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“Soy consciente de mis limitaciones y de mis capacidades”: ministro Daniel Rojas

Entrevista con el nuevo ministro de Educación cuya designación ha levantado controversia debido a que, presuntamente, el hoy expresidente de la SAE no conoce el sector, responde a las objeciones que han hecho políticos y medios sobre su nombramiento, y sobre el lenguaje de fuerte tono que ha empleado en sus redes. Explica, también, por qué cree que el jefe de Estado lo eligió para ese complicado cargo.

Cecilia Orozco Tascón
14 de julio de 2024 - 01:00 p. m.
“Durante mi vida de funcionario público, nadie puede decir que yo lo haya ofendido. Pueden tener la seguridad de que tampoco lo haré como ministro”, dice Daniel Rojas, ministro de Educación.
“Durante mi vida de funcionario público, nadie puede decir que yo lo haya ofendido. Pueden tener la seguridad de que tampoco lo haré como ministro”, dice Daniel Rojas, ministro de Educación.
Foto: Óscar Pérez
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Su nombramiento como ministro de Educación despertó una fuerte polémica entre exministros y personajes vinculados al sector, además de diversos medios de comunicación ¿Esperaba un debate tan intenso o lo sorprendió?

El sector educación es mucho que dos personas – Alejandro Gaviria y Sergio Fajardo - que se atribuyen ser los grandes expertos en temas educativos. La comunidad estudiantil, con la que tengo una muy buena relación, hace parte del sector educación; los profesores, la universidad Nacional y su rector también integran el sector, así como los otros centros universitarios. Hay cordialidad y una relación armónica con rectores de universidades públicas con los que me he comunicado debido a que, por mi trabajo en la Sociedad de Activos Especiales (SAE), les estamos entregando predios para ampliar sus espacios. Entonces, el campo educativo es más amplio que el lugar que ocupan unas personas a las que respeto, por supuesto. Pero con ellas tenemos diferencias ideológicas que son notorias en la controversia que se ha suscitado debido a que el Gobierno tiene otra noción de lo que debe ser la educación en Colombia.

Entonces ¿no lo sorprendieron las críticas?

Claro que sí me sorprendieron porque esperaba que pudiéramos tener unos debates mucho más concretos. Pero debo decir que, en lo personal, las críticas y los críticos me enaltecen porque desde cuando inicié mi carrera, muy joven, he controvertido la ideología que mis detractores representan, como acabo de decir.

Pero, ¿cuáles debates hubieran podido desarrollarse entre usted, Fajardo, Gaviria y otros expertos? Por el tono que todos han utilizado, pareciera que se incrementará una confrontación verbal de malas formas y sin mucho fondo.

En cuanto a mí, siempre será bienvenido el debate cuando sea constructivo y redunde en la generación de ideas o en la concreción de políticas públicas.

¿A cuál “otra noción de lo que debe ser la educación” se refiere?

El presidente cree, y yo también, que la educación es un derecho fundamental de todos los ciudadanos, especialmente de la ciudadanía juvenil para que esta pueda adquirir la capacidad de desarrollar proyectos de vida con base en sus vocaciones y en su propia felicidad. Y creemos que el Estado tiene una responsabilidad enorme en garantizar ese derecho de tal modo que su tarea no es la de ser un simple vigilante ni la de oficiar como garante de cesión de rentas, una medida excluyente con los jóvenes marginados de los territorios o con quienes no viven en las grandes ciudades. Eso hay que corregirlo.

¿Puede, entonces, explicar las diferencias entre la concepción de educación que el Gobierno quiere aplicar, y la que se opone ideológicamente a la de ustedes, de acuerdo con su criterio?

Las diferencias ideológicas se relacionan con la noción sobre la intervención del mercado en la provisión de derechos: nuestros contradictores parten de la base de que el mercado es proveedor eficiente de derechos incluyendo el de educación al que, según esa concepción, acceden los más competitivos. De ese criterio, por ejemplo, nace el programa Ser Pilo Paga. Esas exclusiones se naturalizan, ideológicamente, adjudicándole bondades inexistentes al mercado. En cambio, nosotros defendemos la posición de que, aun cuando el mercado participe, el Estado es el garante fundamental del disfrute del derecho. En resumen, nosotros creemos que el Estado debe asumir un rol preponderante para garantizar los derechos. Y, en una sola frase, que el derecho a la educación no puede tratarse como si fuera mercancía.

El exministro Alejandro Gaviria ha dicho que usted no tiene trayectoria en investigación ni preparación en el campo educativo ¿Cuáles son sus habilidades profesionales para ejercer ese específico ministerio?

