Los expresidentes Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe.
Foto: Presidencia/Referencia
Era diciembre de 2016, el año en el que el Departamento de Justicia de Estados Unidos publicó los documentos en los que aseguraban que la constructora brasileña Odebrecht había pagado 788 millones de dólares en sobornos para hacer más de 100 proyectos en 12 de países de África y Latinoamérica. El escándalo de corrupción había estallado y se sabía que en Colombia la cifra era de 11 millones y que entre los contratos que colgaban de la cuerda floja estaba el de 2.5 billones de pesos para recuperar la navegabilidad del río Magdalena.
Por Daniela Cristancho
Periodista y politóloga de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en resolución de conflictos e investigación para la paz.@danielacsidcristancho@elespectador.com