“Si no acepto a César Gaviria, los otros candidatos lo harían”: Alejandro Gaviria
En entrevista, el aspirante presidencial habla de su reunión con el expresidente liberal y su encuentro con Germán Vargas Lleras. Recalcó que solo aceptará adhesiones bajo acuerdos programáticos, pero que Gaviria y Vargas estarían a la espera de lo que pase el 13 de marzo.
Laura Angélica Ospina Herrera
Ha pasado mucho desde que se lanzó a la Presidencia. ¿Qué perspectiva tiene hoy de la política electoral?
Primero, yo he tenido una transformación personal, incluso, en la forma de comunicar. Segundo, cuando tuvimos la primera conversación, que fue en septiembre del año pasado, no anticipaba que este tema de las coaliciones iba a ser tan difícil e iba a generar tantos problemas.
Las coaliciones fueron la gran innovación de estas elecciones, pero no pensé que iban a generar tantas discusiones, que iban a dominar tanto tiempo de la campaña, sobre todo en los meses de noviembre y diciembre. Yo creo que el país debe hacer una reflexión sobre lo que está ocurriendo y la conveniencia o no de las coaliciones. Alguien las llamó unas primarias difusas. Yo creo que están trayendo mucha confusión entre la gente.
Y tercero, yo creo que estamos entrando a un momento interesante de la campaña. Una anécdota: en una de las tantas pruebas de covid que me hice en las últimas semanas, tenía que escribir mi profesión. Escribí “político”. Faltan menos de 25 días para la campaña y soy un político que está haciendo todo lo posible para ganar. Esa mentalidad ganadora hoy la tengo mucho más que en septiembre, cuando apenas llevaba unas semanas en la contienda.
¿Luego del desencuentro con Íngrid Betancourt, ustedes hablaron personalmente?
La pos-escena fue una reunión el miércoles, día en el que tuvimos una reunión. Ella dijo que yo había violado un acuerdo, yo le dije que no. Insistió en que era un acuerdo de palabra, pero después vinieron los ultimátums sobre su salida. Eso fue una comedia, no tiene otro nombre, e Íngrid Betancourt decidió salirse de la coalición.
¿No cree que fue muy desafortunado tanto el choque en el debate como la posterior salida de Betancourt?
Todo este episodio de varios días, esa tragicomedia, fue desafortunado. Le hizo daño a la coalición, pero también planteó un debate de fondo y es, ¿hasta qué punto lo que se llama política tradicional debe hacer parte de la coalición o no? Sigo creyendo que no todo vale en la política, pero esa pureza moral también es problemática.
Luego de lo de Betancourt, dijo que Fajardo era un fundamentalista moral. ¿Por qué lo hizo?
Lo dije porque de todo el incidente con Íngrid, a mí me quedó una preocupación y es por qué Sergio Fajardo no asumió el papel de líder natural cuando todo esto estaba ocurriendo. Él asumió una posición pasiva. Las críticas que hice a Fajardo las hice en aspectos de su liderazgo y entiendo que causan escozor.
Gente cercana a la coalición dice que la gira por el Caribe fue un desastre y hubo pelea de egos.
Yo no lo veo como pelea de egos, sino como que hay un proceso, todavía complejo, difícil, de recuperar la confianza que se ha perdido de parte y parte. Eso fue lo que pasó en el Caribe.
Mábel Lara dijo que no se ha jugado limpio. ¿Qué están haciendo para recuperar la confianza?
No hay una acción específica. No ha habido una reunión o un espacio para hacer eso. Lo que tenemos en las próximas semanas son debates y conversaciones conjuntas, y un elemento adicional que es Juan Fernando Cristo, que asume el papel de ser componedor, de hablar con todo el mundo, de tratar de unir estas voluntades un poco dispersas en este momento. Pero tampoco podemos sobredramatizar lo que está ocurriendo.
Pero sí está pasando algo.
Hay una crisis de confianza.
¿Qué ocurrió en la reunión con César Gaviria?
La reunión con Gaviria fue cordial. Atrás quedaron los problemas personales. Reiteró lo que ha dicho públicamente, que el Partido Liberal no va a tomar ninguna decisión antes de las consultas y que los parlamentarios tienen libertad. Después del 13 el mundo será distinto.
¿Cuál era la intención de hacerla si usted se había desmarcado de él?
