Sin escotes, descaderados, ni tenis: Cancillería lanza código de vestuario
Una sutil diferencia en términos de protocolo acaba de quedar en evidencia dentro del Gobierno de Gustavo Petro. Mientras la ministra de Minas, Irene Vélez, recibe en tenis a su homóloga de España, la Cancillería difunde entre sus funcionarios un código de vestuario en el que arremete contra esa prenda de vestir. “Es nuestro deber proyectar una imagen seria, profesional y acorde con la misión”, señala el documento.
Élber Gutiérrez Roa
¿Qué tanto tiene que ver la forma de vestir de una persona con su desempeño profesional? ¿La seriedad de un funcionario depende del atuendo que luce? Con toda seguridad usted se ha formulado este tipo de inquietudes cuando piensa en sus entorno laboral o familiar. O, para no ir más lejos, cuando ha tenido que salir a buscar trabajo.
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¿Qué tanto tiene que ver la forma de vestir de una persona con su desempeño profesional? ¿La seriedad de un funcionario depende del atuendo que luce? Con toda seguridad usted se ha formulado este tipo de inquietudes cuando piensa en sus entorno laboral o familiar. O, para no ir más lejos, cuando ha tenido que salir a buscar trabajo.
Pues algo parecido sucede por esta época en escenarios como la Cancillería colombiana, en la cual desde este lunes 16 de enero fue repartida, por iniciativa del área de talento humano, una cartilla digital de 16 páginas que contiene el código de vestuario para los empleados del Ministerio de Relaciones Exteriores.
El documento estipula con absoluta claridad las prendas que se deben usar si es lunes o viernes, si se trata de hombre o mujer y si tiene agenda formal de negocios o encuentro casual de negocios. De pies a cabeza. Con tipos de telas, estilos de maquillaje, sugerencias de prendas infaltables en el closet y enunciación de accesorios a los que no hay que acudir jamás. Las pulseras y collares, por ejemplo, deben ser como la actividad diplomática: muy discretos.
Están proscritos los pantalones descaderados, los escotes pronunciados y los rotos en los jeans. Ah, y no se deben utilizar tonalidades fuertes en el maquillaje, ni faldas cortas. Como quien dice, si la intención es transmitir seriedad y responsabilidad, hay que meterle más metros de tela a las faldas que - valga la aclaración - , en la cartilla solo son contempladas para las mujeres.
Lo único peor que ignorar las recomendaciones ya citadas parece ser el uso de una popular prenda de vestir a la cual la cartilla dedica un elocuente párrafo: los tenis. El juvenil estilo de calzado con el que la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, recibió a la ministra de Industria, Comercio y Turismo de España, Reyes Maroto, no puede ser utilizado por los funcionarios de la cancillería para atender gente de otros lares ni para rendirles cuentas a los de estas tierras.
No importa su procedencia o características de calidad: importados, nacionales, costosos, de oferta, rotos, recién estrenados, contrabandeados, chiviados, inspirados en la diosa griega de la victoria, isotipo de tres rayas, plataforma, monocromáticos, multicolores. Si usted trabaja en el Ministerio de Relaciones Exteriores, mejor ni los mire. O cédalos a algún amigo del Ministerio de Minas.
Los argumentos de la Cancillería
¿Hasta qué punto les es permito a los empleadores regular aspectos como la ropa que usan sus colaboradores? ¿Cómo se maneja este tipo de temas cuando se trata de entidades públicas?
El canciller, Álvaro Leyva, no ha hablado sobre el tema, pero la oficina de talento humano de esa cartera justifica de la siguiente manera la medida en el mencionado párrafo contra los zapatos deportivos:
“El Ministerio de Relaciones Exteriores promueve los intereses nacionales en el exterior, es nuestro deber proyectar una imagen seria, profesional y acorde con la misión, visión y los objetivos institucionales, por esta razón la presentación personal no puede estar acompañada de ropa informal (como los tenis) en las instalaciones del Ministerio”.
El debate por las regulaciones respecto al vestuario no es nuevo en Colombia. Baste con recordar que desde la llegada de la Constitución Política de 1991 la Corte Constitucional ha mantenido la misma línea jurídica al recordarle a las instituciones educativas que sus manuales no pueden interferir asuntos de la vida privada de los alumnos. Ni las manifestaciones de afecto, ni los asuntos relacionados con la identidad de género, ni los que tienen que ver con la apariencia (entre ellos el vestuario) pueden ser regulados por las instituciones académicas.
Pero el caso de la Cancillería es diferente del de los centros académicos. Y del de los escenarios de empresas privadas judicializadas por actos de discriminación, entre las cuales los bares que le niegan la entrada a algún cliente por su apariencia o vestuario son ejemplo más o menos recurrente.
¿Y por qué puede ser diferente el caso de la Cancillería? Porque hay ciertos trabajos en los cuales el atuendo sí importa. Las razones técnicas e incluso las facilidades de funcionamiento explican que en el área de la salud existan códigos especiales de vestuario. ¿Por qué hay códigos de vestuario en una Cancillería? Por asuntos de pura tradición muy parecidos a aquellos por los cuales en algunos países los más altos dignatarios de la justicia aún utilizan hasta peluca.
¿Y hasta cuándo irá esa tradición? Esa es la pregunta con respuesta pendiente en momentos en los que las nuevas ciudadanías cuestionan con vehemencia y argumentos muchas de las prácticas y costumbres que hasta hace poco nadie se atrevía a poner en duda. Esas mismas ciudadanías ya saben que existe una Constitución Política que en su artículo 16 estipula que “todas las personas tienen derecho al libre desarrollo de su personalidad sin más limitaciones que las que imponen los derechos de los demás y el orden jurídico”.