Soy consciente tanto de mis limitaciones como de mis capacidades. También sé que estamos en un Gobierno en que, por primera vez, una persona que tiene una historia de vida ligada a la lucha estudiantil, es designada para ocupar el cargo de ministro de Educación lo cual genera todo tipo de suspicacias. Pero confío en mis habilidades y en las de nuestro buen equipo. Así lo demostramos en un año y 8 meses de gestión en la Sociedad de Activos Especiales cuando pudimos trabajar con compromiso y, sobre todo, con honestidad y honradez en las tareas que desarrollamos lo cual determinó que la entidad se hubiera vinculado a procesos de reforma agraria y de economía popular y que, además, haya logrado el mayor recaudo en toda su historia.

Las críticas han venido no solo de unos profesionales en educación sino también de otras personas ¿Le preocupa que sean tan extendidas?

Realmente, no me preocupa. Luis Carlos Galán fue ministro de Educación con apenas 26 años de edad, y cuando él acababa de graduarse como abogado economista. No tenía ningún tipo de experiencia en el sector. Él nunca fue cuestionado con la furia con que me han criticado a mí. Así que asumo la situación tal y como la asumí cuando me posesioné como presidente de la SAE: con humildad y consciente del reto que asumo.

Entonces, ¿cree que su profesión de economista y su especialidad en políticas públicas, todo lo cual le dio fundamento a su desempeño en la SAE, ¿también lo habilita para enfrentar la problemática de este sector?

Creo que la cabal comprensión política de lo que la educación significa para el desarrollo del programa presidencial, es lo que quizás el jefe de Estado vio en mí para darme esta responsabilidad. Los objetivos que me ha indicado el presidente Petro son claros y los hizo parcialmente públicos en un trino. En resumen, son: la ampliación de la educación pública superior gratuita; la expansión de las clases de historia, arte, deportes y programación de sistemas en los colegios del país contando, desde ya, con el sustancial incremento del Sistema General de Participaciones (SGP); y, como tercera tarea, el desarrollo de una educación de calidad para el profesorado. La orden del presidente está consignada en su programa de Gobierno. Si usted lo escucha en sus alocuciones, siempre él ha hablado, en términos programáticos, del derecho a la educación.

Sergio Fajardo fue aún más duro con usted: censuró el tono de sus mensajes en la red social X (trinos) y su uso de palabras de grueso calibre. Usted es muy joven y tal vez por eso utiliza lenguaje desabrochado. Esas dos condiciones: edad y vocabulario vulgar, ¿le impedirán ser un ministro eficaz? ¿Modificará su forma de expresarse que ofende a muchos?

La forma en que me expreso, mi condición vital y, más allá, la esencia de lo que soy como ser humano - una persona de origen popular – no son una talanquera para desarrollarme en el cargo de ministro. Tal vez pueda ser una virtud hablar el lenguaje de la gente joven y entablar una conversación seria, sincera y coherente en el idioma juvenil. Encuentro razones para que el señor Sergio Fajardo no pueda comprenderlo porque nunca se ha interesado en entender las causas populares: fue el candidato presidencial que dejó plantadas a las madres de Soacha cuando estas le pidieron sentarse con ellas; en la pandemia, cuando millones de niños se quedaron por fuera del colegio y un grupo de expertos lideró una campaña para que regresaran a las aulas, Fajardo optó por marginarse de esa actividad, según relató la Silla Vacía. Fajardo también le dio la espalda a la juventud que salió a protestar a las calles después de la debacle económica producida por la pandemia. Retomando su pregunta, en mi vida de funcionario público, nadie puede decir que yo lo haya ofendido. Todos pueden tener la seguridad de que tampoco lo haré como ministro.

¿Quiere decir que cuando usted ha respondido, en las redes, a contradictores del presidente, lo ha hecho como ciudadano y no como funcionario? Esa diferencia no existe en la vida real…

Los trinos que me han criticado fueron publicados por fuera de mi rol de servidor del Estado. Desde cuando asumí funciones públicas entendí que tengo la responsabilidad de comunicarme, en mis redes sociales, de otra manera. Esa seguirá siendo mi conducta. No quiere decir que deje de usar un lenguaje firme en defensa de nuestros principios y programas.

Usted ha sido calificado como petrista del círculo estrecho del presidente ¿Podría, entonces, asegurarse que su nombramiento no es una decisión técnica sino política?

Soy economista heterodoxo. Y, desde muy temprana edad, entendí que lo técnico es político; y que toda decisión tiene un componente técnico así como, también, un componente político. John Kenneth Galbraith así lo sostiene en un texto muy famoso que se llama “El poder y economista útil”. Por tanto, no me dejo llevar a esa falsa dicotomía. Lo que sí creo, es que tenemos que ser tecnócratas que transformen el modelo neoliberal que fracasó. Así que soy un economista heterodoxo, progresista, demócrata, republicano y algo que ha molestado mucho: plebeyo, qué creo es lo que más incomoda.

