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Al presidente Iván Duque le quedan un poco menos de 31 semanas en el poder. Desde hoy, pasarán 216 días hasta que el mandatario le ceda la banda presidencial a la persona que elijan los colombianos el próximo 29 de mayo o, si no hay una decisión ese día, en la segunda vuelta el 19 de junio. Recientes encuestas indican que la imagen negativa de Duque es innegable, y la historia y los principios de la ciencia política permiten afirmar que en la recta final de las administraciones no suele haber mucho margen de mejora en la aprobación ciudadana. Eso sí, hay temas a los que le apostará para mostrar como fruto de su paso por la Casa de Nariño, pero el vaticinio de los expertos es que no será un tiempo de grandes decisiones y mucho menos de reformas estructurales.
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No hay que perder de vista que a Duque se le atravesó una pandemia, con graves efectos sociales y económicos, que lo obligaron a reorientar su plan de gobierno y dirigir los esfuerzos a temas que no estaban en el radar cuando se posesionó, el 7 de agosto de 2018. Las banderas con las que se hizo elegir, como las reformas al Acuerdo de Paz o la reducción de cultivos ilícitos, no han tenido avances importantes o pasaron a un segundo plano tras el cambio de prioridades.
La seguridad, otro de los aspectos en los que se esperaba una mejoría, recién tuvo una victoria para el Gobierno con la aprobación de la Ley de Seguridad Ciudadana que se presentó con mensaje de urgencia por parte de Duque. Por esa y otras cuestiones propias del trámite en el Congreso, la iniciativa no estuvo exenta de controversias y eso terminó empañando la autorización del proyecto. Igual ocurrió con golpes al terrorismo, como las bajas o capturas de criminales de alto calibre, que fueron cuestionadas por la opinión pública.
Ocurrió, por ejemplo, con la captura de Otoniel que, si bien fue el golpe más importante al narcotráfico durante este gobierno, Duque la equiparó con la caída de Pablo Escobar y días después esa tesis naufragó en un mar de dudas cuando el propio Dairo Antonio Úsuga, nombre de pila del cabecilla del clan del golfo, desmintió al Gobierno y señaló que se entregó, mas no fue capturado.
“Hasta los grandes golpes al terrorismo vinieron secundados con señalamientos de que es mentira y por eso quedaron en entredicho sus acciones”, comentó al respecto Nadia Pérez, investigadora del Instituto de Estudios Políticos de la UNAB, quien considera que por ese y otros aspectos está por verse cómo se va a posicionar la seguridad en la agenda de los candidatos presidenciales que puedan ser asociados a Duque. “No sé hasta qué punto pueda calar el tema como en pasadas elecciones, porque la gente hoy está cansada de muchos otros temas”, agregó.
Y es que si en algo coincidieron los analistas fue en que en la carrera hacia la Casa de Nariño son más cosas las que le puede restar que las que puede legar Duque a candidatos como Óscar Iván Zuluaga, que es el de su partido, el Centro Democrático, pero también a los candidatos de la centro-derecha agrupados en el “Equipo por Colombia”, que eventualmente tendrán posturas relacionadas con seguridad y orden público.
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“Le apostará a minimizar daños para su partido o la coalición que termine constituyendo. El partido de gobierno no va a querer exhibirlo demasiado, porque su gestión no ha sido especialmente destacada”, señaló Juan Pablo Milanese, jefe del Departamento de Estudios Políticos de la Universidad ICESI. El académico explicó que el gobierno de Duque, como cualquier administración que no puede ser reelecta, entrará en una etapa conocida en política como “pato cojo”, en la que se acaba el combustible y cualquier avance es cosmético. “Pasa mucho más por el plano de la imagen del partido que de las determinaciones políticas, porque no es tiempo de grandes decisiones”.
No habrá decisiones profundas, más que por el talante del presidente Duque, por la actividad de un Congreso que trabajará a media máquina porque muchos congresistas estarán en campaña para repetir curul. Por lo mismo se considera un fracaso que, teniendo mayorías aplastantes como se vio en la aprobación de la Ley de Seguridad Ciudadana, no se hayan tramitado grandes reformas como la política, a la justicia o la JEP. De acuerdo con Pérez, “los grandes temas en el Legislativo, que Duque mostraba como agenda propia, fracasaron tras cuatro años en los que no logramos saber qué era la economía naranja”, que fue casi uno de sus lemas de campaña.
Así las cosas, a Duque no le quedará otra que seguirle apostando a los temas derivados de la crisis sanitaria, en los que encontró un respiro debido a los resultados que ha dado. En estos aspectos, si el país muestra resultados en temas como vacunación, reactivación económica y generación de empleo, este Gobierno puede encontrar un legado, ya que hasta el momento no hay algo claro que esté dejando su paso por la Presidencia.
“Hábilmente, está aprovechando la reactivación, producto de un rebote natural pospandemia. Eso va a repercutir directamente en indicadores económicos positivos. La reforma más importante era la tributaria y el desgaste político se centró ahí, así que es muy difícil que saque adelante una reforma estructural en el corto plazo. Se va a centrar en los réditos políticos que pueda generar esa reforma”, concluyó Marcela Prieto Botero, analista política.
Al parecer, esa será la carta de Duque, quien en su saludo de Año Nuevo fue reiterativo en los avances económicos y sociales de los últimos meses, así como en el progreso de la vacunación. El saludo de Año Nuevo del presidente Duque estuvo enfocado en mencionar los aciertos que a su juicio tuvo su gobierno durante 2021.
Salario mínimo, reactivación y vacunación: satisfacciones de Duque
La negociación del salario mínimo, la reactivación económica y el proceso de vacunación fueron los logros que más resaltó el mandatario, quien les insistió a los colombianos que aún no se han vacunado que deben cumplir con el “deber moral” de hacerlo. Según Duque, hasta el momento se han aplicado más de 64 millones de dosis; es decir que el 75 % de los colombianos ya recibieron al menos una dosis. Por ese motivo, para el mandatario, el Plan Nacional de Vacunación avanza de “manera firme y acelerada”.
El presidente exaltó el proceso de reactivación, asegurando que el año pasado Colombia registró un crecimiento del 9,7 %, “el más alto de los últimos 100 años” También mencionó programas como Ingreso Solidario y el Programa de Apoyo al Empleo Formal (PAEF), además de 159.000 subsidios de vivienda y la gratuidad de matrícula para los estudiantes de estratos 1, 2 y 3.