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En medio de la discusión sobre los proyectos de ley que buscan reducir, de una vez y por todas, los altos salarios de los congresistas, el representante Jhon Fredy Núñez lanzó una frase que, para algunos, roza con la exageración.
(Para contexto: Denuncian irregularidades de la Registraduría en demanda contra Jhon Fredy Núñez)
Jhon Fredy Núñez es representante de la curul de paz por Caquetá y en entrevista con W Radio este miércoles no solo confirmó que no apoya las iniciativas para este fin, sino que también dijo que su corta etapa por el Congreso ha sido en la que peor ha comido, siendo esta una razón más para desestimar los descuentos que se proponen para reducir el salario de los congresistas.
“Yo nunca en mi vida había aguantado tanta hambre como aquí en el Congreso”, aseveró el representante. Al respecto, añadió que por la extensión de las sesiones plenarias, que a veces van desde las 9:00 de la mañana, hasta las 8:00 de la noche, no tiene tiempo de comer en propiedad.
“La vida en Bogotá no es barata, son cosas que hay que analizar [del proyecto]. Tan solo en arriendo pagamos casi tres millones de pesos. Cuando nos citan a las plenarias no podemos movernos, no nos pagan horas extras”, indicó en diálogo con la emisora.
(Vea: Lista Jota Pe: ¿por qué no es tan fácil reducir el salario de los congresistas?)
Sus palabras tienen que ver con uno de los argumentos de Núñez para oponerse concretamente a la iniciativa del senador Jonathan Ferney Pulido Hernández, más conocido como JP, que ha insistido en una obviedad que viene presentándose en el Congreso desde hace un tiempo: son los mismos legisladores los que han torpedeado cualquier intento de bajar sus ingresos.
Según el representante Jhon Fredy Núñez, no está de acuerdo con reducir su salario que asciende a más de 35 millones mensuales porque él por ser de región tiene unos gastos muy altos, en comparación con los que puede tener un congresista de una ciudad capital como Bucaramanga (de donde es oriundo Hernández) o como Bogotá.
“Los representantes de Bogotá no tienen nuestros gastos en región. En Caquetá a mí me toca ir a San Vicente del Caguán, a Los Pozos (una vereda). Son recorridos de 120 o 150 kilómetros para reunirme con 20 personas. Allí el internet no entra. Esos gastos no los tiene JP”, recalcó.
En ese sentido, explicó que sus gastos en combustible y en alimentación de los siete escoltas que lo acompañan supuestamente los cubre él con su dinero pues, aseveró, la Unidad Nacional de Protección (UNP) no los tiene en cuenta como viáticos para quienes integran su esquema de seguridad.
“No es que no tenga con qué vivir, es que tengo que salir a cumplirle a la gente. Tengo que gastar. Ando con siete escoltas. Nos suspendieron sus viáticos, el combustible del carro, nos toca asumir todos esos gastos”, enfatizó.
Además de eso, Núñez indicó que su nivel académico da para que el pago sea alto: “Soy ingeniero civil, especialista en gestión en entidades territoriales y en gerencia de proyectos. Veamos también el nivel académico de diferentes representantes. Hay primas en los diferentes ministerios, también acá”, manifestó.
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La discusión sobre la reducción de los salarios no es un asunto menor y tampoco un capricho. Tiene que ver con el hueco fiscal que enfrenta el país y los ajustes para tener más recursos disponibles para las reformas que espera adelantar el ejecutivo y el legislativo. También está relacionado con las brechas de la desigualdad. Si bien para muchos la reducción del salario no corrige la paga baja de otros sectores, lo cierto es que la diferencia con el salario mínimo es abismal: los congresistas ganan cerca de 35 veces más que alguien que recibe el salario mínimo.
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