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A veces llegan cartas. La más reciente se la escribió Timoleón Jiménez, presidente de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc), al presidente Juan Manuel Santos.
En la misiva, el jefe del nuevo partido político le pide al jefe de Estado "que se cumpla lo prometido y firmado" en el Acuerdo Final de La Habana.
Según Timochenko, a los excombatientes que permanecen en los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación, se les notifició que "quedarán sin alimentos ni servicios elementales". Denuncia además que "el acceso a la salud de los nuestros (integrantes de las Farc) pasa por las más increíbles dificultades. Nuestra gente sigue privada de su libertad, muere enferma en prisión o se agrava ante la indolencia estatal".
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El jefe de la Farc señaló que miles de milicianos, militantes políticos, seguidores y comunidades "que creyeron de buena fe en la seriedad del Estado colombiano, reclaman de esta dirección una posición enérgica. La disciplina militar de la guerra siempre fue prenda de subordinación. Desaparecida esta sólo nos queda la persuasión y el convencimiento. Para ello hacen falta hechos, Presidente Santos".
Jiménez considera que el Congreso y el Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, ponen palos en la rueda para evitar que se implemente lo acordado,
"El Congreso de la República se enreda en la expedición de las normas sobre participación política y jurisdicción especial de paz, mientras que el señor Fiscal General de la Nación dirige una campaña de difamación contra las Farc, e ignora sospechosamente los más de quince mil expedientes que por paramilitarismo se apiñan en su dependencia. Los humores a descomposición que brotaron con el escándalo del zar anticorrupción del doctor Martínez dejan mucho que pensar".
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El líder de la antigua guerrilla se refiere al texto escrito por Henry Acosta Patiño, el hombre que facilitó los primeros contactos entre el gobierno de Santos y las Farc, y quien el pasado fin de semana manifestó estar decepcionado por el desarrollo que tiene el acuerdo de paz y la implementación de lo acordado.
Según Acosta, "la Reincorporación colectiva, social, Economica, permanente y segura de los casi 14.000 insurgentes, quedó solo en que cada uno hága lo que pueda hacer con los $8 millones individuales que les están entregando. No se quiso hacer la Reincorporación Colectiva, disque para no fortalecer el nuevo partido de la insurgencia".
Acosta advierte que "el riesgo de que muchos insurgentes se embandoleren, ante la ninguna alternativa de empleo, de autogestión o autoayuda, es inminente y muy posible".
Además, indica que "la Unidad Nacional Investigativa , de esa JEP, ya está en manos de la Fiscalía General, quien se ha convertido en la punta de lanza contra el Acuerdo Final".
Al respecto, Timochenko dice que "es evidente el tono patético y pesimista que lo inspira. Nos diferenciamos de él en que somos revolucionarios, no nos echaremos a llorar ante la leche derramada. Lucharemos sin tregua por el cumplimiento de la palabra oficial. Es lo justo".
Sobre lo dicho por el empresario, Jiménez señala: "Optimista el señor facilitador cuando afirma que el gobierno nacional promueve la reincorporación individual, entregando 8 millones a cada ex combatiente. No hay ni un solo combatiente en esas condiciones, y menos un solo proyecto colectivo aprobado. Se niega la adjudicación elemental de tierras para que puedan adelantarse en ellas los proyectos productivos, y se afirma que sólo se aprobarán un promedio de mil proyectos individuales por año".
Para garantizar la implementación pronta de lo firmado y se haga realidad el deseo de la paz, Timochenko pide los oficios de "Naciones Unidas, Unión Europea, CELAC, UNASUR, El Vaticano, países garantes y acompañantes del proceso a actuar porque la gran obra de la paz se mantenga a flote".
Y finaliza. "Los colombianos no podemos permanecer impasibles ante esta grave coyuntura. Las generaciones que no hemos conocido un día de paz estamos obligadas a dejar a nuestros hijos un país sin terror ni guerras, una verdadera patria. Una minoría enriquecida con los réditos de la muerte y el miedo intenta hacer imposible la reconciliación, todos y todas debemos cerrarle el paso. Que se cumpla lo prometido y firmado, Presidente Santos. Es el tiempo de la paz, el orbe entero lo proclama".