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Un sentimiento de miedo fue decisivo para la elección de Óscar Iván Zuluaga como candidato presidencial del Centro Democrático en noviembre pasado. A diferencia de María Fernanda Cabal, en las huestes uribistas (especialmente en la bancada parlamentaria), el exministro era visto como una figura más moderada y conciliadora, lo que se traducía en un cupo asegurado en una necesaria coalición con otros representantes de la derecha. Sin embargo, cuando restan dos meses para las consultas interpartidistas, ese temor se hace de nuevo latente y crece la incertidumbre por el rumbo del partido: si debe insistir en la alianza o jugársela de lleno por un camino en solitario.
Análisis: Unir a la derecha, el desafío inmediato de Óscar Iván Zuluaga
El portazo lo dio el propio Zuluaga al decir no -eso sí, por ahora- al Equipo por Colombia, conformado por Federico Gutiérrez, Enrique Peñalosa, Álex Char, Dilian Francisca Toro (Partido de la U), David Barguil (Partido Conservador) y Aydée Lizarazo (Partido MIRA). El exministro reclamó la indecisión de la alianza para resolver su entrada y alegó que hubo descalificaciones al Centro Democrático, a su candidatura y hasta a Álvaro Uribe.
La decisión de Zuluaga no sorprendió a nadie, pues los diálogos no pasaron de tratativas y los bandos estaban decantados: mientras que Barguil, Lizarazo y Fico Gutiérrez veían con buenos ojos la llegada del uribismo, Toro y Char eran incisivos al advertir que Zuluaga traería consigo polarización. De hecho, el usualmente silencioso y discreto exalcalde de Barranquilla concedió una entrevista a El Tiempo, en la que expresaba su desacuerdo, señalando que era un grupo “que solo quiere tener gente que haga cosas, pero que no polarice más”.
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Aunque el pronunciamiento del candidato uribista es una muestra de los hervores de la campaña, no implica necesariamente una ruptura definitiva entre el Centro Democrático y el Equipo por Colombia. Justamente, en su declaración Zuluaga hace un guiño que deja la puerta entreabierta: “Reafirmo mi vocación de siempre: trabajar en la búsqueda de un amplio consenso que defienda a Colombia del populismo de izquierda”.
Dentro de la bancada hay quienes reconocen la necesidad de buscar esa alianza, eso sí, con un Zuluaga mucho más fortalecido y que se mida de tú a tú después de las consultas y las parlamentarias. “Genial la decisión. Desde el primer momento debió ser solo el candidato de sus electores. La coalición se puede aplazar, puede ser más adelante. Él tocó esa puerta sin asegurarse que le fueran a abrir o no le cumplieron, pero se terminó exponiendo innecesariamente cuando aquí tiene un partido”, dijo la senadora María Fernanda Cabal a este diario.
Incluso, la congresista llegó a decir que la sartén por el mango la tiene el Centro Democrático, pues no habría tantas afinidades con la coalición: “¿Qué coincidencia tenemos con la mermelada de (Juan Carlos) Echeverry cuando fue ministro de Juan Manuel Santos? ¿O con Dilian, que usufructuó a costa de Uribe? Aquí los que más probabilidad tienen de ganar son los que tienen partido. Es que ni Fico se ha destacado en la opinión pública”.
En ese descontento, que muestran las fisuras que en todo caso sí quedan abiertas, está de acuerdo otro parlamentario, que pidió no ser nombrado, manifestando que en el Equipo por Colombia hubo quienes, de una u otra manera, se beneficiaron de las administraciones de Álvaro Uribe. “Dilian fue de las mejor tratadas y beneficiadas, igual que los Char. ¡Cuántas obras en Barranquilla no se levantaron en los gobiernos de Uribe y hasta de Duque!”.