¿Por qué lo dice? ¿Cree que las críticas en su contra tienen connotación clasista?

He leído varias criticas y encuentro que unas son válidas. Con toda humildad entiendo que existan preocupaciones sobe una cartera tan sensible como la de Educación. Pero en su gran mayoría, las objeciones más furibundas en mi contra, tienen un claro tinte de discriminación social que revela que lo que más les molesta, es mi origen y clase.

Ante un trino de una periodista en que, refiriéndose a usted, ella aseguró que “ese ministro parece sacado de un casting de Rodrigo D, no futuro (película sobre un joven pobre y abandonado de Medellín)”, Petro lo respaldó cuando respondió que una persona “salida de las comunas populares puede no solo ser ministro sino presidente” ¿Lo afecta, emocionalmente, la discusión pública sobre usted y sus orígenes familiares?

No, de ninguna manera: me halaga en tanto le doy gran importancia y mucha relevancia a la lealtad sobre mi origen. Tengo como frase máxima de vida, una que pronunció Gabriel García Márquez cuando sintió la persecución de unos medios de comunicación y del gobierno Turbay que quería ponerlo preso. Él dijo: “de esa lealtad a mi origen se deriva todo lo demás: mi condición humana, mi suerte literaria y mi honradez política”. No me avergüenzan mis orígenes y cada vez que recuerdo cuáles son - aunque les disguste a los amigos de las grandes formas y a los dueños de los círculos de la palabra -, ratifico mi lealtad con él. Lo peor que me podría pasar, es que traicionara a mi gente, la gente de la que vengo.

Para claridad de quienes desconocen la información, permítame preguntarle ¿cuáles son sus orígenes, el lugar en que nació y cuál el entorno en que creció?

Nací en un barrio popular de Bogotá. Mi padre jamás pudo tener un empleo formal: vivía del rebusque mientras mi madre se ocupaba de las labores del hogar. Vi, como en la película de Víctor Gaviria, Rodrigo D, no futuro, la frustración de varios de mis amigos de infancia por no poder lograr sus anhelos de vida. A propósito, conozco al director de cine Gaviria. Hemos trabajado concientizando a la gente sobre la necesidad de un cambio. La alusión clasista que hizo la periodista a la que usted se refiere, ironizando sobre mis orígenes, en lugar de ofenderme, me motiva para hacer mejor mi trabajo.

¿Desde cuándo y cómo conoció a Gustavo Petro?

Llegué a la política de la mano del actual Presidente de la República, como voluntario en su campaña de 2010. Después de esa derrota, él convocó a personas muy cercanas cuando preparaba su retiro del partido Polo Democrático Alternativo. Entre esas personas había un amigo que me llevó con ese grupo. Empecé a participar y poco a poco, se hicieron reuniones que desembocaron en la creación del movimiento Progesistas con el cual, el presidente Petro fue candidato a la alcaldía de Bogotá y, su alcalde. De ahí en adelante, he estado con él en todas sus campañas hasta la más reciente en la que me asignó el rol de coordinador de su programa presidencial.

Como se sabe, el proyecto de ley estatutaria de la educación con que el Gobierno pretendía reformar aspectos esenciales del sistema, se cayó, a última hora, en el Congreso ¿Conoce usted ese proyecto y volverá a presentarlo con o sin modificaciones respecto del original?

Debo señalar es que el proyecto de Ley Estatutaria de la Educación es una deuda y un mandato que tenemos como Estado: en 1994, la Ley 115 estableció que “el desarrollo del derecho a la educación se regirá por ley especial de carácter estatutario”. Además, es un deber que tenemos como Gobierno a fin de atender el orden constitucional, varias sentencias de las cortes y acuerdos de orden internacional sobre el derecho educativo. Esta administración, en cabeza de la ministra Aurora Vergara, inició un proceso para construir la norma que tuvo trámite reciente en el Congreso con aprobación en Cámara y hundimiento en Senado, ya conocido. El proyecto deja lecciones muy importantes pues consultó diversos sectores que permitieron sumar propuestas para que el sistema garantice el acceso, la permanencia y la calidad de la educación en todos los niveles. Se trata de una deuda del país con sus poblaciones, especialmente las excluidas de este derecho. La estrategia legislativa es algo que espero hablar con el presidente para recibir sus instrucciones.

Las protestas de los maestros de Fecode, se debió, según ellos, a un presunto o real contrasentido en el texto final de ese proyecto: en lugar de fortalecerse la educación pública que era el objetivo inicial del Ejecutivo, se favorecía la educación privada, privilegiada por la oposición ¿Cómo pretende manejar estos desacuerdos?

