Santos es candidato a la Presidencia
Santos reconoció que aún queda mucho por hacer, reconociendo de paso que si bien en su accionar como primer mandatario siempre ha querido acertar.
El Espectador
Se acabaron las especulaciones. Enarbolando las banderas de la paz y con un corto discurso conciliador frente a sus rivales políticos, el presidente Juan Manuel Santos le notificó al país que el próximo lunes, como lo establece la ley, radicará ante la Registraduría la carta que protocoliza su interés por ser candidato a la reelección en 2014. Una decisión que, según sus propias palabras, tomó porque está convencido de que en su mandato el país ha avanzado mucho y que “por fin es posible llegar a ese futuro de prosperidad y de paz que merecemos todos los colombianos”.
“Quiero continuar liderando las grandes transformaciones que hemos puesto en marcha. Quiero liderar una Colombia que pase del miedo a la esperanza, del atraso a la modernidad, de las divisiones a la unidad. Una Colombia que piense en construir futuro más que en aferrarse al pasado. No quiero un país dividido, quiero un país unido. Quiero una Colombia en paz y con prosperidad para todos”, manifestó el jefe de Estado, en una alocución radio-televisada, en la que estuvo acompañado de su familia y de todos los ministros del despacho.
Repitiendo una y otra vez la frase “tenemos que continuar para terminar la tarea”, el jefe de Estado hizo un rápido repaso de los que considera han sido los máximos logros durante los tres años y tres meses que lleva de mandato. Dijo, por ejemplo, que se superó la meta de crear dos millones de puesto de trabajo; que se ha sacado a millones de personas de la pobreza, comenzándose a cerrar así la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen; que se han dado los golpes más contundentes en la historia a las guerrillas y las bandas criminales, y que los homicidios, los secuestros y otros delitos siguen bajando.
Señaló también que ha cumplido en su propuesta de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, lo que se ha visto reflejado en la entrega de viviendas gratis a los más necesitados; en proveer de agua, luz y gas a millones de hogares por primera vez; en educación gratuita para todos los niños y jóvenes del grado cero al grado once en los colegios públicos; en acceso a salud, con planes de beneficios que incluyen más servicios y rebajas en los precios de los medicamentos para la gente, y en la destinación de más recursos para la construcción de grandes autopistas y vías, además de conectividad a internet para los lugares más remotos de la geografía nacional.
Pero paralelo a ese balance, Santos reconoció que aún queda mucho por hacer, reconociendo de paso que si bien en su accionar como primer mandatario siempre ha querido acertar, ha cometido errores y ha tenido frustraciones: “Lo reconozco y lo asumo. Estoy lejos, muy lejos de ser perfecto, y mucho menos lo pretendo”, expresó. Y en seguida, en un salto al pasado, les pidió a los colombianos la misma oportunidad que hace siete años se le dio a su antecesor, Álvaro Uribe, hoy su gran rival político, para consolidar la seguridad. “Hoy yo quiero esa misma oportunidad para consolidar la paz y la prosperidad. Y sé que todos los colombianos queremos la paz”, enfatizó.
Incluso para esa cruzada por la paz, Santos aseguró que convocará a todos los sectores del país, incluidos aquellos que están en desacuerdo con el proceso de paz que se adelanta con las Farc en La Habana (Cuba). En este sentido, calificó como “indignante” que el Estado no reconociera a las víctimas y enfatizó que su mayor reto es que no haya más personas sufriendo las inclemencias del conflicto. Y tras reconocer también que su expectativa era que las negociaciones con las Farc fueran más rápidas y que el acuerdo final se alcanzara a fines de este año, lo cierto es que hay progreso y avances importantes que hacen pensar en un futuro de esperanza.
“Quiero continuar liderando las grandes transformaciones que hemos puesto en marcha. Quiero liderar una Colombia que pase del miedo a la esperanza, del atraso a la modernidad, de las divisiones a la unidad. Una Colombia que piense en construir futuro más que en aferrarse al pasado. No quiero un país dividido, quiero un país unido. Quiero una Colombia en paz y con prosperidad para todos”, manifestó el jefe de Estado, en una alocución radio-televisada, en la que estuvo acompañado de su familia y de todos los ministros del despacho.
Repitiendo una y otra vez la frase “tenemos que continuar para terminar la tarea”, el jefe de Estado hizo un rápido repaso de los que considera han sido los máximos logros durante los tres años y tres meses que lleva de mandato. Dijo, por ejemplo, que se superó la meta de crear dos millones de puesto de trabajo; que se ha sacado a millones de personas de la pobreza, comenzándose a cerrar así la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen; que se han dado los golpes más contundentes en la historia a las guerrillas y las bandas criminales, y que los homicidios, los secuestros y otros delitos siguen bajando.
