Tras rechazo de partidos a la reforma tributaria, Gobierno y Centro Democrático buscan consensos
El presidente Iván Duque espera que el Congreso construya acuerdos frente al proyecto radicado. Mientras, el uribismo presentó un texto sustitutivo al que promueve el Gobierno de su colectividad. Se decantan los apoyos frente a una iniciativa impopular en un escenario preelectoral.
Se enreda la pita para discutir la reforma tributaria. La semana pasada el Ministerio de Hacienda, en cabeza de Alberto Carrasquilla, radicó en el Congreso la propuesta con que el Gobierno espera recaudar 23,4 billones de pesos, bajo el nombre de “proyecto de solidaridad sostenible”. Luego de una ola de especulaciones previas a que el país conociera la iniciativa, el legislativo solo necesitó esta primera semana para rechazar la propuesta económica del presidente Iván Duque. Los partidos de oposición (como la Alianza Verde, Comunes, el Polo, Mais, Colombia Humana), le dieron un portazo porque calificaron de regresiva la reforma. Para sorpresa de algunos, en esa misma línea argumentativa salieron otros partidos, cercanos al Ejecutivo: Cambio Radical, el Partido Liberal y Colombia Justa-Libres anunciaron que no votarán afirmativamente el proyecto, mientras la U propuso una “contrarreforma que no traiga consigo cargas injustas a los colombianos”, comunicaron.
(Lea: Otra jornada de paro: radiografía del descontento y abrebocas de elecciones)
Hasta ahí, el panorama de la reforma de Duque era bastante negro por una simple razón: sin las bancadas de Cambio Radical y el Partido Liberal, el proyecto tributario se hundiría en el Congreso. A esto se le suma un nuevo elemento: el quite que le hace el Centro Democrático a la reforma. Este fin de semana, el uribismo, a través de un comunicado y de la voz del expresidente Álvaro Uribe, expresó que promoverán un “texto sustitutivo” de 12 billones de recaudo, un monto mucho menor al estimado por Carrasquilla. “El Centro Democrático quiere ayudar al gobierno del presidente Duque a encontrar un consenso con los diferentes partidos”, explicó Uribe a través de Twitter. En el documento, la colectividad de derecha expuso siete vías que el Ejecutivo puede tomar para reunir los recursos que necesita para llenar el hueco fiscal, que se ha incrementado por cuenta de la pandemia, y mantener los programas sociales para rodear a las clases socioeconómicas más vulnerables.
“Proponemos un proyecto que no mueve el IVA, no cobra los servicios públicos, tampoco a más pensiones que ya pagan, no pone carga a los reducidos salarios de los ciudadanos de ingresos medios, no afecta a los alimentos”, manifestó Uribe. Entre los apartados concretos, su partido considera posible austeridad del gasto y reforma administrativa con ahorros de 1 billón durante los primeros 2 años y permanente de 15 billones, mantener impuesto al patrimonio de 1 % a los superiores a 5.000 millones, como se encuentra vigente, por tres años adicionales, congelar la tarifa de renta a las empresas en 33 % por tres años, luego de los cuales, será de 30 %, entre otros.
(Lea también: “Para fortuna mía, Duque lo está haciendo muy mal”: La Candidata)
Así, aunque el uribismo no está rechazando de forma contundente la reforma tributaria, tampoco acompaña frontalmente al Gobierno del que hace parte. Además de esta nueva postura, son también conocidas las voces más independientes del Centro Democrático, como la del representante Gabriel Santos, que desde que se empezó a hablar de la reforma, estuvieron en contra de las medidas que contiene el proyecto. “Dos meses y medio rogando al Gobierno por una propuesta seria de recortes agresivos del Estado que le de legitimidad frente a los colombianos y la necesidad de más impuestos. Con la reforma radicada, paro el 28 de abril, las mayorías en contra siguen en silencio. Parecen empeñados en hundirla”, criticó Santos, el pasado 24 de este mes.
Ante este remolino que envuelve la reforma tributaria, el jefe de Estado salió a expresar el sentir del Gobierno. En una entrevista con El Tiempo, Duque insistió en que el recuado tributario es inevitable y que por ello, el legislativo debe “obrar con grandeza”. “Esta no es una decisión caprichosa ni impulsiva. Para Colombia es urgente mantener la protección a los más vulnerables y estabilizar las finanzas públicas. No hacerlo en este momento puede crear una bomba de tiempo que afecte la confianza de inversión en el país y golpee a toda la nación. Una pérdida de confianza se traduce en un aumento del costo de la deuda para el Gobierno y las empresas, devaluación y aumento del costo de vida para todos. Es momento de obrar con grandeza y sentido de urgencia”, afirmó este domingo en ese diario.