Los congresistas la habían planteado como diciendo que no es que el Partido Liberal vaya a adherir a mi candidatura antes del 13 de marzo, pero los que me apoyan querían tener cierta tranquilidad por parte del director del partido.
¿El encuentro con el expresidente Gaviria causó una nueva molestia en la coalición?
Hay rumores de molestia en la Coalición. A mí no me han dicho nada. Nadie me ha llamado o escrito. Si un candidato a la Presidencia no puede tener conversaciones, estamos jodidos. Fajardo habla de la necesidad de conversar con los diferentes. De eso se trata.
¿Si usted gana la consulta, acepta el apoyo de César Gaviria?
Bajo los términos de un acuerdo programático, de un respeto a las ideas, de cierta autonomía en mi forma de conducir la campaña, sí lo aceptaría. Sí me preocuparían las críticas, pero si yo no lo acepto, todos los otros candidatos lo harían. Soy un hombre liberal. No haré ningún relacionamiento clientelista ni voy a ofrecer ministerios. Entonces, no aceptarlo sería entregarles la elección a mis competidores.
¿La llegada de Varón Cotrino implica que tiene el guiño de Germán Vargas Lleras, ya que son tan cercanos?
Eran cercanos. No sé dónde está Vargas Lleras. Creo que está esperando el 13 de marzo como César Gaviria. Germán Varón Cotrino llegó a título individual.
Pero se encontró con él…
Con Vargas Lleras tuve una reunión casual. Dice que ningún candidato habla de justicia. Me entregó un documento. No hablamos de alianzas ni de apoyos.
¿No cree que su estrategia podría terminar con la poca unidad que le queda al centro?
No tengo una estrategia de división de la Coalición. Tengo una estrategia de ganar planteando algunas diferencias, pero no destruyendo la coalición. He sido muy prudente en esta nueva pelea entre Juan Manuel Galán y Carlos Amaya, he mandado mensajes para tender puentes. No entro como una fuerza a ganar y a destruirlo todo. Creo que se me ha juzgado muy duro por señalar diferencias. La coalición sí está en un momento difícil, pero no es culpa mía. Hay una confianza que hay que restablecer y el 13 de marzo será el momento definitivo para demostrar que todos estamos dispuestos a apoyar a quien gane. Ahí se verá si esto es una coalición o si solo fue una juntanza oportunista para competir.
Ha pasado mucho desde que se lanzó a la Presidencia. ¿Qué perspectiva tiene hoy de la política electoral?
Primero, yo he tenido una transformación personal, incluso, en la forma de comunicar. Segundo, cuando tuvimos la primera conversación, que fue en septiembre del año pasado, no anticipaba que este tema de las coaliciones iba a ser tan difícil e iba a generar tantos problemas.
Las coaliciones fueron la gran innovación de estas elecciones, pero no pensé que iban a generar tantas discusiones, que iban a dominar tanto tiempo de la campaña, sobre todo en los meses de noviembre y diciembre. Yo creo que el país debe hacer una reflexión sobre lo que está ocurriendo y la conveniencia o no de las coaliciones. Alguien las llamó unas primarias difusas. Yo creo que están trayendo mucha confusión entre la gente.
Y tercero, yo creo que estamos entrando a un momento interesante de la campaña. Una anécdota: en una de las tantas pruebas de covid que me hice en las últimas semanas, tenía que escribir mi profesión. Escribí “político”. Faltan menos de 25 días para la campaña y soy un político que está haciendo todo lo posible para ganar. Esa mentalidad ganadora hoy la tengo mucho más que en septiembre, cuando apenas llevaba unas semanas en la contienda.
¿Luego del desencuentro con Íngrid Betancourt, ustedes hablaron personalmente?
La pos-escena fue una reunión el miércoles, día en el que tuvimos una reunión. Ella dijo que yo había violado un acuerdo, yo le dije que no. Insistió en que era un acuerdo de palabra, pero después vinieron los ultimátums sobre su salida. Eso fue una comedia, no tiene otro nombre, e Íngrid Betancourt decidió salirse de la coalición.
¿No cree que fue muy desafortunado tanto el choque en el debate como la posterior salida de Betancourt?
