Reformas estructurales de 2023: un filtro para la coalición de gobierno
Proyectos esenciales para el Gobierno como las reformas política, pensional, agraria, a la salud y la justicia, el Plan Nacional de Desarrollo, el Ministerio de la Igualdad, entre otros, dependerán de la cohesión de una coalición que ya mostró sus primeras fisuras, así que varias voces de la bancada advierten que el próximo año se sabrá realmente con quiénes cuenta el oficialismo. ¿Cómo mantener la unión de una bancada tan variopinta en el trámite de proyectos de corte reformista y social?
Si las discusiones que se presentaron este año en el Congreso sobre reformas como la tributaria, política y la “Paz total” fueron complejas, los debates de 2023 serán tan intensos como imperdibles. El próximo año se tramitarán en el Capitolio los proyectos de cambios estructurales que prometió el Pacto Histórico en campaña, en lo que será una verdadera prueba de fuego a la consistencia de la coalición de gobierno que, vale recordar, no está compuesta solo por las fuerzas de alternativas y de centro-izquierda, sino también por partidos tradicionales.
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Si las discusiones que se presentaron este año en el Congreso sobre reformas como la tributaria, política y la “Paz total” fueron complejas, los debates de 2023 serán tan intensos como imperdibles. El próximo año se tramitarán en el Capitolio los proyectos de cambios estructurales que prometió el Pacto Histórico en campaña, en lo que será una verdadera prueba de fuego a la consistencia de la coalición de gobierno que, vale recordar, no está compuesta solo por las fuerzas de alternativas y de centro-izquierda, sino también por partidos tradicionales.
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Dentro del oficialismo se comenta que en la composición de la bancada hay tres escalas. La primera es el núcleo de la coalición de gobierno, donde están los partidos progresistas y que desde su concepción abanderan la necesidad de cambio.
Las colectividades que conforman el Pacto Histórico, además de Alianza Verde y las curules indígenas y afro estarían en este primer escalón. El segundo estaría compuesto por el Partido Liberal, un poco más alineado con el centro político, y el tercero por los partidos de la U y Conservador. Estos dos últimos, los que llegaron a la coalición tras la victoria de Gustavo Petro y Francia Márquez en las urnas.
De ahí que proyectos tan importantes como las reformas pensional, agraria, a la salud y la justicia, el Plan Nacional de Desarrollo (PND), la segunda vuelta de la reforma política y la regulación del cannabis de uso adulto, el nuevo código minero, la jurisdicción agraria, la creación del Ministerio de la Igualdad, la prohibición a las corridas de toros, la ley de acogimiento a la justicia y la modernización de la Policía, dependan de la cohesión de una coalición de gobierno que en apenas cinco meses ya mostró sus primeras fisuras.
Y es que durante las principales discusiones del semestre la coalición oficialista demostró eficacia y resultados, pero también quedó claro que no se trata de un bloque ideológico o político sólido. Es, más bien, una bancada variopinta, compuesta por partidos de todas las tendencias, que está remando hacia las promesas de cambio en medio de varias dinámicas de la política tradicional como cuotas en cargos del Estado y apoyo a los proyectos de las diferentes bancadas.
Dinámicas que, al parecer, tendrán que mantenerse para que las bancadas tradicionales, que desequilibran la balanza al ser juntas aún más numerosas que el primer anillo de la coalición, mantengan el apoyo a programas de corte reformista.
“Detrás de esas discusiones habrá muchos intereses privados y particulares que seguro van a presionar a los congresistas, esas discusiones serán muy fuertes”, anticipa el representante Heráclito Landinez (Pacto Histórico), vicepresidente de la Comisión Primera de la Cámara, donde se iniciará o continuará el trámite de la mayoría de los proyectos prioritarios para 2023.
Por eso desde la bancada de gobierno consideran que las iniciativas que se debatirán “van a servir de colador para esa coalición de gobierno” y “van a decantar mucho la coalición”, según menciona el senador Ariel Ávila (Alianza Verde), mientras que el senador Iván Cepeda (Pacto Histórico) reconoce que al ser reformas sociales “habrá una discusión muy fuerte”, a pesar de que este año ya se presentaron controversias duras que a su modo de ver “son asuntos propios de la política”.
Tan sustanciales y profundos serán los debates que se darán que sin duda tocarán fibras sensibles y pondrán a los partidos a escoger entre los beneficios de hacer parte del oficialismo y la coherencia con sus postulados y filosofía.
“Tendrán que tomar decisiones que no serán fáciles y se tomarán pensando en el mayor beneficio para el sistema. No creo que haya partidos que vayan a traicionar su forma de pensar”, expresa el representante Juan Carlos Losada, quien impulsa proyectos como la regulación de cannabis y la prohibición de la corrida de toros, y considera que el próximo año “el Gobierno se enfrentará a a realidad de la coalición que tiene y que hay partidos que discrepan” con su visión de cambio.