(Conozca: Colombia Justa-Libres también se opone a reforma tributaria del Gobierno)
En ese sentido, y a pesar de la crítica y negativa de las colectividades, Duque puso sobre ellas la responsabilidad de sacar adelante un proyecto tributario. Ante la petición de que el Gobierno retire el documento y construya uno “más acorde” a las necesidades de los colombianos (como han señalado varios parlamentarios), respondió que son los partidos los que, “como lo han hecho siempre”, “lleguen con sus propuestas al Congreso y que todos juntos construyamos una reforma que proteja a los más vulnerables y estabilice las finanzas de la nación. Que es en el Congreso y en la elaboración de las ponencias como se va construyendo el consenso”, fue su mensaje.
A la par, sobre las voces disidentes de su partido, a la que ahora se le suma la del expresidente Uribe (cosa que refleja, una vez más, el distanciamiento que algunos sectores han tomado con respecto a las decisiones presidenciales), el primer mandatario reiteró que esas posturas nutren la construcción de la reforma tributaria en el Congreso: “Primero que todo, siempre he tenido un gran aprecio, respeto y amistad por el expresidente Uribe. Sus comentarios y opiniones siempre son patrióticas y buscan ser propositivas para el bien del país. En el partido hay muchas voces y propuestas y con esas opiniones se puede construir”, afirmó.
No obstante, para algunos, la tensión entre el Gobierno y su partido, acentuada en esta reforma tributaria, ha sido considerada como una estrategia. La Silla Vacía contó que tres ex servidores públicos, que trabajaron en el Gobierno, confirmaron “que los mensajes económicos no se coordinan entre los ministerios que manejan estos temas. Salvo lo que se publica en redes sociales, o que haya un evento conjunto no hay una articulación en el mensaje”, evidenció el medio.
A parte de dicha tesis, lo cierto es que el texto del Ejecutivo, ahora en manos del Congreso, está enfrentado a la negativa de los partidos políticos y cómo este rechazo impactará en lo que se tramite y quede, finalmente, consignado en la reforma. Esto, en medio de la indisposición ciudadana frente a un posible aumento de carga tributaria y al paro nacional del 28 de abril que será la cara de la inconformidad que genera la propuesta tributaria.
(Le puede interesar: Las afugias del Gobierno con la reforma tributaria)
Se enreda la pita para discutir la reforma tributaria. La semana pasada el Ministerio de Hacienda, en cabeza de Alberto Carrasquilla, radicó en el Congreso la propuesta con que el Gobierno espera recaudar 23,4 billones de pesos, bajo el nombre de “proyecto de solidaridad sostenible”. Luego de una ola de especulaciones previas a que el país conociera la iniciativa, el legislativo solo necesitó esta primera semana para rechazar la propuesta económica del presidente Iván Duque. Los partidos de oposición (como la Alianza Verde, Comunes, el Polo, Mais, Colombia Humana), le dieron un portazo porque calificaron de regresiva la reforma. Para sorpresa de algunos, en esa misma línea argumentativa salieron otros partidos, cercanos al Ejecutivo: Cambio Radical, el Partido Liberal y Colombia Justa-Libres anunciaron que no votarán afirmativamente el proyecto, mientras la U propuso una “contrarreforma que no traiga consigo cargas injustas a los colombianos”, comunicaron.
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Hasta ahí, el panorama de la reforma de Duque era bastante negro por una simple razón: sin las bancadas de Cambio Radical y el Partido Liberal, el proyecto tributario se hundiría en el Congreso. A esto se le suma un nuevo elemento: el quite que le hace el Centro Democrático a la reforma. Este fin de semana, el uribismo, a través de un comunicado y de la voz del expresidente Álvaro Uribe, expresó que promoverán un “texto sustitutivo” de 12 billones de recaudo, un monto mucho menor al estimado por Carrasquilla. “El Centro Democrático quiere ayudar al gobierno del presidente Duque a encontrar un consenso con los diferentes partidos”, explicó Uribe a través de Twitter. En el documento, la colectividad de derecha expuso siete vías que el Ejecutivo puede tomar para reunir los recursos que necesita para llenar el hueco fiscal, que se ha incrementado por cuenta de la pandemia, y mantener los programas sociales para rodear a las clases socioeconómicas más vulnerables.