El parlamentario se declaró confiando además en que la solidez de la bancada, los apoyos con los que cuenta el partido y el contar con el mayor elector de las últimas dos décadas –Álvaro Uribe–, son factores suficientes para llegar hasta a medírsele a una carrera en solitario: “Somos un partido acostumbrado a desarrollar resiliencia. nos toca ir solos y hacer un mayor esfuerzo, pero tenemos confianza, estamos todos rodeados alrededor de Zuluaga”. Una postura similar asumió la senadora Paloma Valencia, quien sostuvo que “es el momento de que el uribismo se ponga en pie y salgamos a recorrer este país con el ánimo de devolverles a los colombianos la fe en el mañana. Tenemos que ser más uribistas que nunca”.
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Incluso, el senador Ernesto Macías sorprendió con una controversial propuesta que, en la práctica, supondría romper y dividir al Equipo por Colombia: que Zuluaga plantee una alianza solo con Barguil, Lizarazo, Peñalosa, Fico o el también precandidato John Milton Rodríguez, de los cristianos. “Solos no. La democracia y el país están amenazados. Le sugiero a Zuluaga buscar una alianza con quienes han expresado voluntad. La unidad no significa estar de acuerdo en todo”.
Solos no. La democracia y el país están amenazados. Le sugiero a @OIZuluaga buscar una alianza con quienes han expresado voluntad:@davidbarguil@aydeelizarazoc@JohnMiltonR_@EnriquePenalosa@FicoGutierrez
— Ernesto Macías Tovar 🇨🇴 (@ernestomaciast) January 17, 2022
entre otros.
La unidad no significa estar de acuerdo en todo.
Y es que -guste o no, y aunque hoy su caudal parezca mermado-, no se puede subestimar la capacidad de Uribe cuando de poner votos se trata. El expresidente, aun con un proceso judicial a cuestas y sin figurar en la lista al Congreso, sigue siendo un jugador decisivo que podría llegar a inclinar la balanza. De allí que al Equipo por Colombia tampoco le sirva rivalizar con el uribismo e, incluso, someterse a un divorcio que no le convendría a ninguna de las dos orillas.
“No deja de ser un duro golpe para el Equipo por Colombia no contar con el apoyo del expresidente Uribe. Por más debilitado que esté el Centro Democrático, no deja de ser una de las fuerzas políticas más importantes del país. Las alianzas van a ser fundamentales en estas elecciones y ningún candidato va a poder llegar solo. Seguramente acá más adelante se van a resolver los temas frente a las alianzas y nos darán sorpresas sobre los respaldos”, explica la analista Laura Herrera, consultora en comunicación política.
En ello coincide Álvaro Duque, doctor en ciencia política y profesor de comunicación y sociedad del Politécnico Grancolombiano, quien asegura que aún es prematuro determinar si Zuluaga tiene la fuerza suficiente para llegar en solitario a la Presidencia. Para el analista, todo terminará dependiendo del resultado de las elecciones legislativas y qué tan fuertes, a nivel parlamentario, queden el uribismo y los sectores que conforman al Equipo por Colombia.
“El Equipo por Colombia se va a presentar con líderes regionales, que tienen un caudal electoral manifiesto en las ciudades de donde vienen, pero no tienen proyección nacional ni parlamentaria. Todo lo contrario sucede con el uribismo, que tendrá proyección parlamentaria (menor de la que tuvo en 2018), pero que no tiene líderes que se apersonen de la representación nacional. Hay que esperar a las parlamentarias, porque es un hecho que los que no han tenido suficiente fuerza en esas legislativas han tenido que enfrentar una disminución de su caudal en la primera vuelta. Pasa exactamente de manera inversa”, indicó.
Como salta a la vista, el uribismo y el Equipo por Colombia, por más diferencias y desencuentros que parezcan tener, terminan siendo complementarios. De allí que una ruptura definitiva solo termine favoreciendo a sus contradictores. Y en momentos en los que se rumora que Uribe va con Federico Gutiérrez como su “gallo tapado”, el desafío de Zuluaga será aglutinar los suficientes apoyos y llegar fortalecido a marzo, confiando además que su bancada logre buenos resultados. Los miembros del Equipo por Colombia también deberán esperar hasta marzo y ver qué tanta gente convoca a su consulta. El resultado de ambos procesos definirá la suerte de la derecha en el escenario presidencial 2022.
JAVIER GONZÁLEZ PENAGOS
TWITTER: @Currinche