Una oposición en construcción
En el mismo uribismo reconocen dos tendencias frente al gobierno Petro: una de oposición radical y otra que prefiere caminos de conciliación.
Hasta el 7 de septiembre, los partidos y movimientos políticos con asiento en el Congreso tienen plazo para definir su postura frente a la administración de Gustavo Petro. Se pueden declarar de gobierno, independientes o de oposición. Tal y como pintan las cosas, solo el Centro Democrático, con sus 29 legisladores, portará por ahora la bandera de ser la fuerza antagónica al nuevo gobierno. Rodolfo Hernández, quien sobre el papel debería haber sido el líder de esa oposición, ha optado por la independencia, mientras que partidos como Cambio Radical, que ha dicho que mantendrá una postura constructiva apoyando lo que crean conveniente y rechazando lo que crean que puede perjudicar al país, comenzó ya a delinear su camino al anunciar el voto negativo a la reforma tributaria, proyecto bandera de Petro en el arranque de su mandato. Así las cosas, lo que se ve por el momento es una oposición apenas en construcción, sin liderazgos consolidados e incluso inmersa en un pulso interno por definir quién será su jefe, porque ni Álvaro Uribe ni Iván Duque parecen interesados en tomar la posta.
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Hasta el 7 de septiembre, los partidos y movimientos políticos con asiento en el Congreso tienen plazo para definir su postura frente a la administración de Gustavo Petro. Se pueden declarar de gobierno, independientes o de oposición. Tal y como pintan las cosas, solo el Centro Democrático, con sus 29 legisladores, portará por ahora la bandera de ser la fuerza antagónica al nuevo gobierno. Rodolfo Hernández, quien sobre el papel debería haber sido el líder de esa oposición, ha optado por la independencia, mientras que partidos como Cambio Radical, que ha dicho que mantendrá una postura constructiva apoyando lo que crean conveniente y rechazando lo que crean que puede perjudicar al país, comenzó ya a delinear su camino al anunciar el voto negativo a la reforma tributaria, proyecto bandera de Petro en el arranque de su mandato. Así las cosas, lo que se ve por el momento es una oposición apenas en construcción, sin liderazgos consolidados e incluso inmersa en un pulso interno por definir quién será su jefe, porque ni Álvaro Uribe ni Iván Duque parecen interesados en tomar la posta.
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¿Cuestión de tiempo? Es lo que cree Luis Carvajal, economista y analista político: “Si no existe una oposición conformada, ello no significa que hubiesen desaparecido los 10,6 millones de votantes que no lo hicieron por Petro. Quiere decir que no se sienten representados en el escenario político, como se observó con el outsider Rodolfo Hernández, quien muy pronto desencantó. Con el paso de los días, como debe ser en toda democracia, la oposición se expresará, lo que no significa, necesariamente, que se articulará. Estamos en un momento en que el público se encuentra a la expectativa, pero el artista no llega, como le ocurría a Diomedes Díaz. Incluso se comienza a hablar de la creación de un nuevo partido. Pero Petro no debe preocuparse por la inexistencia de la oposición, con el paso de los días le aparecerá. En algún momento, el Centro Democrático debe superar su derrota y lograr un vocero con credibilidad que hoy no tiene. Y ya se escuchan declaraciones del exvicepresidente Vargas Lleras. Es cuestión de tiempo”.
Patricia Muñoz Yi, profesora de Ciencia Política de la Javeriana, destaca tres puntos claves a la hora de analizar a la oposición. Primero, su importancia en el ejercicio de la democracia. “Nada le hace más daño a un gobierno que los unanimismos”, advierte, aludiendo a una oposición, en lo posible, constructiva. Segundo, advierte que tal y como están las cosas, el Centro Democrático parece haberse quedado solo en esa tarea y que es claro que en su interior no hay homogeneidad, pues existen varias tendencias y liderazgos que están buscando construirse y fortalecerse como relevo de lo que fue Álvaro Uribe o que pudo haber sido Iván Duque. Tercero, que las otras fuerzas políticas, incluyendo las que se han mostrado del lado del presidente Petro, así sea por burocracia, no le van a dar en los cuatro años un respaldo permanente a sus propuestas y habrá posiciones diversas, muchas veces contrarias, con liderazgos particulares. “El gran opositor a Petro apenas se está construyendo”, dice la académica.
