RTVC en la era Petro: a hacer producciones propias, de la mano de Nórida Rodríguez
Nórida Rodríguez es la actriz, gestora cultural y abogada llanera que gerencia la Radio Televisión de Colombia, de RTVC. En diálogo con El Espectador habló sobre sus metas al frente de la entidad.
Élber Gutiérrez Roa
¿Cómo encontró la casa?
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¿Cómo encontró la casa?
Organizada. Con algunas cosas que ajustar, pero en general, tenemos unos medios públicos fuertes y nos estamos preparando para llegar a toda la población colombiana, porque al 94 % del territorio ya le estamos llegando con nuestRa oferta audiovisual.
¿Con cuántos empleados es que cuenta RTVC para cumplir esa meta?
Hay 72 empleados de planta y casi 2.000 contratistas.
¿Y el presupuesto de la entidad ya va por encima de los $300.000 millones?
Sí, nuestro presupuesto para esta vigencia es de $305.000 millones.
¿Y cuál fue la meta que le puso el presidente Petro al designarla como gerenta?
En realidad, él no me ha hecho ningún tipo de exigencias. Lo que quiero es llevar los medios públicos a lo más alto. Tenemos el reto de implementar las estaciones que faltan para poder llegar a toda la población colombiana y apagar la señal analógica en el país.
Esa es una vieja promesa en Colombia. ¿Para cuándo cree que se haga realidad?
Ojalá que sea el próximo año.
¿Y eso implica abrir licitación para la implementación de estaciones?
Sí, estamos próximos a abrir una licitación para acabar de implementar esas estaciones, que son las últimas del proceso. Colombia estaría por fin en la era completamente digital el próximo año.
¿Qué significa eso para la gente que está leyendo esta entrevista y que no entiende de tecnología?
Significa que todo el mundo va a poder ver la televisión en la altísima calidad que la producimos. Que no van a tener más esos rayones en la pantalla, que la televisión les va a llegar a través de un dispositivo tipo decodificador y que la gente va a poder estar más conectada con nuestros medios públicos en cada rincón del país.
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¿Esperaba este nombramiento por parte del presidente Petro?
No. No tenía en mis planes llegar a ser gerente de RTVC, ni a estar trabajando en una oficina, o a hacer trabajo de escritorio. Para mí es un honor haber sido elegida para liderar los medios públicos y es un reto enorme, pero me siento en la capacidad de hacerlo. Estos primeros meses han sido duros en el sentido en que tenía que conocer primero la entidad y hacer un empalme para poder tomar decisiones y fijar un norte.
¿Y cómo se dio la situación, quién le dijo que presentara su hoja de vida para el cargo?
Eso también fue una sorpresa. Estaba buscando una cita con el presidente para presentarle el Festival de Cine Verde de Barichara, del cual era directora y representante legal. En ese momento me pidieron una hoja de vida, la mandé y luego vino la propuesta.
…Y ya está ejerciendo y tomando decisiones. La vimos posesionar como subgerente al periodista y exconcejal Hollman Morris, exgerente del Canal Capital. ¿Cómo le ha ido con él?
Muy bien. Él ya hizo también su empalme, ya hemos tenido muchas reuniones, estamos tomando decisiones y planeando unos contenidos nuevos de opinión muy interesantes.
Vimos que desde la oposición ya le estaban dando garrote a usted porque el senador Gustavo Bolívar estaba como analista invitado en la transmisión de la conmemoración del primer año del gobierno de Gustavo Petro. ¿Qué fue lo que pasó ahí?
Pues lo que pasó ahí es que Presidencia tiene un contrato con nosotros. Les prestamos un servicio, para que los colombianos pudieran vivir en detalle ese acontecimiento: el servicio de transmisión. Les damos señal y ellos transmiten desde Presidencia, pero no tuvimos nada que ver con el contenido. Es como si me hubieran reclamado porque la senadora (María Fernanda) Cabal hablara en una transmisión. Las transmisiones de la presidencia del Congreso no tienen nada que ver con nosotros en materia de contenido.
Ahora que menciona la expresión “contrato interadministrativo”, me hace acordar que ustedes también tienen la responsabilidad de generar recursos, ingresos. ¿Cómo va eso y cuál es la meta durante su gestión?
Como empresa industrial y comercial del Estado estamos obligados a generar recursos propios, que son los que nos ayudan a apalancar los proyectos de inversión y del interés de RTVC. Tenemos una meta de $36.000 millones.
¿Y cómo piensa lograrlo?