Lo sabe también la cancillería, cuya cartilla sobre el código de vestimenta arranca con una introducción que podría resultar paradójica al señalar que: “el Ministerio de Relaciones Exteriores tiene como misión desarrollar una política exterior de Estado, coherente e innovadora, basada en la promoción de la democracia y los derechos humanos, orientada a participar de manera proactiva en la escena internacional a través del diálogo abierto y constructivo, para proyectar los intereses y las realidades de Colombia en el mundo”.
Principales lineamientos del código de vestuario de la Cancillería
1. “Código del buen vestir”. Es necesario “propender un modelo de vestimenta formal. Por tanto, todos los funcionarios de la entidad deben promover prácticas alineadas al cumplimiento de los objetivos institucionales, a través de comportamientos que posibiliten la construcción de una imagen profesional y consecuente con la identidad y el contexto laboral”.
2. Como lo enunció el Canciller (Álvaro) Leyva en su discurso de presentación, todos los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores somos ministros y ministras. Por tanto, es importante tener siempre presente que, como funcionarios públicos, somos parte de una imagen institucional acorde a los principios de la cultura, identidad histórica y organizacional del Ministerio. De igual forma, es necesario mantener los lineamientos y protocolos basados en el fomento de la diplomacia y prácticas formales que permitan el reconocimiento institucional, ante los diferentes escenarios nacionales e internacionales.
3. La vestimenta formal de Negocios es por excelencia la ideal por su formalidad, dado que refleja carácter, personalidad y elegancia al vestir.
4. ¿QUÉ ES FORMAL DE NEGOCIOS? (Hombre). Compuesta por un traje de diseño clásico completo, camisa de manga larga, corbata o corbatín (con chaleco y pañuelo si es de su elección), correa de cuero, zapatos clásicos y calcetines largos.
5. ¿QUÉ ES CASUAL DE NEGOCIOS?¿ (Hombre). Es una forma de vestir cómoda, sin perder la formalidad y mezcla prendas clásicas y formales.
6. ¿QUÉ ES CASUAL DE NEGOCIOS? (Hombre). Esta propuesta se encuentra conformada por una combinación de chaqueta y pantalón diferente o de traje completo, sin corbata; también puede ser pantalón de dril (negro o azul oscuro), preferiblemente usarlo con blazer. Solo podrás utilizar este look, cuando no se lleven a cabo ceremonias, actos oficiales y eventos diplomáticos de alto nivel o cuando se realice alguna actividad que requiera un código de vestimenta formal y elegante.
7. Tipo de zapatos para HOMBRE: (Formal de negocios). Oxford, Botines, Náuticos y Mocasines.
8. Look para MUJER (FORMAL DE NEGOCIOS). Está conformado por traje sastre de saco y falda, también puede ser pantalón o vestido completo con medias veladas. Evitar los escotes pronunciados y faldas cortas. Te sugerimos zapatos clásicos, zapatillas cerradas, de tacón o sin tacón, acordes con el vestido.
9. Mujer: Te aconsejamos utilizar un maquillaje discreto y natural, sin tonalidades muy fuertes. También te recomendamos accesorios pequeños, conservar un peinado sencillo, usar en las uñas colores discretos y evitar llevarlas demasiado largas.
10. ¿QUÉ ES CASUAL DE NEGOCIOS? (Mujer). Está conformado por un vestido, falda, pantalón, dril oscuro y leggins (gruesos), acompañados por una camisa de manga corta, larga o tres cuartos con diferentes tipos de cuello. Es posible llevar suéter o saco, de cuello tortuga/redondo y un blazer o abrigo.
11. Mujer: No usar jeans ni pantalones rotos, con apliques, desteñidos o descaderados. Te aconsejamos utilizar un maquillaje discreto y natural, sin tonalidades muy fuertes. También te recomendamos accesorios pequeños, conservar un peinado sencillo, usar en las uñas colores discretos y evitar llevarlas demasiado largas.
12. Tipo de zapatos para MUJER: Formal de negocios y casual de negocios: zapato de tacón, botines/ botas, Oxford y mocasines.
13. ¿PUEDO USAR TENIS? El Ministerio de Relaciones Exteriores promueve los intereses nacionales en el exterior, es nuestro deber proyectar una imagen seria, profesional y acorde con la misión, visión y los objetivos institucionales, por esta razón la presentación personal no puede estar acompañada de ropa informal (como los tenis) en las instalaciones del Ministerio.
14. INFALTABLES del hombre en tu closet: camisas manga larga de diferentes colores para usar con corbata. Trajes en colores clásicos: Negro, azul, gris y marrón. Zapatos en color café y negro. Corbatas que combinen con las prendas. Accesorios: Un reloj (si es de su preferencia), pisa corbatas, mancornas (si la camisa lo requiere) o pines alusivos al ministerio o de símbolos patrios.
15. INFALTABLES: de la mujer en tu closet: pantalones en colores clásicos. Faldas clásicas en cortes rectos, en silueta A, tubo o lápiz (no muy cortas). Blusas estampadas y lisas que puedan combinarse con pantalones y faldas. Zapatos cerrados en colores negro, café y piel. Vestidos de cortes clásicos, no muy ajustados, cortos o escotados. Sacos tipo cárdigan, para usar con pantalones, faldas o vestidos. Accesorios: Pulseras, anillos y collares (discretos).