“Sabas Pretelt quería que grabara un video con él”: Yidis Medina

Yidis Medina revela el contenido de una reciente conversación entre Pretelt de la Vega y Sigifredo López, en la que el primero insiste en que va a haber “una confrontación maluca” contra la exparlamentaria y sugiere que eso ocurrirá a menos que ella desmienta el testimonio que dio en la Corte Suprema hace 7 años, base de la condena del exministro por el delito de cohecho. Yidis se negó y teme represalias.

Cecilia Orozco Tascón
30 de abril de 2017 - 02:30 a. m.
 Yidis Medina en su casa en Bogotá. Sabas Pretelt dice en la grabación: “yo no me voy a meter con ella  a menos que la cosa ya toque”. / Cristian Garavito - El Espectador
Yidis Medina en su casa en Bogotá. Sabas Pretelt dice en la grabación: “yo no me voy a meter con ella a menos que la cosa ya toque”. / Cristian Garavito - El Espectador
Foto: Cristian Garavito/ El espectador
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¿Qué relación ha tenido usted con Sigifredo López?

Lo conocí después de que un juez de Santander me condenara a 32 años de prisión por haber cometido, supuestamente, los delitos de secuestro y rebelión, en una sentencia muy oportuna para quienes no querían que saliera de la cárcel, por pena cumplida, en la condena que me impuso la Corte Suprema, en junio de 2008, por el cohecho que confesé (por cambiar mi voto y darlo a favor de permitir la reelección de Álvaro Uribe), y por el cual pagué 48 meses de prisión. En 2011 ya tenía la orden de libertad casi en mi mano cuando me sorprendieron con una nueva orden de captura: estaba acusada de ser la autora de los secuestros de tres políticos cercanos a Hugo Aguilar y a Luis Alberto Gil (también de Santander y condenados por nexos con los paramilitares) y quienes se preciaban de ser aliados del entonces presidente Uribe.

Pero, ¿qué tenía que ver Sigifredo López con esos hechos?

Cuando Sigifredo se enteró, por los medios, que me habían condenado casi a cadena perpetua, él estaba muy sensibilizado por la denuncia que hubo en su contra por los asesinatos de los diputados del Valle del Cauca. Estaba creando una fundación que denominó Defensa de inocentes, para ayudar a víctimas de falsos testigos. Me llamó a la cárcel El Buen Pastor y me ofreció sus servicios jurídicos para apelar esa segunda condena. Fue a visitarme con el abogado Hélmer Montaña a quien le di poder con el fin de que se encargara de mi defensa. En julio de 2013 el Tribunal de Santander tumbó la decisión del juez que me condenó y quien, dicho sea de paso, quedó por fuera de la Rama Judicial muy poco tiempo después de esa falsedad. El Tribunal señaló que se trató de un montaje burdo en mi contra y la Corte Suprema ratificó mi inocencia, hace un año. Así conocí a Sigifredo.

Después de resuelta su situación jurídica, ¿cuáles otros nexos ha tenido con el exdiputado López?

Ninguna, aparte de la de la amistad que nació de la de gratitud que le tengo por el acompañamiento que me dio en momentos en que pocos creían en mí.

¿Cómo obtuvo la grabación de una conversación entre Sigifredo López y el exministro Sabas Pretelt de la Vega, quien fue condenado, precisamente, por las confesiones que usted le entregó a la Corte Suprema y quien fue encontrado culpable de comprarle el voto para la primera reelección de Uribe?

Esa grabación me la mandó el mismo Sigifredo el domingo pasado, como consta en los mensajes de Whattsapp que tengo en mi celular y que le pongo a usted de presente.

Escuche acá la grabación:

¿Quién hizo la grabación: uno de esos dos interlocutores o un tercero que interceptó la llamada?

No me consta, pero parece lógico que fue Sigifredo quien la hizo.

¿Para qué y por qué López estaba sirviendo de puente entre uno de sus presuntos clientes y usted?

