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En la tarde de este miércoles se llevó a cabo la primera reunión de los directores de los partidos tradicionales de gobierno con la ministra Carolina Corcho para hablar de la reforma a la salud. De esta participaron Dilian Francisca Toro (la U), Efraín Cepeda (Conservador) y César Gaviria (Liberal), por el lado de las colectividades, y, además de Corcho, por el oficialismo estuvo el ministro del Interior, Alfonso Prada, el presidente de la Cámara, David Racero, entre otros.
La reunión sirvió como paso final para destrabar del todo la reforma a la salud. Después de varias horas, hubo humo blanco. Este encuentro era fundamental para que los liberales emitieran su decisión final sobre si acompañarían o no el texto de reforma presentado por el Ejecutivo. Todo parece indicar que ya se cuenta con el apoyo de todas las colectividades de gobierno al proyecto radicado inicialmente por Carolina Corcho.
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Desde este lunes se había comenzado a dar los pasos para destrabar el trámite de la reforma a la salud. En la tarde-noche de dicha jornada se reunieron Efraín Cepeda y Dilian Francisca Toro con el presidente Gustavo Petro para llegar a un acuerdo. Después de una extensa negociación, los partidos habían anunciado que llegaban a unos puntos en común con el Ejecutivo. El problema es que de estas negociaciones no había participado el Partido Liberal, por lo que aún faltaba este visto bueno para desbloquear el camino de la reforma.
Un día después, el martes, se reunieron emisarios de los conservadores y la U con César Gaviria y algunos miembros de su colectividad para exponer los acuerdos alcanzados entre los partidos y el Ejecutivo. Al final, los del trapo rojo anunciaron que estaban muy cerca de dar el sí, pero aún faltaba disipar unas dudas.
Al parecer, estos temores se esfumaron en la reunión de este miércoles con la ministra Carolina Corcho. De acuerdo con el senador Efraín Cepeda, que tomó la vocería por los partidos, el gobierno aceptó las “20 líneas gruesas” que presentaron desde hace unas semanas y que hacían las veces de objeciones al proyecto oficialista.
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Según Cepeda, se mantiene el régimen de aseguramiento mixto, la libre elección de aseguramiento y de especialistas, entre otros elementos. También se habría aceptado que las EPS pasen a ser gestoras de salud de vida, que la ADRES haga el giro directo a las IPS y la eliminación de la integración vertical.
Uno de los puntos que habría sido espinoso fue el del papel que jugaría la ADRES en cuanto a las auditorías. Mientras que el sector oficialista insistió en que esta entidad asumiera esta tarea, los partidos cuestionaban que se fuera a desechar la experiencia que han acumulado las EPS al ejercer las labores de auditoría desde hace casi tres décadas. Al final, se llegó al punto medio de que se les pagará a las gestoras 5% por las auditorías y el ADRES hará “una revisión selectiva que pueda llevar a ver si las auditorías están bien hechas”.
También se dejó claro que la red pública podrá ser departamental y de esta participarán los hospitales públicos e incluso puede haber privados incluidos. Se buscaría que se cree un articulador como lo fue el CRUE durante la pandemia, añadió Cepeda. En otros puntos se destacó los logros frente a la licencia de maternidad para el sistema contributivo y subsidiado y que se mantenga el enfoque de la atención primaria.
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Tras la reunión de este miércoles, lo que queda es “vaciar los acuerdos en el articulado”, concluyo Cepeda. Esto implica que las próximas reuniones serán entre los equipos técnicos de los partidos y del Ministerio de Salud para ajustar el texto. Solo hasta ese momento, expresó el conservador, se podrá decir que el trámite de la reforma se destrabó del todo.
El expresidente César Gaviria fue de los pocos que no fue tan optimista, pues condicionó el apoyo a que se agilice el trámite. “Al sistema hay que darle tranquilidad pronto. No nos podemos tomar muchas semanas porque eso puede llevar a que el sistema se colapse. Hay ya EPS, de las más débiles y pequeñas, que están en problemas”, expresó la cabeza de los liberales, que no descartó presentar un proyecto propio si no se consolida la propuesta consensuada. En este mismo sentido advirtió que “Nos tienen que aclarar muchas dudas sobre esa reforma a la salud”. Sin embargo, fue un importante paso para la iniciativa de gobierno.
Al hablar con los ponentes del proyecto, estos revelaron que la discusión del articulado ha seguido, a pesar de que se pidió una pausa al Ministerio mientras se llegaba a un acuerdo con los partidos tradicionales. Durante estos días se estuvo analizando el texto y se trató de no tomar decisiones sobre los puntos en controversia. Ahora falta ver si las discusiones se pausarán mientras que se hacen los ajustes finales a las propuestas de la U, conservadores y liberales.