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El expresidente Juan Manuel Santos se refirió nuevamente al manejo del Paro por parte del Gobierno, el abuso de la fuerza pública durante las manifestaciones y las peticiones de los manifestantes que, insistió, pueden solucionarse si se cumple el Acuerdo de Paz y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). “He venido haciendo consultas, analizando las pancartas que aparecen en el Paro y todas esas angustias, todo ese desespero está contenido en esos dos pilares”, dijo.
En conversación con W Radio, Santos expresó que sigue dispuesto a entablar un diálogo en ese sentido con el presidente Iván Duque, a pesar de haber quedado “con los crespos hechos” cuando ofreció sumar su voz a la solución de un descontento nacional que ha escalado en los últimos 21 días, desde que inició el pasado 28 de abril.
“Me dejaron con los crespos hechos, pero no importa, acá los tengo muy bien puestos. No sé el motivo de por qué esa actitud, pero sigo dispuesto y disponible a cualquier llamado porque creo que es mi deber patriótico”, afirmó. En esa línea, aceptó que los expresidentes son “jarrones chinos incómodos” para los gobiernos que les preceden, pero que sus comentarios los hace “como parte del grupo The Elders, que creó hace muchos años Nelson Mandela”. “He hablado con compañeros de ese grupo y me han dado ideas”, agregó el exprimer mandatario. Así las cosas, su propuesta para el Gobierno es enviar mensajes certeros de reconciliación, tender puentes e implementar tanto lo pactado en La Habana, durante su administración, como comprometerse con los ODS.
Sobre los mensajes de diálogo y reconciliación, Santos reiteró que en el contexto actual no es bien recibida una reunión más entre políticos, en este caso entre expresidentes. No obstante, aseguró que si el jefe de Estado lo llegara a llamar no solo lo atendería, sino también le sugeriría que invitara al expresidente Uribe “para que él y yo nos pudiéramos dar la mano y darle una señal al país de que podemos sanar heridas y reconciliarnos en temas que nos conciernen a todos”, refiriéndose a las diferencias y la polarización que ha surgido en el país desde el plebiscito de 2016 en el que la mayoría de la población le dijo no a la paz consignada el el Acuerdo. “Las señales y los gestos son muy importantes para cualquier proceso de reconciliación, para encontrar acuerdos. Con los gestos se llega muy lejos”, añadió, haciendo énfasis en que se necesita “humildad y empatía” de parte de todos los interlocutores.
Además de ello, el expresidente destacó una vez más que el camino para levantar los bloqueos es el diálogo. Para él, tender ese puente de conversación requiere declaraciones contundentes de Duque frente al Acuerdo de Paz, los ODS, pero también el abuso policial. “La fuerza de autoridad hay que ejercerla. Yo rechazo el vandalismo y bloqueos, pero hay formas de resolver los problemas. No parece lo más acertado y oportuno que, estando uno sentado en la mesa [de diálogo] se den declaraciones que van totalmente en contra de lo que uno está buscando allí. Hay formas más efectivas. Está pidiendo que el presidente rechace los abusos policiales, que no haya estigmatización. Los jóvenes están desesperados y hay que darles una salid. Ellos están pidiendo que no se usen armas letales en las manifestaciones. Son peticiones baratas o gratis de atender y es ahí donde entran las formas”, calificó.
A su juicio, responder a esas peticiones no es sacrificio para el Gobierno: “El presidente, como cualquier ciudadano, está obligado a cumplir la Constitución y las leyes. [El Acuerdo y los ODS] ya los tenemos aprobados y ahí hay un común denominador que nos permitirá establecer diálogos constructivos”, manifestó. En ese sentido, dio un ejemplo con las exigencias de las poblaciones afro e indígenas: “Se pueden resolver cumpliendo con el capítulo étnico del Acuerdo. He hablado con ellos varias veces y eso es lo que quieren”, enfatizó.
Santos aceptó que sí ha habido abusos policiales, a pesar de que en los últimos años hubo un esfuerzo por incluir en la doctrina militar el énfasis del respeto por los derechos humanos. “Nadie puede tapar el sol con las manos. Se hizo un esfuerzo enorme en las fuerzas por alcanzar niveles de prestigio en materia de derechos humanos. Fue un proceso dispendioso en el cambio de la cultura de las fuerzas. Se ha deteriorado pero se puede recuperar. No hay nada más difícil y complicado para una sociedad que la gente pierda la confianza en sus fuerzas armadas, eso es una contradicción. Si uno ve las encuestas, eso es aterrador”, destacó en la entrevista, siendo uno de los puntos centrales que han destacado otros políticos.
El expresidente también insistió que, contrario a lo que ha pasado en países como Chile, no es necesaria en Colombia una nueva constituyente porque la Constitución de 1991 cubre los aspectos relacionados con los derechos humanos. “No necesitamos adelantar otra constituyente porque ya lo hicimos. La Constitución de 1991 tiene todos los elementos y es una de las más garantistas en el mundo con los derechos humanos. Se necesita es que se cumpla”, expuso.
Con todo, el exprimer mandatario reiteró la pregunta que considera más pertinente y que sobresale de las peticiones del Paro: “Cuando las cosas se calmen, ¿qué va a quedar? ¿Odio, miedo? Ahí es donde debemos buscar un camino que nos permita construir puentes, mitigar, disminuir y reversar miedos. Aprovechar la situación para tener un mejor futuro. Esto va a sonar un poco salido de tono, pero creo q este paro está presentando una oportunidad para poder encausar este malestar hacia algo mejor”, concluyó.