Todo este episodio de varios días, esa tragicomedia, fue desafortunado. Le hizo daño a la coalición, pero también planteó un debate de fondo y es, ¿hasta qué punto lo que se llama política tradicional debe hacer parte de la coalición o no? Sigo creyendo que no todo vale en la política, pero esa pureza moral también es problemática.
Luego de lo de Betancourt, dijo que Fajardo era un fundamentalista moral. ¿Por qué lo hizo?
Lo dije porque de todo el incidente con Íngrid, a mí me quedó una preocupación y es por qué Sergio Fajardo no asumió el papel de líder natural cuando todo esto estaba ocurriendo. Él asumió una posición pasiva. Las críticas que hice a Fajardo las hice en aspectos de su liderazgo y entiendo que causan escozor.
Gente cercana a la coalición dice que la gira por el Caribe fue un desastre y hubo pelea de egos.
Yo no lo veo como pelea de egos, sino como que hay un proceso, todavía complejo, difícil, de recuperar la confianza que se ha perdido de parte y parte. Eso fue lo que pasó en el Caribe.
Mábel Lara dijo que no se ha jugado limpio. ¿Qué están haciendo para recuperar la confianza?
No hay una acción específica. No ha habido una reunión o un espacio para hacer eso. Lo que tenemos en las próximas semanas son debates y conversaciones conjuntas, y un elemento adicional que es Juan Fernando Cristo, que asume el papel de ser componedor, de hablar con todo el mundo, de tratar de unir estas voluntades un poco dispersas en este momento. Pero tampoco podemos sobredramatizar lo que está ocurriendo.
Pero sí está pasando algo.
Hay una crisis de confianza.
¿Qué ocurrió en la reunión con César Gaviria?
La reunión con Gaviria fue cordial. Atrás quedaron los problemas personales. Reiteró lo que ha dicho públicamente, que el Partido Liberal no va a tomar ninguna decisión antes de las consultas y que los parlamentarios tienen libertad. Después del 13 el mundo será distinto.
¿Cuál era la intención de hacerla si usted se había desmarcado de él?
Los congresistas la habían planteado como diciendo que no es que el Partido Liberal vaya a adherir a mi candidatura antes del 13 de marzo, pero los que me apoyan querían tener cierta tranquilidad por parte del director del partido.
¿El encuentro con el expresidente Gaviria causó una nueva molestia en la coalición?
Hay rumores de molestia en la Coalición. A mí no me han dicho nada. Nadie me ha llamado o escrito. Si un candidato a la Presidencia no puede tener conversaciones, estamos jodidos. Fajardo habla de la necesidad de conversar con los diferentes. De eso se trata.
¿Si usted gana la consulta, acepta el apoyo de César Gaviria?
Bajo los términos de un acuerdo programático, de un respeto a las ideas, de cierta autonomía en mi forma de conducir la campaña, sí lo aceptaría. Sí me preocuparían las críticas, pero si yo no lo acepto, todos los otros candidatos lo harían. Soy un hombre liberal. No haré ningún relacionamiento clientelista ni voy a ofrecer ministerios. Entonces, no aceptarlo sería entregarles la elección a mis competidores.
¿La llegada de Varón Cotrino implica que tiene el guiño de Germán Vargas Lleras, ya que son tan cercanos?
Eran cercanos. No sé dónde está Vargas Lleras. Creo que está esperando el 13 de marzo como César Gaviria. Germán Varón Cotrino llegó a título individual.
Pero se encontró con él…
Con Vargas Lleras tuve una reunión casual. Dice que ningún candidato habla de justicia. Me entregó un documento. No hablamos de alianzas ni de apoyos.
¿No cree que su estrategia podría terminar con la poca unidad que le queda al centro?
No tengo una estrategia de división de la Coalición. Tengo una estrategia de ganar planteando algunas diferencias, pero no destruyendo la coalición. He sido muy prudente en esta nueva pelea entre Juan Manuel Galán y Carlos Amaya, he mandado mensajes para tender puentes. No entro como una fuerza a ganar y a destruirlo todo. Creo que se me ha juzgado muy duro por señalar diferencias. La coalición sí está en un momento difícil, pero no es culpa mía. Hay una confianza que hay que restablecer y el 13 de marzo será el momento definitivo para demostrar que todos estamos dispuestos a apoyar a quien gane. Ahí se verá si esto es una coalición o si solo fue una juntanza oportunista para competir.