Quiero hacer una remodelación institucional para garantizar la operación de RTVC. Estamos planeando formalizar empleos, a cero costos, por supuesto, pues como te decía ahora, tenemos 72 personas de planta y casi 2.000 contratistas y a veces eso no resulta muy práctico para la operación de RTVC. Esperamos poder modernizar la entidad y empezar a producir nuestros propios proyectos concebirlos desde el guion hasta su emisión. RTVC se ha caracterizado por sus coproducciones, y nos parecen importantes, pero también nos parece clave poder empezar a producir contenidos propios.
¿Cómo ha visto la gestión del presidente Gustavo Petro?
Yo creo que el presidente lo está haciendo muy bien. Hay cifras que lo demuestran. Obviamente, hay una gran resistencia de un sector al que no le interesan esas reformas que el presidente quiere sacar adelante, pero creo que él lo está haciendo bien y tiene el apoyo del pueblo colombiano.
Nórida Rodríguéz y su paso por la actuación antes de ser gerenta de RTVC
Parece medio obvio preguntárselo a una actriz, pero hoy, como gerente, ¿su cotidianidad es más de radio o de televisión?
De televisión. Siempre seré actriz. El hecho de que no esté contratada como actriz no me quita que soy una.
Empezó como a los 16 años en ese mundo.
Sí, y empecé muy chiquita, haciendo pequeñas apariciones y participaciones en dramatizados.
Gracias a la tía, que le mostró el mundo de la televisión…
Exactamente. La hermana de mi padre, que era actriz, me llevó a conocer ese mundo y me fascinó.
Yo creo que las primeras imágenes que se le vienen a la memoria a la gente sobre sus papeles en televisión son las de Pero sigo siendo el rey.
Esa fue una telenovela icónica en su época era la primera vez que se hacía un proyecto así, un poquito experimental, en donde los actores cantaban y temas relacionados con la historia. Fue una adaptación maravillosa de Martha Bossio. Fue increíble y en su momento llenábamos plazas. Yo me acuerdo a mí me invitaban a esos viajes y yo solamente salía con una canasta y repartía flores, pero esto era una locura.
Ahí estaba el actor y excomisionado de televisión Carlos Muñoz. También Natalia Giraldo ¿Quién más estaba ahí?
Jorge Emilio Salazar, Manuel Cabral, María Eugenia Dávila, era un grupo maravilloso. La verdad es que me siento muy afortunada, porque siempre tuve la oportunidad de estar en el set con grandes actores.
Dos años después le tocó actuar en Los cuervos.
Sí, con otro gran elenco, con Consuelo Luzardo, por ejemplo. Un gran trabajo de Julio Medina.
Y después usted era la diablita en Tentaciones.
(Risas). Sí. Ese personaje en Tentaciones fue maravilloso. Lo recuerdo con mucho cariño, porque para mí era un taller cada vez que iba a grabar y que me tenía que inventar un personaje.
Pobre Serafín…
Ay, sí. Serafín. Nos divertimos mucho. La gente todavía me ve por la calle y me dice cosas.
¿Qué le dicen?
(Risas). De todo. Algunas cosas son irrepetibles, pero en general creo que hay una generación que yo no sé por qué se conectó de una forma tan especial con el programa y Tentaciones resultó ser icónico para esas personas.
Y estoy pasando por alto otra que es súper icónica suya: Lola calamidades.
Esa también fue una telenovela que en su momento resultó muy especial para la audiencia. La gente cambiaba el horario de trabajo para verla y hasta paraban en las fábricas. Era una cosa impresionante. Una historia que en ese momento causó, no sé por qué, tanta identificación.
La muerte de su esposo, el actor Toto Vega
Y ahí compartió usted protagónico con José Luis Paniagua.
Cierto. El padre de mi hija, que ya tiene 32 años. A ella le llamó la atención el tema de la actuación, pero poco a poco se fue desencantando y ya no es algo que le atraiga. Luego estudió diseño de modas y lo último que ha hecho es una maestría en diseño de espacios y experiencias culturales. Y está muy vinculada, actualmente es la directora del Festival de cine verde de Barichara. Con la partida de Toto y mi ingreso a RTVC, ella asumió las riendas del festival y lo hace perfecto. Ha estado, como socia fundadora, desde el primer día del festival. Conoce todo el funcionamiento y la producción y preproducción del festival.
Y no debe ser fácil echarse al hombro todo ese trabajo. ¡Cuánta falta hace Toto!