Es una historia que empezó hace tres meses o un poco menos: estando en Barrancabermeja, me llamó Sigifredo para decirme que debía comunicarme algo urgente que se relacionaba con Pretelt de la Vega. Le resté importancia y, sin pensarlo dos veces, le contesté que no me interesaba saber nada sobre él. Cuando volví a Bogotá, Sigifredo me llamó de nuevo, fue a mi casa y me contó que el exministro Pretelt me pedía que “le limpiara el buen nombre”. Y que, para ese fin, me proponía que grabáramos un video en que apareciéramos los dos mientras me retractaba de mi confesión ante la Corte Suprema afirmando, concretamente, que lo que había dicho en 2008, era falso. Según Sigifredo, Pretelt pretendía que yo asegurara que él nunca me hizo ningún ofrecimiento por el cambio de mi voto en la Cámara. O sea, quería que mintiera.

Pero, ¿por qué López le servía de mensajero al exministro?

De la charla entre ellos se deduce que el señor Sabas Pretelt quiso contratar los servicios profesionales de Sigifredo o que le pide ayuda para que se acerque a mí con ese encargo. Tal vez sabía que yo mantenía cierta amistad con éste.

¿Qué le contestó usted al exdiputado en este segundo intento?

Le dije que el señor Pretelt estaba mal de la cabeza si pensaba que iba a mentir después de haberle contado la verdad al país, verdad por la cual no sólo pagué una condena, sino que he tenido que soportar una persecución atroz durante todos estos años. Constan en procesos judiciales siete, repito, siete montajes (ver parte sup. de la pág.) que organizaron contra mí desde el DAS y desde varios despachos de la propia Casa de Nariño para desprestigiarme y desprestigiar mi testimonio sobre la compra de mi voto que, por lo demás, ya está demostrada en la sentencia en mi contra y en las de condena a otras cinco personas, más otras investigaciones que aún están abiertas por esos hechos.

¿Sigifredo López le volvió a hablar del asunto Pretelt?

Me llamó por tercera vez para hablarme del mismo tema un día, hacia las 10 y media de la noche. No le contesté porque estaba dormida. A pesar de que ya era tarde, llegó a la puerta de mi casa y timbró. Mi marido y yo nos despertamos y miramos por la ventana porque nos pareció extraño y hasta nos asustamos de que tocaran a esa hora. Vimos a Sigifredo. Le abrimos porque pensamos que algo grave podía estar pasando, pues eran casi las 11. Cuando entró, volvió a tocar el tema. Me dijo que Pretelt le insistía en que me convenciera. Me molesté con él y mi marido también. Le pregunté por qué insistía tanto si había sido clara en que no había ninguna posibilidad de que aceptara. Cuando Sigifredo nos vio serios, se fue.

Y, ¿cuándo le entregó la grabación?

Eso fue el domingo pasado, hace ocho días, y ya pasadas las 9 y media de la noche: me llegó un mensaje de Sigifredo al celular en que me pedía llamarlo. Después de un rato le contesté. Me preguntó si había escuchado la grabación que me había enviado. Le dije que no y entonces me solicitó que la oyera. Cuando la escuché, le marqué y le repetí, por cuarta vez que nunca iba a retractarme. Él me contestó que Sabas Pretelt estaba algo fuera de sus cabales y que había tenido que responderle porque éste lo había llamado más de 20 veces ese día.

Sigo sin entender cuál era la intención del exdiputado cuando le dejó oír esa grabación…

Creo que quería que yo supiera que Pretelt insistía, cosa que me importó poco porque mi posición nunca cambió. Pero sí me dejaron pensativa las afirmaciones del exministro.

¿Es por esas afirmaciones que a usted le interesa dar a conocer públicamente este nuevo capítulo de la yidispolítica que ya se consideraba casi concluida?

