Ajuste entre Sarabia y Carlos Ramón González agitó relación de verdes con Petro
El regreso de Laura Sarabia a la Casa de Nariño, al cargo de mayor confianza del presidente Gustavo Petro, podrían generar la salida de algunas de las fichas que González, uno de los fundadores del partido Alianza Verde, llevó al Palacio y a varias entidades del Ejecutivo en los últimos meses. En el Congreso algunos aprovecharán el momento para insistir en su propuesta de declararse en independencia.
La llegada de Laura Sarabia a la dirección del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), en reemplazo de Carlos Ramón González, tendrá un impacto que va más allá del círculo íntimo del presidente Gustavo Petro. Su regreso oficial como la mano derecha del mandatario retumbará en el Congreso, varias entidades claves del Ejecutivo y en más de una oficina de la Casa de Nariño.
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La llegada de Laura Sarabia a la dirección del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), en reemplazo de Carlos Ramón González, tendrá un impacto que va más allá del círculo íntimo del presidente Gustavo Petro. Su regreso oficial como la mano derecha del mandatario retumbará en el Congreso, varias entidades claves del Ejecutivo y en más de una oficina de la Casa de Nariño.
En esos tres escenarios, el sector político que mira con mayor recelo el cambio en Palacio es el de la Alianza Verde, partido que ha sido fundamental en la aprobación de las llamadas reformas sociales y que tiene varias de sus fichas con cargos y contratos en el Gobierno. Todo gira en torno a la salida de González, quien además de ser uno de los fundadores de la colectividad, se había consolidado, desde su silla en el Dapre, como el interlocutor entre esa bancada y el Gobierno.
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Ahora que dejará el cargo, surgen algunas incógnitas sobre la posición que podría tomar el partido frente a los proyectos y sobre el futuro de las entidades que hoy están en manos de sus aliados. De hecho, la incertidumbre aumentó cuando se conoció, horas después del cambio en Presidencia, que Mauricio Toro, otro excongresista verde, no será más el presidente del Icetex.
Senadores y representantes de ese partido consultados por El Espectador coincidieron en que habrá que esperar algunas semanas para conocer qué tan lejos se irá Carlos Ramón González del Gobierno y así evaluar los posibles efectos en el comportamiento de la bancada. Por ahora, según indicaron, las fuerzas siguen parejas entre quienes piden independencia y quienes se mantienen fieles a la actual administración; una situación que no cambiará en los próximos meses por algunos factores externos.
Lo primero es que varios congresistas están viviendo los cambios de gobierno en sus regiones, por lo cual prefieren mantener abiertos los canales de diálogo con el Gobierno para lograr los recursos necesarios que requieren los proyectos que prometieron en campaña. Ese es el caso de las curules del grupo de Carlos Amaya, gobernador de Boyacá, quien a pesar de sus diferencias con el petrismo ha optado por una posición de consenso, la cual ha sido replicada por sus congresistas cercanos, entre quienes están Carolina Espitia y Jaime Salamanca.
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El otro tema a tener en cuenta es que en el segundo semestre a los verdes les corresponde la presidencia de la Cámara, cargo para el que se necesita el guiño del Gobierno. En esa puja entrarán candidatos del sector que está cerca de Petro, como el representante Santiago Osorio, y del que reclama independencia desde hace varios meses, como Katherine Miranda.
Un senador del partido le aseguró a este diario que a todo lo anterior hay que sumarle un factor que no ha sido tenido en cuenta, el de Claudia López, la exalcaldesa de Bogotá que ha tomado un respiro en sus actividades políticas, pero que espera regresar con miras al 2026. “Ella sí puede romper el partido, en julio o agosto, cuando empiece su campaña, porque puede tomarse el partido, incluso dejando a un lado a Carlos Ramón”, aseguró.
