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Varias críticas le cayeron a la senadora Sandra Ramírez por cuenta de sus recientes declaraciones sobre el secuestro que ejerció durante años las extintas Farc, en especial durante la comandancia de Jorge Briceño, conocido con el alias de Mono Jojoy hasta su muerte.
(Para recordar: La del Mono Jojoy, una vida dedicada al crimen)
Las palabras de la congresista del Partido Comunes, creado tras la firma del Acuerdo de Paz, se escucharon en los micrófonos de Blu Radio. Ramírez habló en el marco del evento que realizó la colectividad como homenaje a Jorge Briceño, abatido por las Fuerzas Militares el 22 de septiembre de 2010, en la Operación Sodoma.
La parlamentaria se refirió a los secuestros y a las “comodidades” que tenían los cientos de personas que mantuvieron en cautiverio en el monte colombiano. “Dentro de esas cárceles tenían sus comodidades, pero hay que ver las cárceles del régimen cómo son, tenemos cárceles para 80.000 personas y tenemos hoy 123.000 personas. Ellos tenían sus comodidades a medida de las condiciones, su camita, su cambuche, todo”, aseveró Sandra Ramírez. Asimismo, agregó que Briceño era “comunista y feminista”: “Nos exigía a las mujeres empoderarnos y eso nadie lo sabe y por eso hoy conmemoramos el día del Mono”.
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Sus declaraciones levantaron ampolla, entre otras cosas porque el Mono Jojoy fue identificado como uno de los comandantes y miembros del secretariado de las Farc más sanguinarios. El expresidente Juan Manuel Santos en su momento lo señaló como “el símbolo del terror en Colombia”. El jefe máximo del Bloque Oriental tuvo sobre sus hombros más de 62 órdenes de captura y fue, entre otras cosas, el responsable del ataque a Las Delicias y de la bomba efectuada en el club el Nogal.
Además de esto, quedó en la historia colombiana y en la memoria de miles de víctimas el campamento Borugo, que dirigió Briceño, en La Macarena (Meta). Ese espacio tomó visibilidad porque Briceño fue el artífice de que cientos de víctimas (entre ellas militares) fueran confinadas con alambres de púas. Se convirtieron en el símbolo de tortura en los años más duros de la guerra entre la guerrilla y el Estado.
(Para contexto: Un museo para no olvidar que las Farc secuestraron)
Personas como la senadora Angélica Lozano, del partido verde, recordó que fue uno de los secuestradores que más dolor causó a Colombia. “El secuestrador más cruel, el creador e de cárceles con alambres de púas y cadenas con candado en el cuello a seres humanos. Apoyo con firmeza el acuerdo de paz, pero no serán nunca héroes los criminales que causaron dolor infinito e irreparable a miles de personas directamente”, escribió.
También lo hizo el representante Gabriel Santos, del Centro Democrático: “Absolutamente reprochable. El cinismo propio de quien no se siente obligado ni con las víctimas, ni con la verdad ni con la reparación. Aberrante comentario”, expresó.
El rechazo a las palabras de Ramírez se da en el marco de un reclamo constante que se le ha hecho a la organización política, antes alzada en armas, sobre su postura frente al secuestro. Cabe traer a colación que hace unos meses, en un encuentro de la Comisión de la Verdad, los excomandantes de las Farc se encontraron cara a cara con quienes secuestraron, como Íngrid Betancourt y Roberto Lacouture.
Pese a la importancia del evento, Betancourt fue una de las voces críticas que públicamente expresó que no quedó satisfecha con las declaraciones de los exFarc, entre ellos Rodrigo Londoño, conocido como Timochenko, pues sus frases eran más de corte político y sentía que no pedían perdón real, desde el corazón. A esa experiencia ahora se suma una nueva crítica que recae sobre Sandra Ramírez.