Que en el Centro Democrático hay diferentes tendencias no es un secreto. El partido dejó de caracterizarse por la disciplina y la defensa del liderazgo único del expresidente Uribe, algo que fue muy evidente de 2014 a 2018, cuando fueron oposición al gobierno Santos. Hoy, por el contrario, hay varios liderazgos y formas de hacer oposición, que no han caído del todo bien entre los mismos miembros de la colectividad. Consultamos a varios congresistas actuales y a líderes del uribismo que estuvieron en el pasado en el Legislativo, que pidieron la reserva de sus nombres, y las visiones son diversas, lo que da cuenta de la heterogeneidad que reina en el partido. Algunos, sin embargo, defienden que esto habla de la búsqueda de consensos, del “pluralismo” y los “diferentes liderazgos” que existen. “En el Centro Democrático hay diferentes tendencias, pero todas coinciden con nuestros pilares”, enfatizó un senador uribista.
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No obstante, hay por lo menos dos espacios que hoy coexisten en el uribismo. “Hay un grupo que quiere hacer oposición extremista y otro anestesiado y muy conciliador”, mencionó una excongresista. Para esta última facción, que considera que no pueden aferrarse al sectarismo, la oposición firme está siendo tanto como un “oponerse por oponerse”, dejando de lado los argumentos. A la larga, señalan, esto podría aislarlos en el Congreso y no les conviene tanto “criticar por criticar”. “Se requiere una oposición más sensata, seria, técnica”, destacó otro senador, a lo que alguien complementó que la “oposición absolutista y que todo lo ve mal” no les hace bien. Hay quienes creen también que la tarea no puede ser “destruir ni acabar porque sí, sino hacer control político, que es el verdadero ejercicio del Congreso”, y uno más criticó que para dejar claras las posturas y convicciones “no se necesita estar gritando, ni ofendiendo a nadie”.
Pero hay parlamentarios uribistas que le bajan el volumen al tema señalando que esto se trata de estilos y que en realidad internamente no hay controversia alguna. “No todos los congresistas tienen el mismo perfil ni les gusta el protagonismo, ello no significa que estemos divididos. Entre todos hacemos equipo, pero no somos iguales”, rebatió un representante a la Cámara. Este grupo se caracteriza por su defensa de las formas de comunicar y hacer oposición, pero coinciden en que hay un ánimo de construir consensos y sentar posturas. Otra cuestión que se puede evidenciar a partir del diálogo con los legisladores del uribismo es que existe cierta categorización de los congresistas. Es decir, aunque no fue acordado, hay algunas voces que se enfocan en los temas fuertes, como las reformas profundas del gobierno Petro –lo que en últimas significa que sean algo así como las cabezas visibles del partido–, mientras que otros han quedado relegados a temas secundarios y a ejercer la oposición por redes al no estar en verdaderos espacios de confrontación. Hablando de nombres propios, muchos no ven con gusto lo que consideran ha sido la “autoproclamación” de María Fernanda Cabal como la “jefa de la oposición”, aunque no lo ven como una discusión relevante. “No se trata de quién sea el jefe de nada. Cada uno hace su trabajo y ella quiere posicionarse”, recalcó un legislador de la colectividad.
Lo cierto es que la oposición no tiene en estos momentos unos cimientos claros y eso se ve también desde afuera. Ya se sabe que el Centro Democrático se debilitó por lo apartado de la vocería en que está su líder natural, el expresidente Uribe, aunque no de las decisiones. Lo endeble de esta primera etapa, incluso, fue calificado por Andrés Dávila, director del Departamento de Ciencia Política de la Javeriana, como un “momento un poco patético” del uribismo. “Los veo muy debilitados, muy faltos de referentes, incluso hablando mal entre ellos”, señaló. Y en cuanto a los dos sectores que hay, bajo la óptica de la investigadora Nadia Pérez, del Instituto de Estudios Políticos de la UNAB, se evidencian fallas de una oposición por ahora desorganizada. “Hay un ala que no tiene el talante para hacerle oposición a Petro y otra más radical que se queda en la indignación, los anuncios y eso puede desgastar”.
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Y volvemos a la tesis inicial: es cuestión de tiempo. Al igual que Carvajal, ambos politólogos coinciden en que aún falta ver cómo se organizan esas disputas dentro del uribismo para analizar el papel de la oposición y sus distintos liderazgos. “Hay que darles tiempo para que se organicen y que pasen de la indignación a la acción. Es complejo por la falta de liderazgos y porque era una bancada disciplinada que ahora está un poco desconfigurada”, concluyó Pérez, mientras que para Dávila, la fuerza de la oposición también dependerá de los avances del mandato Petro. “El Gobierno entró lento y al parecer se va a demorar varias semanas en conformarse del todo. Le está apostando a reformas muy de fondo, y en eso se parece al gobierno Santos, así que en la medida en que pasen los días, quizás la gente se sintonice más con la oposición, que hasta ahora no ha sido muy inteligente”, remató el académico.