La reelección: una figura que, aún prohibida, impacta en la política actual

Solo Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos pudieron hacer uso de la reelección. Durante su segundo periodo, Santos presentó un proyecto que tumbó la figura.

Foto: El Espectador

El 28 de mayo de 2006 y el 15 de junio de 2014 son dos fechas con una fuerte carga simbólica para la política colombiana. Esos dos días resultaron de nuevo ganadores Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, los dos únicos presidentes que han podido acudir a la figura de la reelección en el siglo XXI. Y pese a que el ordenamiento jurídico y político colombiano ya no contempla esta posibilidad, es una figura que no deja de estar presente en los debates nacionales.

Y si de fechas en el calendario hay también otras dos que marcan momentos claves y en el que el Congreso fue protagonista: el 27 de diciembre de 2004, cuando se aprobó la releección, y el 4 de junio de 2015, cuando se tumbó. Además, hay otro día importante: el 26 de febrero de 2010, cuando se conoció la sentencia C-141 con la que la Corte Constitucional le cerró la puerta a una segunda reelección del expresidente Uribe.

Aunque fue más causa que consecuencia del momento político que atravesaba el país en cada uno de esos momentos, la reelección se ha convertido en uno de los principales hitos de la historia reciente de Colombia. Involucró a todas las ramas del poder público. Además, supuso una transformación de la lógica electoral, pues los dos presidentes reelegidos acudieron a grandes coaliciones con distintos partidos para conseguir su propósito.

Pero también llevó a una profunda revisión de lo que significa el Estado de Derecho de Colombia. Así lo dice Rodrigo Uprimmy, investigador de Dejusticia y docente de la Universidad Nacional: “El diseño institucional de la Constitución del 91 suponía la no reelección inmediata, ni siquiera la no reelección en ningún momento. Debilitó los mecanismos de separación de poderes y de pesos y contrapesos entre las ramas del poder público y otras instituciones del Estado”.

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La reelección también trajo consigo una carga polémica. La aprobación de la reelección en 2004 y las elecciones de 2014 -cuando Santos buscó y obtuvo su segundo periodo presidencial- dejó también grandes escándalos.

En el caso del acto legislativo 02 de 2004 dio paso a lo que se conocería como la “Yidispolítica”, un escándalo que tuvo como protagonista a la representante Yidis Medina, quien admitió que su voto -que fue clave para que se aprobara en la Cámara- fue positivo a cambio de apoyar el proyecto. Y aunque el expresidente se defendió, asegurando incluso que fue Medina la que quiso pedir prebendas a cambio del respaldo del proyecto, la justicia ya ha demostrado que sí se dieron esas negociaciones. El exministro del Interior y de Justicia de Uribe Sabas Pretelt de la Vega fue condenado, precisamente, por ofrecer notarías a cambio de votos.

Después de las elecciones de 2014, por otra parte, estalló uno de los mayores escándalos de corrupción no solo en Colombia, sino en América Latina: los pagos irregulares de Odebrecht. La multinacional brasileña habría aportado dinero a las campañas tanto de Santos como de Óscar Iván Zuluaga, quien perdió en segunda vuelta. Aunque el expresidente aseguró que fueron hechos que ocurrieron “a sus espaldas”, la influencia de la empresa se comprobó, por ejemplo, en millonarias sumas de dinero desitnadas a publicidad electoral.

Pero más allá de la sombra que dejaron esos episodios, hoy, cerca de una década después, la reelección es un debate que vuelve aparecer cuando se acercan las elecciones. Algunos congresistas del Pacto Histórico -la coalición que llevó al poder al presidente Gustavo Petro- han querido poner sobre la mesa la posibilidad de presentar un proyecto de acto legislativo que lo reviviría.

No obstante, aún no se ha presentado oficialmente una propuesta que cuenta con poco apoyo y que, en todo caso, se cruzaría con la que será la prioridad del Gobierno Nacional: la recién anunciada consulta popular sobre las reformas progresistas.

Actos legislativos, referendos y sentencias

La línea de tiempo de la reelección permite entender las grandes discusiones que se dieron en el país tanto para aprobarla como para hundirla, así como la implicación del Estado en su totalidad en dichos debates, mostrando las fortalezas, y debilidades, del Estado Social de Derecho promulgado por la Constitución de 1991.