Sí. Concretamente pienso que pueden volver a empezar los montajes en mi contra por lo que se puede concluir de esa conversación. Pero no voy a permitir que me vuelvan a enlodar. Así que les entrego a ustedes (El Espectador y Noticias Uno) la grabación que he obtenido gracias a que Sigifredo me la mandó.

En una parte se oye que el exministro dice: “… se va a montar una cosa grande contra los falsos testigos y la pobre Yidis va a caer ahí. Hay una cantidad de pruebas la cosa más berraca y yo quiero evitar eso… Esto era para evitar una confrontación que se va a venir contra Yidis, maluca, porque las pruebas… de que hay (sic) unos falsos testimonios (de ella)… Hay como 20 grabaciones”. ¿Usted se refiere a estas afirmaciones?

A esas y a otras. Por eso he querido denunciarlo ante ustedes y en los próximos días ante la Fiscalía, porque considero que este puede ser un nuevo intento de intimidarme o de chantajearme para que salga a decir que mentí cuando revelé la verdad.

Me da pena con usted, pero el exministro dice que él se portó con usted “como un príncipe”. Y después añade: “dile (a usted)… (que) unas personas andaban pidiendo plata a nombre de ella y se les grabó, y demostraron que sí venían de parte de ella”. Dos preguntas: una, ¿por qué Pretelt dice que fue “un príncipe” con usted? Y, dos, ¿alguien puede interpretar que usted mandó a pedirle plata al exministro?

¿Cómo se atreve ese señor a decir que se portó conmigo “como un príncipe”, si él, su jefe el expresidente y los demás de ese gobierno hicieron los siete montajes contra mí de todos los cuales he salido bien librada gracias a Dios y a la justicia en distintos tribunales? Segundo, no he tenido ninguna conversación con el exministro o con alguna otra persona sobre ese tema u otro parecido, aparte de los mensajes que me mandó con Sigifredo y que ustedes ya conocen. Tercero, si pretenden intimidarme para que los condenados del uribismo tengan disculpa para que la Jurisdicción Especial para la Paz les rebaje sus condenas o los declare inocentes, se equivocan: le he demostrado al país que no me asusto con las amenazas.

Perdone mi insistencia, pero más adelante, el exministro dice: “Lo peor es que tengo 10 grabaciones de Yidis diciendo… que no le hice ningún ofrecimiento…” Aunque es cosa juzgada y la Corte ya lo condenó por esos hechos, le pregunto de nuevo: ¿usted mintió para perjudicar a Pretelt y a los demás funcionarios del gobierno Uribe que fueron condenados?

Las sentencias de condena contra él, el exministro Palacio, el exsecretario general de la Presidencia Alberto Velásquez, el exparlamentario de mi tierra Iván Díaz Mateus y mi compañero de la Comisión Primera de la Cámara Teodolindo Avendaño, en decisiones del máximo tribunal en lo penal, la Corte Suprema, hablan por mí: ¿cree usted que yo tengo el poder de ordenarle a la Corte Suprema que mande a la cárcel a seis personas, incluyéndome a mí, con base en mentiras y sin ninguna prueba? No sé cómo hay quién pueda todavía caer en esas redes.

No quiero malinterpretar al exministro, pero la más complicada de sus afirmaciones es la siguiente: “Yo no me voy a meter con ella a menos que la cosa ya toque”. ¿Cómo toma usted esta frase?

Como un intento de amenazarme con que puede hacerme daño. Reitero que por eso decidí revelar la grabación antes de que me armaran más montajes. Quieren aprovechar la JEP o más bien manipularla, y no saben cómo echarme, otra vez, la culpa. Yo ya pasé la página y aprendí la lección. Ahora intento hacer mi vida y defender mi tranquilidad y la de mi familia. Por eso entrego la grabación para que quede a la vista de todos. Y si intentan montarme falsas grabaciones, sólo lograrán empeorar su situación jurídica.

¿Cree que el acto de Sigifredo López de enviarle esa conversación tiene el objeto de demostrarle lealtad a usted o cuál otra interpretación le da?