Pues este año el festival va del 21 al 24 de septiembre. Queremos hacer un homenaje a Toto, a su vida, a su entrega, a su persistencia, pues el mensaje que él nos dejó sobre todo es el de no renunciar. Él era un trabajador incansable.
Hacían una gran dupla ustedes.
Sí, hicimos muchas cosas juntos. Aprovechamos cada segundo.
Usted tiene repite mucho esa frase: “nos faltó tiempo”.
Sabes una cosa, Élber. Hace poquito encontré un trino de 2020 donde alguien preguntaba cuál sería su epitafio y Toto escribió que el de él sería ese: “me faltó tiempo”. Qué ironía que lo haya escrito hace unos años y que el día que lo
encontré fuera justo el día que se cumplían 10 meses de su fallecimiento. Me dio muy duro. Él vivió tan apasionadamente, quería hacer de todo. Tenía siempre muchos proyectos.
Y lo recordamos en ese último festival, con usted, por carretera, rumbo a Barichara. Iban coordinando hasta el último detalle para que todo saliera bien. Toto siempre muy comprometido con su festival.
Sí, y aprovecho para agradecer siempre ese respaldo y esa confianza en el festival. El Espectador ha sido uno de los medios que más ha apoyado Festiver.
Justamente por ese amor de ustedes por el festival, muchos pensaron que usted iba a seguir trabajando en él, pero la vida la puso ahora como gerenta de RTVC.
Pues mira que después de la muerte de Toto a mí se me acabó el mundo. Yo creí que me iba a morir, estuve encerrada mucho tiempo sin siquiera abrir las cortinas. Después me fui lejos un par de meses. Fue muy duro. Tú sabes que Toto murió en pleno festival y la verdad es que no sabemos ni cómo fue que hicimos para cerrar esa edición. Era imposible dejar tirados los proyectos. Yo sentía que sería como una traición con él. Y por eso hicimos hasta la temporada de una serie de televisión que saldrá pronto por el canal TRO. Decidimos echar para adelante. Y justo en ese momento a mí me llega esta propuesta y de alguna forma sentí que era como un llamado del universo a hacer algo distinto. Lo sentí como un camino que tenía que explorar.
Y decidió lanzarse a este mundo desconocido para usted en RTVC.
Desde cuando nos conocimos con Toto empezamos a planear nuestra vejez en Barichara. Por eso el festival es allá. Empezamos a hacer una casa allá y todo lo que queríamos era envejecer juntos. Pero no pudimos y cuando eso pasa uno siente que se le desaparece el piso y que se acaba todo aquello en lo que uno había creído, o a lo que uno le había apostado, aquello con lo que uno había soñado. Lo pensé y dije: “voy a escuchar este llamado del universo”. Y me entusiasmó mucho.
¿En qué momento se conocieron usted y Toto?
En un ensayo previo a las grabaciones de “Me llaman Lolita”. Nos conocimos actuando. Creo que fue amor a primera vista, al menos para mí. Hacíamos todo juntos y realmente era una dinámica que disfrutábamos. Mucha gente opina que las parejas no deben hacer todo juntos, pero nosotros trabajamos juntos, viajábamos juntos…es realmente devastador perder a esa persona cuando uno ha tenido una vida así.
Permítame pedirle que nos hable un poco de su proceso para hacer el duelo. Creo que la forma en la que usted ha encarado una situación tan dolorosa, tan compleja, merece ser escuchada.
Creo que he llorado tanto y me he desgarrado tanto las vestiduras que siento que, de cierta forma, puedo entrar en un control de la emoción para no desbordarme como cuando estoy a solas. Yo decidí compartir todo lo que sentía como si escribiera en un diario y decidí escribirlo en redes sociales, porque de muchas maneras era algo que hacíamos con Toto cuando estábamos juntos. Yo le ponía mensajes en redes sociales o él me escribía cosas y era una manera de decirnos lo importantes que éramos el uno para el otro
Resultó aliviador eso de escribir sobre cómo me sentía y poner alguna canción que me lo recordara y editar nuestros vídeos y nuestros momentos juntos y así como mucha gente me criticó, porque le parecía terrible exponer el dolor, para mí era una forma de hacer catarsis.
Nunca me importó lo que digan los demás, pero al tiempo encontré muchas personas que se sentían identificadas. Me escribieron muchas mujeres que perdieron sus esposos. Y se solidarizan con ese dolor, porque solo alguien que ha vivido eso sabe exactamente lo que es.