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La victoria que celebró este jueves el Gobierno por cuenta de la aprobación de la reforma laboral en la plenaria del Senado es momentánea. Desde ya, los ministros del Interior, Juan Fernando Cristo, y Trabajo, Gloria Inés Ramírez, así como la bancada del Pacto Histórico, se preparan para afrontar un duro panorama en el Senado con los dos debates finales.
El reto del oficialismo es lograr consensos en torno al texto y sumar la mayor cantidad de votos posibles de partidos como el Liberal, el Conservador y La U. Si bien en la Cámara el Gobierno tiene una probada mayoría, en el Senado ha quedado demostrado que pueden llegar a ser más los que van en contra de la agenda de Petro.
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A esto se suma que en la actual legislatura el presidente de la corporación es Efraín Cepeda, quien ya ha chocado varias veces con el presidente por diversos temas e incluso aseguró que ve complicado el tránsito de la reforma laboral por el Senado porque, a su juicio, se trata de un proyecto que no genera empleo y perjudicaría al país.
Desde la oposición del Centro Democrático también han señalado que la reforma no le da garantías a los empresarios y, de hecho, el tema ya generó una dura pelea entre el presidente Gustavo Petro y el expresidente Álvaro Uribe. El choque, además, según varios congresistas, golpeó la apuesta de un acuerdo nacional.
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¿Qué falta para que la reforma laboral sea ley?
El primer paso es el debate de la Comisión Séptima del Senado, que ha demostrado ser una plaza difícil para el Gobierno, pues solo basta recordar el hundimiento de la reforma a la salud. En esa oportunidad, nueve senadores firmaron la ponencia de archivo: Lorena Ríos Cuéllar (Colombia Justa Libres), Honorio Henríquez y Alirio Barrera (Centro Democrático), Nadia Blel y José Alfredo Marín (Partido Conservador), Miguel Ángel Pinto (Partido Liberal), Ana Paola Agudelo (MIRA), Berenice Bedoya (ASI) y Norma Hurtado (Partido de la U).
Los votos a favor que en ese entonces tuvo la reforma fueron los de los senadores Wilson Arias, Ferney Silva y Martha Peralta (Pacto Histórico), Omar de Jesús Restrepo (Comunes) y Edwing Fabián Díaz (Alianza Verde).
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La opción del Gobierno es tocar puertas a los partidos independientes para sumar ocho apoyos. Ya en la plenaria, está el interrogante de si efectivamente podrán concretar acuerdos. El presidente del Senado, Efraín Cepeda, ya ha declarado estar en contra de la iniciativa, y quien está en una posición como la suya podrá tener el control sobre los debates que se desarrollen en el recinto.
En Cámara, para que el proyecto pudiera avanzar, el Gobierno cedió en algunos puntos claves, pues fueron eliminados al menos 20 artículos relacionados con los derechos colectivos de los trabajadores, y en la plenaria se votó en contra de regular los contratos agropecuarios y las garantías en los trabajos de carácter rural. Así las cosas, lo más probable es que, si la reforma laboral tiene chances de ser aprobada en la plenaria del Senado, también salga con varios cambios.
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