Reforma a la justicia: lo bueno, lo malo y lo feo
La Comisión Primera de la Cámara aprobó recientemente el proyecto de reforma a la justicia. La iniciativa levantó polémica por la propuesta de aforar a fiscal, procurador, contralor, defensor y registrador, así como cambiar la forma de elección de magistrados a la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado. Esto opinan dos representantes.
“Yo no he visto el diablo”: César Lorduy (Cambio Radical)
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“Yo no he visto el diablo”: César Lorduy (Cambio Radical)
¿Qué tiene de bueno el proyecto?
Lo bueno es volver al sistema de cooptación puro y que las cortes evalúen, seleccionen y escojan no solamente a los aspirantes y candidatos, sino, también, a sus propios reemplazos, quitándole esa función al Consejo Superior de la Judicatura. También es bueno que el procurador, contralor, fiscal, defensor y registrador sean juzgados por el Congreso. Y destaco por último que los aspirantes a esos cargos puedan incluir la experiencia relacionada como requisito complementario, además de los que exige la Constitución.
¿Por qué volver a ese viejo sistema que se cambió con la Constitución del 91 para la elección de candidatos a magistrados de las Cortes?
Es una función que, por el contrario, las cortes desean, es decir, por qué la Corte tiene que basar su decisión limitada en una lista elaborada por un órgano que no es corte, que no imparte justicia, que no dicta sentencias y que a juicio de la Corte podría considerarse que hubo candidatos que no estuvieron incluidos en esa lista, pero que a la Corte le hubiera gustado evaluar. Dejarle esa libertad a la Corte creo que es lo más sano y no someter a la Corte a escoger entre 10 candidatos y nada más. Lo mismo que hacía el Consejo Superior de la Judicatura lo puede hacer la Corte. Hace un proceso de convocatoria pública, se inscriben, cumplen con unos requisitos, se escogen los que cumplen los mejores requisitos, la Corte entrevista y listo.
¿Y cómo garantizar que no se caigan en amiguismo dentro de la Corte y Consejo de Estado para seleccionar sus candidatos a magistrados?
No hay garantías de una cosa o de la otra, porque también podría decir por qué no podemos imaginarnos que ese amiguismo pudiera presentarse en el Consejo Superior de la Judicatura, que es la que pasa los diez candidatos. Yo presumo que ese amiguismo no está en el Consejo Superior de la Judicatura y tampoco está en la Corte. El sistema de cooptación puro en las Cortes debe ejercerse de manera integral, sino es cooptación, entonces quitémosle la posibilidad de que ellos elijan y simple y llanamente digámosle cuál es el candidato y ya.
Han llovido críticas sobre la propuesta de aforar fiscal, procurador, contralor, defensor y registrador…
La propuesta es que sean investigados y juzgados por el Congreso por hechos distintos a los delitos que son competencia de la Corte Suprema de Justicia. Sin que esa facultad para el Congreso signifique el más mínimo desajuste frente a las facultades que tienen las cortes respecto a esos altos dignatarios.
¿A quién benefician los cambios de requisitos para aspirar a procurador, fiscal, contralor, defensor y registrador?
La experiencia relacionada no significa que se va a excluir el requisito esencial que consagra la Constitución. Yo defiendo este cambio porque si a mí me ponen a escoger entre un aspirante a defensor abogado y otro que tiene doble titulación en Derecho y Sociología, yo elijo el segundo. Al contrario de lo que dicen, yo no veo que le estén quitando experiencia, sino adicionándola. No he visto dónde está el diablo aquí.
La presidenta de la Judicatura alerta que el proyecto podría caerse en la Corte Constitucional, ¿por qué desgastarse en una discusión que puede no resultar efectiva en términos constitucionales y jurídicos?
Las cosas son inconstitucionales o constitucionales cuando la Corte dice que lo son, es decir, no hay un juicio de preconstitucionalidad, ni tampoco hay una acción de prejudicialidad que diga que no se puede tomar ninguna decisión hasta que la Corte no se pronuncie. La Corte solo se puede pronunciar cuando se acude a ella. Durante el debate de la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca, la oposición decía que el proyecto era inconstitucional, ¿dejamos de debatirlo por eso? Se aprobó y la Corte declaró su constitucionalidad.
La razón que aduce el Consejo Superior de la Judicatura para considerar que eso es inconstitucional es porque dice que, antes de la Constitución de 1991, el sistema es como hoy en día se propone y los constituyentes lo cambiaron. Entonces desde ese punto de vista hay como una especie de una violación de la Constitución como por finalidad, pero eso no significa que no se pueda cambiar. Es decir, hay muchas cosas que aprobó el Constituyente del 91 que posteriormente han sido cambiadas y han vuelto al sistema anterior. Como hay cosas que aprobó el Constituyente del 91 que algunos desearían que ni siquiera hubieran sido aprobadas, por ejemplo, el salario de los congresistas. Si volviéramos al sistema anterior, sobre el salario de los congresistas, yo estaría ganando como 200 millones de pesos mensuales.
