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Autor: Joseph Casañas Follow @joseph_casanas
Esta ha sido la peor semana en los 14 años de vida que tiene Facebook. La compañía perdió unos US$60.000 millones en valor de mercado, la acción de la tecnológica cayó casi 10 % y, lo peor de todo, la confianza de los usuarios en la red social está destrozada. ¿La razón? La empresa creada por Mark Zuckerberg en 2004 protagoniza un escándalo por la filtración de los datos de más de 50 millones de usuarios. Esto habría inclinado la balanza para la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
En el desarrollo de esta novela está involucrada Cambridge Analytica, una firma de análisis de datos que utilizó la plataforma de Facebook para conseguir información de los votantes por medio de una aplicación llamada This is your digital life. Esta app presentaba a los usuarios, que aceptaban los términos y condiciones, una divertida herramienta para hacerse un test de personalidad. Sin saberlo, los internautas estaban revelando, entre otras cosas, sus inclinaciones políticas y religiosas. Esta información, sumada a los datos personales de cada usuario, fue la que Cambridge Analytica vendió a la campaña de Trump por casi US$6 millones. Lea también: Fajardo le cierra la puerta a Petro y se acerca cada vez más a Humberto de la Calle
El escándalo rompió las barreras del mundo de la tecnología y entró a la densa atmósfera política. Zuckerberg fue citado al Congreso de Estados Unidos y al Parlamento Británico para explicar la responsabilidad que tiene en este caso la empresa que dirige. “Cometimos errores y necesitamos redoblar esfuerzos (…) tenemos la responsabilidad de proteger los datos de los usuarios y si no podemos hacerlo, entonces no merecemos servirles”, reconoció el jefe de Facebook en un diálogo con CNN.
Mientras el ruido mediático generado por esta situación crece en Estados Unidos y Europa, en Colombia surge la pregunta de si una manipulación de datos con estas características se puede presentar en el desarrollo de la actual campaña electoral presidencial. El riesgo es que los ciudadanos puedan ser manipulados para votar por alguno de los candidatos a la jefatura del Estado. Expertos en seguridad informática y en protección de datos personales consultados por El Espectador coinciden en afirmar que sí existen posibilidades de que lo que pasó en la campaña política en Estados Unidos ocurra también en la campaña colombiana.
“Esto puede suceder en cualquier parte del mundo. Cada vez que entramos a WhatsApp o Facebook dejamos un registro de nuestros datos y hábitos de consumo. Cuando desde nuestros celulares o computadores aceptamos sin leer los términos y condiciones de, por ejemplo, un jueguito que queremos descargar o una aplicación que me dice cómo me vería en caso de que fuera una persona del sexo opuesto, estamos abriendo la puerta para que nuestros datos queden en manos de terceros”, explicó Pedro Novoa, experto en protección de datos. Además: ¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza cuando le mencionan un candidato presidencial?
La posibilidad de que los colombianos sean manipulados electoralmente por cuenta de la información que dejan en Facebook aumenta si se tiene en cuenta que, como lo explica Andrés Guzmán Caballero, CEO de Adalid y abogado con especialización en derecho de nuevas tecnologías de la Escuela de Leyes de Nueva York, “cualquier programador con cierto nivel de conocimiento podría crear un aplicativo para instalar en Facebook y de formas muy creativas persuadir al usuario para que facilite su información personal”. No leer los términos y condiciones genera el ambiente perfecto para que compañías como Cambridge Analytica se aprovechen de la situación, creen bases de datos sofisticadas y consoliden emporios económicos con base en los datos personales de la gente que se mueve en redes sociales.
Camilo Gutiérrez Amaya, jefe del laboratorio de ESET Latinoamérica, explica que por medio de los botones que ofrece Facebook para incentivar la interacción se pueden crear bases de datos sofisticadas que en el mercado son muy costosas: “Para las empresas y, en este caso, para una campaña política, sería de gran utilidad saber qué lee una persona, qué le gusta, qué lo enfurece, qué comparte o qué lo indigna, y esto es precisamente lo que la gente hace en Facebook cuando interactúa con algún contenido”.
En Colombia, la ley protege a los usuarios en materia de protección de datos, esto incluye los que son compartidos en redes sociales. El artículo 5 de la Ley 1581 de 2012 hace referencia a los datos sensibles, “aquellos que afectan la intimidad o cuyo uso indebido puede generar su discriminación, tales como aquellos que revelen el origen racial o étnico, la orientación política, las convicciones religiosas o filosóficas”.
La divulgación de este tipo de información es la que tiene hoy a Facebook en el ojo del huracán. Sin embargo, la misma ley, en su artículo 6, indica una serie de excepciones. Una de ellas señala que, si el titular autoriza de manera explícita el tratamiento de dicha información, la ley no puede hacer nada para proteger los derechos del usuario. Esta es considerada una zona gris en este debate entre tecnología y participación política.
“Las empresas deben ser claras y mostrar los manuales específicos sobre el uso que van a dar a esta información. En la mayoría de los casos son claros y el error que comete el usuario es aceptar todo con tal de tener una aplicación divertida”, agregó Pedro Novoa. “La persona que sienta que sus datos están siendo utilizados de manera indebida puede elevar una queja ante la Superintendencia de Industria y Comercio”, puntualizó.
El poder de las redes sociales en los procesos democráticos del mundo no está en duda. Por eso, según dijo a El Espectador el magistrado del Consejo Nacional Electoral (CNE) Armando Novoa, “en la rendición de cuentas sobre los gastos de las campañas debería especificarse cuánto se invierte en estrategias de redes sociales”.
Para Novoa, “es claro que el resultado del plebiscito de octubre de 2016 fue producto de la acción de las redes sociales y eso es algo que debería estar controlado”. Vale la pena recordar que Juan Carlos Vélez, entonces gerente de la campaña que invitó a votar por el No, reconoció que desde el Centro Democrático se buscó la forma para que la gente “saliera a votar berraca”.
Facebook es sólo uno de los jugadores en la partida de ajedrez que se disputa entre tecnología y política. Aún falta analizar si otras plataformas, como Instagram o Google, también participan de este revolucionario —y para algunos macabro— modelo de la industria electoral. Al respecto, el buscador más grande de internet dijo a este medio: “No hemos visto indicios de este tipo de abuso en nuestras plataformas. Tenemos políticas que prohíben el comportamiento engañoso y el uso indebido de datos personales. Si encontramos evidencia de violaciones, tomaremos acción”.
Averigua qué aplicaciones de redes sociales tienen acceso a tus datos personales
Con sólo tres pasos podemos averiguar qué información personal tenemos expuesta en Facebook para que aplicaciones desarrolladas por terceros la utilicen sin que seamos conscientes de ello.Primero, hacemos clic en el símbolo ubicado en la parte superior derecha de la página de inicio de nuestra fan page. Luego entramos a Configuraciones. Una vez allí, buscamos el botón Aplicaciones.
En ese momento se va a desplegar la información que nos muestra los íconos de todas las aplicaciones a las que les hemos permitido acceder a la información personal que nos pide Facebook.
Al hacer clic sobre esos íconos sabremos hasta dónde hemos permitido a desarrolladores que muchas veces no conocemos estar informados de nuestros movimientos en la red social más poderosa del mundo.
Se sorprenderá. Algunos programadores, con nuestro permiso, saben incluso nuestras inclinaciones políticas y religiosas.