“Proponemos un proyecto que no mueve el IVA, no cobra los servicios públicos, tampoco a más pensiones que ya pagan, no pone carga a los reducidos salarios de los ciudadanos de ingresos medios, no afecta a los alimentos”, manifestó Uribe. Entre los apartados concretos, su partido considera posible austeridad del gasto y reforma administrativa con ahorros de 1 billón durante los primeros 2 años y permanente de 15 billones, mantener impuesto al patrimonio de 1 % a los superiores a 5.000 millones, como se encuentra vigente, por tres años adicionales, congelar la tarifa de renta a las empresas en 33 % por tres años, luego de los cuales, será de 30 %, entre otros.
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Así, aunque el uribismo no está rechazando de forma contundente la reforma tributaria, tampoco acompaña frontalmente al Gobierno del que hace parte. Además de esta nueva postura, son también conocidas las voces más independientes del Centro Democrático, como la del representante Gabriel Santos, que desde que se empezó a hablar de la reforma, estuvieron en contra de las medidas que contiene el proyecto. “Dos meses y medio rogando al Gobierno por una propuesta seria de recortes agresivos del Estado que le de legitimidad frente a los colombianos y la necesidad de más impuestos. Con la reforma radicada, paro el 28 de abril, las mayorías en contra siguen en silencio. Parecen empeñados en hundirla”, criticó Santos, el pasado 24 de este mes.
Ante este remolino que envuelve la reforma tributaria, el jefe de Estado salió a expresar el sentir del Gobierno. En una entrevista con El Tiempo, Duque insistió en que el recuado tributario es inevitable y que por ello, el legislativo debe “obrar con grandeza”. “Esta no es una decisión caprichosa ni impulsiva. Para Colombia es urgente mantener la protección a los más vulnerables y estabilizar las finanzas públicas. No hacerlo en este momento puede crear una bomba de tiempo que afecte la confianza de inversión en el país y golpee a toda la nación. Una pérdida de confianza se traduce en un aumento del costo de la deuda para el Gobierno y las empresas, devaluación y aumento del costo de vida para todos. Es momento de obrar con grandeza y sentido de urgencia”, afirmó este domingo en ese diario.
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En ese sentido, y a pesar de la crítica y negativa de las colectividades, Duque puso sobre ellas la responsabilidad de sacar adelante un proyecto tributario. Ante la petición de que el Gobierno retire el documento y construya uno “más acorde” a las necesidades de los colombianos (como han señalado varios parlamentarios), respondió que son los partidos los que, “como lo han hecho siempre”, “lleguen con sus propuestas al Congreso y que todos juntos construyamos una reforma que proteja a los más vulnerables y estabilice las finanzas de la nación. Que es en el Congreso y en la elaboración de las ponencias como se va construyendo el consenso”, fue su mensaje.
A la par, sobre las voces disidentes de su partido, a la que ahora se le suma la del expresidente Uribe (cosa que refleja, una vez más, el distanciamiento que algunos sectores han tomado con respecto a las decisiones presidenciales), el primer mandatario reiteró que esas posturas nutren la construcción de la reforma tributaria en el Congreso: “Primero que todo, siempre he tenido un gran aprecio, respeto y amistad por el expresidente Uribe. Sus comentarios y opiniones siempre son patrióticas y buscan ser propositivas para el bien del país. En el partido hay muchas voces y propuestas y con esas opiniones se puede construir”, afirmó.
No obstante, para algunos, la tensión entre el Gobierno y su partido, acentuada en esta reforma tributaria, ha sido considerada como una estrategia. La Silla Vacía contó que tres ex servidores públicos, que trabajaron en el Gobierno, confirmaron “que los mensajes económicos no se coordinan entre los ministerios que manejan estos temas. Salvo lo que se publica en redes sociales, o que haya un evento conjunto no hay una articulación en el mensaje”, evidenció el medio.
A parte de dicha tesis, lo cierto es que el texto del Ejecutivo, ahora en manos del Congreso, está enfrentado a la negativa de los partidos políticos y cómo este rechazo impactará en lo que se tramite y quede, finalmente, consignado en la reforma. Esto, en medio de la indisposición ciudadana frente a un posible aumento de carga tributaria y al paro nacional del 28 de abril que será la cara de la inconformidad que genera la propuesta tributaria.
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