La verdad no sabría cómo interpretarlo. Sí me genera cierta inquietud que él haya insistido tanto en hablar conmigo ese tema conociéndome, como me conoce, y sabiendo, como sabe, que cuando me toca me paro en la raya aunque tenga que asumir riesgos.

¿Podría ser que López adquirió algún compromiso con el exministro? Se supone que el exdiputado se dedica a descubrir a los falsos testigos. No a intentar crearlos…

No lo sé y no quiero especular sobre eso porque no olvido mi gratitud con él y con el abogado Hélmer Motaña por haberme ayudado a tumbar la condena por secuestro y rebelión que organizaron mis enemigos. Eso sí, tengo todo el derecho y no renuncio a él, a defenderme ante otra infamia como la que pareciera que me están armando, otra vez.

Todo esto se genera, al parecer, por la expectativa de los condenados, de ser aceptados en la JEP en la que aspiran a salir libres y a ser declarados inocentes.

La JEP implica verdad, reparación y no repetición. ¿Será que están dispuestos a cumplir esos compromisos? O, ¿lo que pretenden es enredar la justicia y usarla para sus objetivos personales?

Montajes probados como tales por la justicia

Siete casos en los que se vio implicada Yidis Medina, en la época de sus revelaciones ante la Corte Suprema por la compra de su voto favorable a la primera reelección de Álvaro Uribe, han concluido en la justicia a su favor: todas las acusaciones se cayeron: 1. Interceptación ilegal de sus comunicaciones, espionaje ilegal y creación y distribución de afiches elaborados en el DAS contra ella: los altos funcionarios María del Pilar Hurtado y Bernardo Moreno deberán pagarle $600 millones por orden del Consejo de Estado. 2. Falsa fotografía de Yidis entregada a la prensa por el fotógrafo Jesús Villamizar a quien el DAS le dio $20 millones para que dijera que ella estaba en compañía de un miembro de las Farc. 3. Falso testigo, familiar de Yidis, llevado a la Fiscalía por el secretario presidencial Edmundo del Castillo para que declarara que ella no era cuerda y que era extorsionista. Hay investigación contra Del Castillo y César Mauricio Velásquez. 4. Falso incumplimiento de su derecho a tener casa por cárcel, motivo por el cual fue devuelta a El Buen Pastor. 5. Falsa condena por secuestro y pertenencia a la guerrilla cuando fue condenada, también falsamente, por un juez. 6. Falsa denuncia de robar sueldos de servidores públicos. 7. Falsa denuncia por hurto de cheques.

Yidis: “Contar públicamente lo que está pasando”

Hablando de condenas, ¿cuáles pruebas entregó usted en el caso que nos compete hoy, el de Sabas Pretelt de la Vega?

En la sentencia contra él consta una fundamental: que el exministro Sabas Pretelt, directamente, le ordenó al superintendente de Notariado y Registro de la época, Miguel Cuello Baute (quien también fue condenado por otros hechos), quien le respondía como subalterno, entregarme una notaría a mí, en Barrancabermeja, y otra a Teodolindo, en Bogotá, en la que yo terminé siendo intermediaria para que le cumplieran la oferta a Teodolindo. El ministro firmó las resoluciones de nombramiento de los titulares de esos despachos. También está la firma del presidente Álvaro Uribe y la del superintendente. Es fácil: quien quiera, puede leerlas. ¿De dónde va a sacar el exministro “10 grabaciones” en las que yo supuestamente dije lo contrario? Y si existieran, la pregunta es: ¿por qué no las usó cuando estaba en el juicio para demostrar su inocencia y por qué, en cambio, lo condenaron?

¿Qué va a hacer usted, después de esta entrevista?

Nada más de lo que ya estoy haciendo: contar públicamente lo que está pasando, ratificarlo ante la Fiscalía y colaborar con la justicia siempre en beneficio de la verdad.

Por Cecilia Orozco Tascón

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