionarios. Sin embargo, el “M” fue el bautizo de Patiño en la lucha revolucionaria. “Participé en todas las reuniones de creación del M-19, porque soy de los fundadores. Cuando eran reuniones de decisión las llamábamos conferencias. La primera fue un carretazo porque obviamente era una organización clásica de izquierda que trataba de recoger las experiencias y el impulso que se estaba dando a nivel mundial”, contó Patiño sobre los primeros días del M-19 en una entrevista con Rafael Pardo.
Aunque figura entre los cofundadores del M-19, el papel de Patiño en un principio no estuvo de frente en la lucha armada, sino que su campo de acción, en su mayoría, era la planeación y el tema publicitario, un aspecto en el que la extinta guerrilla se destacó frente a otros alzados en armas de la época. Como parte de estos roles, fue uno de los que planeó el robo de armas al cantón norte, a finales de 1979, y la toma a la embajada de República Dominicana, a comienzos de 1980. En una entrevista dada a El Tiempo, Patiño catalogó esta acción en la sede diplomática como un primer paso hacia las negociaciones de paz entre el gobierno y el M-19, pues este hecho permitió que se sentaran las bases para futuros diálogos entre el gobierno, en ese momento liderado por Julio César Turbay, y la guerrilla.
Patiño también participó en otras acciones, como el secuestro a Álvaro Gómez. Incluso, este fue reconocido por haber confirmado que el líder conservador estaba en manos del movimiento guerrillero. Esto último le granjeó la enemistad de Gómez, que durante la constituyente expresó sus molestias. “A Álvaro Gómez le molestaba mucho encontrarse con Otty Patiño en el pasillo de la constituyente. cuando lo veía decía: ‘cambiemos de lado, porque ahí viene mi carcelero’”, comentó hace unos años a este este diario el exconstituyente Juan Carlos Esguerra.
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Más allá de ser un estratega en algunos de los golpes armados más importantes de dicho grupo, Patiño también fue uno de los que acompañó a Carlos Pizarro en sus intenciones de paz, en parte debido a la que cercanía que tuvo con el último comandante del M-19. “Casi que el único comandante con el cual tuve amistad fue con Pizarro (…) Tenía una serie de conexiones de orden político, de crecimiento personal muy importantes (…) La muerte de Pizarro me impactó muy profundamente, no solo por lo político sino también por lo personal”, comentó Patiño a Rafael Pardo en un diálogo para un libro sobre el proceso de paz con el M-19. Otty Patiño participó de los equipos negociadores de paz tanto en los fallidos acercamientos con el gobierno de Belisario Betancur, como en los diálogos con el gobierno de Virgilio Barco. Estos últimos terminaron con la desmovilización de dicho grupo guerrillero el 9 de marzo de 1990.
Después de que el M-19 dejara las armas, y a pesar del asesinato de Carlos Pizarro, Patiño se mantuvo en el movimiento político que nació de los acuerdos de paz: Alianza Democrática M-19 (AD-M19). Fue por este movimiento que llegó a ser uno de los 19 constituyentes que salieron elegidos por la lista de la antigua guerrilla. En la asamblea, Patiño participó de la Comisión Primera, que en sus propias palabras fue la encargada de los temas de “derechos, deberes, de razones fundamentales del Estado colombiano, de principios, de garantías”. Para el ahora jefe negociador, la célula constitucional en la que participó fue esencial para dejar lo que hoy es la carta magna y el país: “viéndolo ya en la perspectiva histórica, lo que hicimos en la Comisión es lo que ha hecho que la Constitución del 91 haya podido traspasar una cantidad de problemas y de gente que se ha opuesto”.
En cuanto a su trabajo como uno de los autores de la constituyente, Patiño no se abroga muchos artículos, sino que destaca sobre todo su papel en la redacción del punto que reconoce el derecho a la honra. “Allí, digamos, hubo un articulito, digo articulito porque no ha tenido mayores de desarrollos, que es el derecho a la honra. Ese fue una propuesta mía. Yo pensaba que pues todos los seres humanos, independientemente de nuestro pensamiento, independientemente en nuestro pasado, tenemos derecho a ser honrado”, destacó el entonces constituyente.
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Aunque su papel no fue tan preponderante, como el de otros exmiembros del M-19 -es el caso de Antonio Navarro Wolf-, Patiño reivindica lo que vivió en esos seis meses de 1991, en los que se escribió la actual constitución: “Yo recuerdo que era como un momento raro, como un momento mágico. Uno se sentía como flotando, como caminando no sobre una realidad cotidiana, sino sobre una supra realidad, de un nuevo momento político que era inexplicable, que era mágico, pero que también tenía mucha fuerza, de tal manera que uno de sentía ahí sí, como dicen los algunos, navegando en la historia, en el río de la historia”.
Tras culminar su labor como constituyente, Patiño se dedicó a la vida académica y a la escritura. Se graduó como profesional en estudios políticos y resolución de conflictos de la Universidad del Valle y ha sido autor de libros como las “Verdaderas intenciones de las Farc”, “Las verdaderas intenciones del Eln”, “Guerras inútiles: una historia de las Farc” e “Historia Privada de la Violencia”. También fue cofundador del Observatorio para la Paz y ha trabajado en varias instituciones, sobre todo en temas de conflicto. Tan solo basta ver su historia de vida para ver la relevancia que tiene la designación de Otty Patiño como negociador con el Eln: fue cofundador de la guerrilla en la que militó Petro, dejó las armas y participó del proceso constituyente, y ahora último centró su trabajo en temas de paz y resolución de conflictos.