Como dije, el presidente dio la instrucción de profundizar la concreción del programa presidencial que ganó en las urnas. Y ese programa presidencial prioriza la educación pública. Espero tener una conversación muy productiva con FECODE, pero también con los parlamentarios, con los que podemos llegar a muy buenos acuerdos, si asumimos que la educación puede ser un gran articulador político, eso sí, sobre la base de que la prioridad es la educación pública, precisamente para corregir los errores de entenderla como una mercancía.

“La exministra Vergara es una excelente profesional”

La ministra saliente, Aurora Vergara, tiene una gran reputación ¿Por qué la excluyó el presidente del gabinete?

En mi criterio, Aurora Vergara es una excelente profesional. La conocí cuando hicimos parte del grupo de empalme con la administración anterior. Lideramos ese proceso y por eso doy fe de su rigurosidad y dominio del sector. Creo que la decisión del presidente Petro – de relevarla - tiene que ver con su intención de acelerar los programas de Gobierno, no solo en esta cartera sino en todas. Y a mi juicio, no cuestiona, de ninguna manera, las calidades de Aurora.

Usted calificó la Procuraduría, alguna vez, como “policía política” debido a la facultad que tiene de suspender o destituir a los servidores públicos. Usted ha estado en la mira de ese órgano ¿Cómo va a manejar esa situación?

La Procuraduría, en efecto, ha sido utilizada como policía política. El caso más visible fue la destitución del entonces alcalde Gustavo Petro por decisión del exprocurador Ordóñez. Eso suscitó un fallo internacional que le devolvió los derechos políticos al alcalde. Pero siempre me cuido de decir que las instituciones del Estado de derecho deben respetarse para garantizar la democracia, sin vulnerar los derechos de la ciudadanía que eligió un cambio.

“Este Gobierno es garante de la autonomía universitaria”

Su antecesora tuvo muchos disgustos en su relación con el consejo directivo de la Universidad Nacional ¿De qué manera manejará los conflictos actuales y cuáles garantías tendrá la autonomía universitaria con este Gobierno?

Así como hemos sido defensores de la democracia, lo somos de la autonomía universitaria. En términos de relacionamiento con los consejos superiores, voy a velar porque prime tanto la democracia como la autonomía universitaria, ante todo, para que las comunidades estudiantiles sientan que esas instancias se alejan de prácticas amañadas y empiezan a funcionar en el marco del espíritu de la norma, es decir, que las decisiones en las universidades públicas, sean tomadas en beneficio de todos sus miembros, en su conjunto, y no solo de un grupo.

¿Cree que los consejos directivos de las universidades públicas se han politizado convirtiéndose en extensiones de los gobiernos de turno, y de sus ministros y presidentes?

Siendo este Gobierno garante de la autonomía universitaria, hay que entender los campos de aplicación del principio: que se ejerza en los consejos superiores pero que también se aplique en materia académica y presupuestal, y garantice los derechos de la comunidad universitaria en su totalidad.

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Usuario(88872)16 de julio de 2024 - 04:41 p. m.
Gracias a Cecilia, de nuevo, por esta entrevista. Y a Daniel Rojas mis felicitaciones no tan solo por el nombramiento del cargo sino por su honestidad y entereza. Y cada vez se demuestra lo fariseos que son Alejandro Gaviria y Sergio Fajardo aliados de la putrida casta política derechista de Colombia...
CARLOS(lcggj)15 de julio de 2024 - 01:44 p. m.
Ánimo, ministro DANIEL ROJAS, aproveche la oportunidad en el ministerio para hacer una excelente gestión. Entréguese de lleno a sus responsabilidades y, procure mostrar resultados tangibles y positivos en los próximos meses.
Hugo(14000)14 de julio de 2024 - 11:35 p. m.
No resulto muy afortunada la entrevista.Más bien dio oportunidad para que el nuevo ministro entretenga con su palabrería repitiendo partes del discurso presidencial y ofrecer su propia versión,con muy poca controversia.La prestigiosa periodista colaboró con preguntas sugestivas:"pareciera que se incrementará una confrontación verbal de malas formas y sin mucho fondo" (de los mencionados Gaviria y Fajardo) o "¿Cree que las críticas en su contra tienen connotación clasista?"-Etc.
Leonor(45081)14 de julio de 2024 - 11:03 p. m.
Se expresa con conocimiento del programa de gobierno, llego a @activosSAE sin experiencia y la catapultó con su administración, sin duda será uno de los mejores ministros, el compromiso con el pueblo le viene de nacimiento y no lo perdió al llegar al poder, éxitos en su labor en @MinEducacion
JAIR(14748)14 de julio de 2024 - 08:43 p. m.
"Pero siempre me cuido de decir que las instituciones del Estado de derecho deben respetarse para garantizar la democracia, sin vulnerar los derechos de la ciudadanía que eligió un cambio." ¿DE DECIR..? NO DE PENSAR
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