Pareciera que desde el Congreso solo se están haciendo esfuerzos por reformar la cúpula de la justicia, ¿qué pasa con los verdaderos problemas del sistema, la supercongestión, presupuesto, etc?
En estos momentos hay tres proyectos de reforma a la justicia en Comisión Primera. Del que hablamos y otros que tienen que ver con el tema de justicia propiamente dicha, como el de facultades jurisdiccionales a los notarios, a los centros de conciliación, hacer obligatorio el uso del precedente, la jurisdicción agraria y la jurisdicción para delitos ambientales. Yo he pedido que se acumulen los proyectos y hacer una reforma integral de la mano con los ministerios de Justicia y del Interior.
¿Le ve algo malo al proyecto?
Que se haya visionado que este proyecto es el vestido de un sastre para unos aspirantes que no logro visionar. Los que están actualmente en el cargo están comenzando o van por la mitad de su período, apenas se aprobó en primero de ocho debates, lo que se aprobó en Comisión Primera de Cámara no es lo definitivo.
“Esta es una reforma a la burocracia”: Germán Navas Talero (Polo Democrático)
¿Destaca algo bueno del proyecto de reforma a la justicia?
Esto no es una reforma a la justicia, sino una reforma a la burocracia. Cómo hablan de reformar a la justicia cuando simplemente se le van a dar calidades más o menos a quienes lleguen a esos cargos. No le veo nada bueno. Es una burla.
¿Qué es lo peor del proyecto para usted?
Quitarle la competencia a la Corte de juzgar a altos funcionarios y mandarlos a la Comisión de Acusación, sabiendo que la Comisión no sirve para nada. ¿Por qué terminan aforando al defensor del Pueblo, procurador, contralor, fiscal y registrador? ¿Qué se gana con que pasen a la Comisión de Acusación? Los aforados saben que ahí no les pasa nada. ¿Cuántas investigaciones tienen los expresidentes en la Comisión? Ninguna. Lo único que se ha hecho hasta ahora en esa Comisión fue el caso del magistrado Gustavo Malo.
¿A quién cree que beneficia el proyecto?
A todos los que van a llegar a esos cargos.
¿Cree necesario volver al modelo anterior a la Constitución de escogencia de candidatos a la Corte Suprema y Consejo de Estado?
En el 91 se cambió porque no servía y no entendemos bien por qué quieren volver al sistema viejo, a quién quieren favorecer, qué están buscando. La reforma no es sana porque están abriendo la brecha para que puedan elegir a sus amigos.
Usted que lleva más de 10 años en el Congreso y ha dedicado su vida profesional al derecho penal, ¿cómo ha visto la evolución de las propuestas para mejorar el sistema judicial?
Recordemos la reforma a la Fiscalía que hizo el fiscal que no tenía experiencia en penal, Luis Camilo Osorio, y propuso la reforma al sistema penal oral acusatorio, que es un engendro. Eso pasó la semana pasada en la Comisión Primera de la Cámara, con la aprobación del proyecto. Reformar cómo acceder a los cargos que administran justicia no es ninguna reforma, es politizar más esos cargos.
¿Por qué cree que insisten en el tema, sabiendo que la presidenta de la Judicatura señaló que la reforma puede caerse en la Corte por inconstitucional?
Están probando fuerzas. Siempre echándole pulsos a la Corte Constitucional. No se han dado cuenta de que si la Corte los corrige es porque no saben redactar. Les he dicho muchas veces que no se quejen de la Corte que les enseñe de derecho, porque ellos improvisan. Mire lo que están haciendo ahorita, de que intentan modificar una ley estatutaria, a través de una ley ordinaria, simplemente por el interés que tienen de dilapidar recursos a través de la Ley de Presupuesto. Ellos saben que la Corte les va a tumbar eso, pero mientras que la Corte lo estudia y lo tumba, lo aplican. A eso juegan ellos.
A su juicio, ¿cuáles son los temas necesarios y urgentes para reformar la justicia?
La gente está jarta de la impunidad. Piense en un sujeto que lo han capturado cometiendo un delito y, por el procedimiento engorroso que hay en estos momentos, lo tienen que dejar salir. Los vencimientos de términos provocados por los defensores son otro problema y con esto, los delincuentes de cuello blanco terminan ganando.
Al principio del gobierno Duque se propuso una gran reforma a la justicia liderada por Gloria María Borrero, pero esta no pasó, sin embargo, desde entonces se han tramitado proyectos pequeños que recogen temas de la gran reforma. ¿Duque sacará esa reforma a pedazos para el final de su mandato?
No han hecho nada. Lo que hacen es incrementar penas, como el show tan ridículo que hicieron con la cadena perpetua que la Corte declaró inconstitucional. Eso lo advertimos en la Comisión Primera.
¿Esto proyecto va por el mismo camino?
Sí, pero hay que ver pueden conseguir mientras lo declaren inconstitucional, qué piruetas pueden hacer.