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En abril de 2004, llegó, con apoyo del Gobierno, el proyecto de acto legislativo 02 al Capitolio que abría la puerta a la reelección inmediata, y por un único periodo. Durante el resto de ese año, la agenda del Congreso se centró en discutir el proyecto que el Senado aprobó 90 votos a 10 en el último debate. Luego, la Corte Constitucional con la sentencia C-1040 de octubre de 2005 le dio vía libre. En 2009, Uribe quiso buscar un tercer periodo, para lo que convocó un referendo con la intención de que los colombianos dieran el visto bueno, pero la Corte Constitucional -con la sentencia C-141 de 2010- le puso un tatequieto a esas aspiraciones.

Finalmente, el 20 de julio de 2014, en su discurso ante el Congreso, y ya habiéndose reelegido, Santos prometió que radicaría una reforma política para acabar con la reelección. “Hay que admitir que nuestro sistema institucional requiere de una profunda revisión. La reforma que proponemos busca restablecer en nuestra democracia el principio de pesos y contrapesos”, dijo Santos a los legisladores.

Sobre ese episodio, Uprimmy indica que “en la reforma constitucional equilibrio de poderes, que se hizo en el gobierno Santos, no solo se prohibió la reeleccióninmediata, sino toda reelección”.

Una profunda evaluación del Estado

Fue, precisamente, la Corte Constitucional la que lideró la discusión sobre la transformación del Estado. Y lo hizo a través de las dos sentencias que, con una diferencia de cinco años, llegó a conclusiones diametralmente opuestas.

Tras recibir más de 18 demandas de inconstitucionalidad, el alto tribunal hizo el control al acto legislativo 02 de 2004. En esa ocasión, la Corte consideró, en ese momento, que “permitir la reelección presidencial es una reforma que no sustituye la Constitución de 1991”. De hecho, indicó que permitir la reelección era una forma de garantizar, de manera legítima, la pluralidad en la democracia colombiana. Esto, con el argumento de que “permite que el electorado se pronuncie de manera efectiva sobre la gestión de sus gobernantes”.

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Sin embargo, cinco años después, la Corte, con ponencia del exmagistrado Humberto Sierra, frenó la segunda reelección. Fue enfática que “el resultado de una segunda reelección presidencial, desvirtuaría el principio de alternación”. Un precedente clave si se tiene en cuenta, como recuerda Uprimmy, que con la reforma del equilibrio de poderes se definió que, para revivir la figura, debería hacerse por un referendo. Uno como el que tumbó el alto tribunal.

“La reelección tiene que ver con el debate, a mi juicio, de presidencialismo y parlamentarismo. Y yo creo que es que el debate en América Latina es que como tenemos un régimen presidencial y a veces hay un buen gobernante, creemos que la alternativa es poder reelegirlo. Y eso es muy problemático en términos de caudillismo, autoritarismo, cierre de la democracia”, concluye el experto constitucionalista.

Coaliciones para conseguir la Casa de Nariño

El tercer gran cambio que trajo consigo la reelección fue la consolidación de grandes bloques de partidos para apoyar a los presidentes candidatos. En el caso de Uribe, en 2006 contó con una coalición integrada por, entre otros, Germán Vargas Lleras y Cambio Radical, La U y Juan Manuel Santos, y Carlos Holguín y el Partido Conservador.

En cuanto a Santos, ya como presidente, contó con el apoyo en segunda vuelta del Partido Liberal, Cambio Radical e, incluso, del Polo Democrático. “En esta coyuntura se produjo un hecho novedoso en la política colombiana. La izquierda, en cabeza del Polo Democrático Alternativo y otros sectores, apoyaron a Santos”, indicó la Comisión de la Verdad en su informe final.

Por supuesto, no fueron las primeras elecciones en las que se organizaron coaliciones de ese tamaño. Sin embargo, la continuidad de un proyecto político también significaba la posibilidad de participar en el Gobierno con puestos, como se ha visto con los dos presidentes postreelección: Iván Duque y Gustavo Petro. Y de hecho, el presidente Petro ha insistido en la necesidad de un frente amplio para, precisamente, reelegir al proyecto progresista.

El Acto legislativo que tumbó la reelección en Colombia:

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