Según explicó, en los primeros meses no se sentirá tanto la ausencia de González, en parte porque esas divisiones internas habían generado una dinámica en la que cada senador o representante tenía sus propios formas de dialogar con el Gobierno, algunos a través de él y otros con el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco. Al respecto, otro congresista del partido aseguró que en la Cámara sí van a resentir la salida de González, precisamente porque en esa corporación el contacto con Velasco ha sido accidentado. “El trato podría calificarse de irrespetuoso”, dijo.
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Desde la otra orilla, el representante Cristián Avendaño, uno de los que ha pedido independencia frente al Gobierno, aseguró que el cambio en el Dapre es la oportunidad de separarse definitivamente del Pacto Histórico: “Los cargos que supuestamente son del Verde no fueron una decisión institucional, ahora que están saliendo podemos replantear esa posición como partido”.
Por ahora, en el Gobierno se mantienen fichas verdes como Jorge Eduardo Londoño, director del Sena; Camilo Romero, embajador en Argentina; y León Fredy Muñoz, embajador en Nicaragua. Además, hay otros funcionarios cercanos al partido, como Alejandra Miller, directora de la Agencia para la Reincorporación y esposa de Jaime Navarro Wolff —secretario del partido—; Wilmer Leal, director del Fondo Colombia en Paz, entre otros. Esto sin contar los contratos y puestos que han recibido familiares de congresistas y excongresistas como Ariel Ávila, Inti Asprilla, Olga Lucía Velásquez, Antonio Sanguino y otros.
Incertidumbre entre los verdes de Palacio
En la Casa de Nariño, Carlos Ramón González aún se mantiene en su oficina —la más cercana al despacho presidencial— y sigue fungiendo como la mano derecha de Petro, acompañándolo en cada reunión y declaración clave. Sin embargo, por los pasillos ya corren los rumores de un revolcón en algunos cargos estratégicos, el cual se empezaría a concretar una vez Laura Sarabia termine de regresar a Palacio.
Para algunos, se trata de cambios naturales, pues es entendible que ella quiera ubicar a gente de su entera confianza en esos puestos. Otros, en cambio, creen que hay quienes quedarán automáticamente en la cuerda floja porque durante todo el gobierno han tenido una relación tensa con Sarabia. En esa lista hay varios de los “protegidos” por González.
Sandra Ortiz, la consejera presidencial para las Regiones, es una de las funcionarias más cercanas a González, pues, además de haber sido senadora de la Alianza Verde, ha trabajado codo a codo junto a él en temas como la interlocución con los gobernadores y alcaldes. Precisamente, estas funciones le han dado relevancia en la Presidencia; sin embargo, ella es una de las que no tiene una relación tan cercana con Sarabia, por lo que su continuidad empieza a cuestionarse.
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A ella se suman una docena de funcionarios que llegaron con González y hoy en día están al frente de asuntos tan importantes como el manejo de la agenda del presidente o los temas de contratación y logística de la Casa Nariño. Un ejemplo estaría en Zamira González López, directora administrativa del Dapre y para muchos la mano derecha del saliente director. Ella se encarga de revisar todos los contratos y temas operativos de la entidad, labores que muy seguramente estarán en la mira de Laura Sarabia.
Aunque para algunos congresistas del Verde la salida de Carlos Ramón González no afecta la posición de su partido en el Ejecutivo, lo cierto es que casos como estos demuestran que, por lo menos en un nivel intermedio, hay muchas posibilidades de recambio. En este punto, de manera indirecta, podría beneficiarse otro sector político, el del Pacto Histórico, cuyas fichas, desde la llegada de González, habían entrado en una disputa con las de la Alianza Verde por estar más cerca del presidente.
En cualquier caso, según varias voces de la Presidencia, lo que Petro busca con la llegada de Sarabia es darle orden a esas dinámicas internas y limitar el fuego amigo. Para ese propósito contará con la confianza del mandatario y todas las herramientas, que incluyen el manejo de la contratación, la línea directa con todo el gabinete y las buenas relaciones con los poderes externos.
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