Señaló también que ha cumplido en su propuesta de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, lo que se ha visto reflejado en la entrega de viviendas gratis a los más necesitados; en proveer de agua, luz y gas a millones de hogares por primera vez; en educación gratuita para todos los niños y jóvenes del grado cero al grado once en los colegios públicos; en acceso a salud, con planes de beneficios que incluyen más servicios y rebajas en los precios de los medicamentos para la gente, y en la destinación de más recursos para la construcción de grandes autopistas y vías, además de conectividad a internet para los lugares más remotos de la geografía nacional.
Pero paralelo a ese balance, Santos reconoció que aún queda mucho por hacer, reconociendo de paso que si bien en su accionar como primer mandatario siempre ha querido acertar, ha cometido errores y ha tenido frustraciones: “Lo reconozco y lo asumo. Estoy lejos, muy lejos de ser perfecto, y mucho menos lo pretendo”, expresó. Y en seguida, en un salto al pasado, les pidió a los colombianos la misma oportunidad que hace siete años se le dio a su antecesor, Álvaro Uribe, hoy su gran rival político, para consolidar la seguridad. “Hoy yo quiero esa misma oportunidad para consolidar la paz y la prosperidad. Y sé que todos los colombianos queremos la paz”, enfatizó.
Incluso para esa cruzada por la paz, Santos aseguró que convocará a todos los sectores del país, incluidos aquellos que están en desacuerdo con el proceso de paz que se adelanta con las Farc en La Habana (Cuba). En este sentido, calificó como “indignante” que el Estado no reconociera a las víctimas y enfatizó que su mayor reto es que no haya más personas sufriendo las inclemencias del conflicto. Y tras reconocer también que su expectativa era que las negociaciones con las Farc fueran más rápidas y que el acuerdo final se alcanzara a fines de este año, lo cierto es que hay progreso y avances importantes que hacen pensar en un futuro de esperanza.
“Todavía nos quedan grandes desafíos, pero estoy convencido de que la forma de enfrentarlos no es sólo a sangre y fuego. Creo que los colombianos nos podemos poner de acuerdo sobre cuál es el país que queremos. Por eso dialogamos, por eso concertamos (...) la paz —no hay que olvidarlo— es la mejor seguridad, es la seguridad definitiva. Estoy convencido de que estamos frente a una gran oportunidad: lograr una Colombia en paz. Una Colombia que deje atrás esas cadenas de violencia, de pobreza, de desempleo, de injusticia, que nos han atado y nos han frenado durante tanto tiempo”, concluyó.
Se acabaron las especulaciones. Enarbolando las banderas de la paz y con un corto discurso conciliador frente a sus rivales políticos, el presidente Juan Manuel Santos le notificó al país que el próximo lunes, como lo establece la ley, radicará ante la Registraduría la carta que protocoliza su interés por ser candidato a la reelección en 2014. Una decisión que, según sus propias palabras, tomó porque está convencido de que en su mandato el país ha avanzado mucho y que “por fin es posible llegar a ese futuro de prosperidad y de paz que merecemos todos los colombianos”.
“Quiero continuar liderando las grandes transformaciones que hemos puesto en marcha. Quiero liderar una Colombia que pase del miedo a la esperanza, del atraso a la modernidad, de las divisiones a la unidad. Una Colombia que piense en construir futuro más que en aferrarse al pasado. No quiero un país dividido, quiero un país unido. Quiero una Colombia en paz y con prosperidad para todos”, manifestó el jefe de Estado, en una alocución radio-televisada, en la que estuvo acompañado de su familia y de todos los ministros del despacho.
Repitiendo una y otra vez la frase “tenemos que continuar para terminar la tarea”, el jefe de Estado hizo un rápido repaso de los que considera han sido los máximos logros durante los tres años y tres meses que lleva de mandato. Dijo, por ejemplo, que se superó la meta de crear dos millones de puesto de trabajo; que se ha sacado a millones de personas de la pobreza, comenzándose a cerrar así la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen; que se han dado los golpes más contundentes en la historia a las guerrillas y las bandas criminales, y que los homicidios, los secuestros y otros delitos siguen bajando.
Señaló también que ha cumplido en su propuesta de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, lo que se ha visto reflejado en la entrega de viviendas gratis a los más necesitados; en proveer de agua, luz y gas a millones de hogares por primera vez; en educación gratuita para todos los niños y jóvenes del grado cero al grado once en los colegios públicos; en acceso a salud, con planes de beneficios que incluyen más servicios y rebajas en los precios de los medicamentos para la gente, y en la destinación de más recursos para la construcción de grandes autopistas y vías, además de conectividad a internet para los lugares más remotos de la geografía nacional.