Claves para mantener la cohesión de la bancada
Mantenerse unidos para la aprobación de las reformas estructurales será el gran reto de la coalición de gobierno. Según varios congresistas consultados, que eso ocurra depende en buena parte del trámite de la reforma política, que fue la que empezó a resquebrajar la coalición debido a la diferencia de algunos congresistas verdes y liberales, e incluso del mismo Pacto Histórico, con las consideraciones del Gobierno sobre el proyecto. “En la reforma política esta gran parte de la posibilidad de cohesión de la bancada”, afirma el liberal Losada.
La representante Katherine Miranda (Alianza Verde) admite que le gustaría que el Gobierno “estuviera más cercano a los partidos con los que comparte visión de de cambio” y asegura que “lastimosamente el Gobierno se ve más cercano a los tradicionales que a los que hemos acompañado el cambio” y advierte al respecto que debe haber una “priorización de agenda” para que el éxito de las labores legislativas.
“No puede cederle mucho a los partidos tradicionales porque se desdibuja. Tiene que ser bastante hábil en lograr mantener mayorías en el Congreso, sin olvidar sus luchas y banderas históricas”, señala Miranda, quien resalta la necesidad de mantener la coherencia con la ciudadanía y que “mantener esas mayorías será difícil”.
Pero también esa unión dependerá de la próxima coyuntura electoral, en la que el partido de gobierno se la jugará por hacerse con la mayor cantidad de alcaldías, gobernaciones y escaños en los concejos y asambleas, mientras que los partidos tradicionales buscarán a toda costa no perder el dominio en ese aspecto. “No sé hasta cuándo dure la luna de miel con partido tradicionales. Quiero ver cuando se acerquen las regionales cómo sigue ese romance”, añade Miranda.
Lo que está claro es que Alianza Verde seguirá siendo parte de la coalición de gobierno. Así se definió en la reciente reunión entre el ministro del Interior, Alfonso Prada, y el codirector del partido Carlos Ramón González, y lo sostiene el senador Ariel Ávila. “Hay quienes piden independencia, pero no está puesto sobre la mesa. Nadie apoyará eso. Las diferencias se zanjan con diálogo, con que el gobierno apoye la agenda legislativa de los partidos y una situación que va a depender de las elecciones”, dice el senador.
El diálogo, compromiso y la búsqueda de consensos parecen ser los elementos que cierran el círculo para la búsqueda de una bancada de gobierno sólida. O, como lo denomina la senadora Clara López (Pacto Histórico), una coalición que trabaje bajo “el método del Pacto”. Según la congresista, esta táctica se basa en la construcción de acuerdos sobre las reformas. “Como hicimos en la tributaria, que la reforma que llegó y la que salió fueron distintas, pero lo estructural se mantuvo, me parece importante que se continúe con ese diálogo y de construcción conjunta con los partidos”, explica López.
Su copartidario Iván Cepeda, descarta por su parte que haya un desgaste, como se vaticinó incluso antes de instalarse el Congreso y como se viene comentando en las últimas semanas tras la “rabieta” de algunos congresistas de la coalición. El senador coincide en que, si se sacó adelante la tributaria que era un tanteo de la solidez de la coalición, las demás reformas se podrán tramitar en conjunto. “Se vaticinaba como una reforma que iba insoslayablemente a provocar fisuras, pero al final se lograron consensos y algo similar se puede lograr con otras leyes. Habrá líneas rojas y puntos de discusión, pero también veo la posibilidad de flexibilizar”, comenta.
Para el representante Heráclito Landinez, en el liderazgo del gobierno y el acercamiento con los directivos de los diferentes partidos estará el secreto de una bancada que logre aceitar las iniciativas prioritarias. “Hay que tener claridad, compromiso político con el país y eso lo debe liderar muy bien el Gobierno. Va a ser un periodo muy fuerte, de muchos debates y esperamos que los jefes de los partidos nos sentemos para seguir adelante con las reformas, no será fácil porque serán los temas más complejos”, pronostica.
“No se trata de imponer reformas sino de construirlas juntos”, concluye Clara López sobre las bases de la coalición fuerte que se requiere para 2023, y concuerda con Ávila en que ni los verdes ni congresistas de otras bancadas han buscado salirse de la coalición o declararse en independencia. “Algunos integrantes han planteado la posibilidad y esos temas de bancada los debe discutir cada partido en el seno de su bancada. Pero lo que puedo observar es que no hay partidos que estén pensando en salirse de la coalición de gobierno”.