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La senadora Sandra Ramírez (Partido Comunes) pronunció unas desafortunadas declaraciones, según reconoció ella misma, sobre los secuestros que cometieron las extintas Farc. Ocurrió en medio de la conmemoración que hizo esa colectividad a Jorge Briceño, alias Mono Jojoy, quien fue abatido hace 11 años por el Ejército. La congresista sugirió que los uniformados, políticos y civiles que mantuvieron secuestrados vivían cómodamente en el monte colombiano porque “tenían su camita y su cambuche”.
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Las declaraciones fueron rechazadas de inmediato por el mundo político colombiano, que recordó al “Mono Jojoy” como quien ordenó que miles de secuestrados fueran confinados en pequeños espacios, que se asemejaban a cárceles, y que tenían alambres de púas por doquier. Incluso el presidente Iván Duque, desde Nueva York, dijo que las declaraciones de la congresista fueron infames porque, a su juicio, Briceño fue la “encarnación de todas las formas del mal”.
Pero las palabras de Ramírez cayeron especialmente mal entre las víctimas de las Farc, quienes recordaron las condiciones en las que por años vivieron, y en algunos casos murieron, en las montañas de Colombia. Laura Charry es hija de Carlos Charry, uno de los diputados del Valle del Cauca que fue asesinado por las FARC en 2007, y a pesar del calibre de las declaraciones no se mostró sorprendida. Según dijo, son varias las ocasiones en las que las Farc han hablado de las supuestas buenas condiciones en las que mantenían a los secuestrados, a pesar de las enfermedades y deterioro físico que tuvieron debido a la exposición a las condiciones selváticas y el trato que sufrieron.
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“Así se retracten, ante la JEP hemos escuchado ese tipo de declaraciones sobre que ellos los tenían muy bien, cuando muchas veces en los videos escuchábamos que no había podido entrar una misión médica y ahora vienen a decir que estaban bien. ¿Quién está bien en la selva? Nadie está bien allí”, dijo Charry, quien recordó las pruebas de supervivencia a través de videos que recibieron poco antes de la muerte de los 11 diputados. “Así nos dimos cuenta del trato inhumano e irrespetuoso que recibieron”.
La víctima de la guerrilla considera que, en lugar de reiterar este tipo de declaraciones, la guerrilla debería centrarse en cumplir su parte del Acuerdo de paz firmado hace cinco años con el Gobierno de Juan Manuel Santos. “Deberían proponer qué van a hacer como miembros de un grupo que causó tanto daño a la sociedad y sobre todo a mi familia, para resarcir ese daño”, dijo Charry, quien cree que a pesar de quedar consignado en el acuerdo de paz no hay muestras reales de arrepentimiento por parte de las Farc.
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Por su parte, el general (R) Luis Mendieta, quien fue secuestrado por las Farc en noviembre de 1998 y pasó 12 años de su vida en el monte, manifestó que decir que estuvieron en buenas condiciones es una ofensa al pueblo colombiano, pero sobre todo a las víctimas del conflicto. “Es un despropósito porque allí nos tuvieron con cadenas, candados, y tratos inhumanos. Seguro estar acostado en un plástico en medio de la selva es algo normal para Ramírez”.
Mendieta recordó que en medio del cautiverio varios de sus compañeros fueron asesinados o murieron porque no pudieron recibir atención médica. También rememoró que la mayor parte del día tenían fusiles apuntando a sus cabezas, como forma de intimidarlos, y coincidió en que la organización aún no cumple su parte del acuerdo, en el que hizo parte de la delegación de víctimas. “Ellos no están cumpliendo con el Acuerdo de Paz. En la JEP no han asumido su responsabilidad como determinadores, porque se daban órdenes por radio que cumplían los subalternos”.
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Sergio Araújo, sobrino de Consuelo Araújo, calificó en medio de un conversatorio de la Revista Semana como “tremendamente ofensivas” las declaraciones de Ramírez.”20 años después todavía estamos esperando que las Farc en cualquier escenario pidan perdón por haber segado la vida de una gestora cultural y mientras tanto cada año celebran la muerte del genocida mayor”, dijo sobre Briceño a quién calificó como “el inventor de los campos de concentración para secuestrados”.
Entre tanto, tras el revuelo que causaron sus declaraciones, la senadora del Partido Comunes pidió perdón a las víctimas y reiteró su compromiso con cumplir el Acuerdo de Paz como firmante y excombatiente. “Quiero pedir excusas de corazón a las víctimas por mis desafortunadas declaraciones. No fue mi intención. También pido excusas a quienes se sintieron ofendidos. Reitero mi compromiso con la paz, por la reconciliación de la familia colombiana y para que estos hechos no vuelvan a ocurrir en nuestro país”, dijo Ramírez mediante un video que publicó en sus redes sociales.