Pero paralelo a ese balance, Santos reconoció que aún queda mucho por hacer, reconociendo de paso que si bien en su accionar como primer mandatario siempre ha querido acertar, ha cometido errores y ha tenido frustraciones: “Lo reconozco y lo asumo. Estoy lejos, muy lejos de ser perfecto, y mucho menos lo pretendo”, expresó. Y en seguida, en un salto al pasado, les pidió a los colombianos la misma oportunidad que hace siete años se le dio a su antecesor, Álvaro Uribe, hoy su gran rival político, para consolidar la seguridad. “Hoy yo quiero esa misma oportunidad para consolidar la paz y la prosperidad. Y sé que todos los colombianos queremos la paz”, enfatizó.
Incluso para esa cruzada por la paz, Santos aseguró que convocará a todos los sectores del país, incluidos aquellos que están en desacuerdo con el proceso de paz que se adelanta con las Farc en La Habana (Cuba). En este sentido, calificó como “indignante” que el Estado no reconociera a las víctimas y enfatizó que su mayor reto es que no haya más personas sufriendo las inclemencias del conflicto. Y tras reconocer también que su expectativa era que las negociaciones con las Farc fueran más rápidas y que el acuerdo final se alcanzara a fines de este año, lo cierto es que hay progreso y avances importantes que hacen pensar en un futuro de esperanza.
“Quiero continuar liderando las grandes transformaciones que hemos puesto en marcha. Quiero liderar una Colombia que pase del miedo a la esperanza, del atraso a la modernidad, de las divisiones a la unidad. Una Colombia que piense en construir futuro más que en aferrarse al pasado. No quiero un país dividido, quiero un país unido. Quiero una Colombia en paz y con prosperidad para todos”, manifestó el jefe de Estado, en una alocución radio-televisada, en la que estuvo acompañado de su familia y de todos los ministros del despacho.
Repitiendo una y otra vez la frase “tenemos que continuar para terminar la tarea”, el jefe de Estado hizo un rápido repaso de los que considera han sido los máximos logros durante los tres años y tres meses que lleva de mandato. Dijo, por ejemplo, que se superó la meta de crear dos millones de puesto de trabajo; que se ha sacado a millones de personas de la pobreza, comenzándose a cerrar así la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen; que se han dado los golpes más contundentes en la historia a las guerrillas y las bandas criminales, y que los homicidios, los secuestros y otros delitos siguen bajando.
Señaló también que ha cumplido en su propuesta de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, lo que se ha visto reflejado en la entrega de viviendas gratis a los más necesitados; en proveer de agua, luz y gas a millones de hogares por primera vez; en educación gratuita para todos los niños y jóvenes del grado cero al grado once en los colegios públicos; en acceso a salud, con planes de beneficios que incluyen más servicios y rebajas en los precios de los medicamentos para la gente, y en la destinación de más recursos para la construcción de grandes autopistas y vías, además de conectividad a internet para los lugares más remotos de la geografía nacional.
Pero paralelo a ese balance, Santos reconoció que aún queda mucho por hacer, reconociendo de paso que si bien en su accionar como primer mandatario siempre ha querido acertar, ha cometido errores y ha tenido frustraciones: “Lo reconozco y lo asumo. Estoy lejos, muy lejos de ser perfecto, y mucho menos lo pretendo”, expresó. Y en seguida, en un salto al pasado, les pidió a los colombianos la misma oportunidad que hace siete años se le dio a su antecesor, Álvaro Uribe, hoy su gran rival político, para consolidar la seguridad. “Hoy yo quiero esa misma oportunidad para consolidar la paz y la prosperidad. Y sé que todos los colombianos queremos la paz”, enfatizó.
Incluso para esa cruzada por la paz, Santos aseguró que convocará a todos los sectores del país, incluidos aquellos que están en desacuerdo con el proceso de paz que se adelanta con las Farc en La Habana (Cuba). En este sentido, calificó como “indignante” que el Estado no reconociera a las víctimas y enfatizó que su mayor reto es que no haya más personas sufriendo las inclemencias del conflicto. Y tras reconocer también que su expectativa era que las negociaciones con las Farc fueran más rápidas y que el acuerdo final se alcanzara a fines de este año, lo cierto es que hay progreso y avances importantes que hacen pensar en un futuro de esperanza.
“Todavía nos quedan grandes desafíos, pero estoy convencido de que la forma de enfrentarlos no es sólo a sangre y fuego. Creo que los colombianos nos podemos poner de acuerdo sobre cuál es el país que queremos. Por eso dialogamos, por eso concertamos (...) la paz —no hay que olvidarlo— es la mejor seguridad, es la seguridad definitiva. Estoy convencido de que estamos frente a una gran oportunidad: lograr una Colombia en paz. Una Colombia que deje atrás esas cadenas de violencia, de pobreza, de desempleo, de injusticia, que nos han atado y nos han frenado durante tanto tiempo”, concluyó.