Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El exministro Óscar Iván Zuluaga obtuvo este lunes, por segunda vez, la bendición del uribismo para aspirar a la Presidencia de la República. Luego de un proceso interno en el que se midió a figuras del calibre de María Fernanda Cabal o Paloma Valencia, fue erigido como el candidato único del Centro Democrático con miras a 2022. A diferencia de la contienda que lo llevó a segunda vuelta en 2014 y a medirse de tú a tú con el entonces presidente Juan Manuel Santos, el escenario actual para Zuluaga pinta adverso y si bien no puede desconocerse este primer triunfo y el patrimonio que nuevamente asume, no puede pasar por alto que lo que otrora eran sus ventajas en la arena electoral, hoy son factores que podrían jugarle en contra y mermar su aspiración. ¿Por qué?
Lea también: Óscar Iván Zuluaga será el candidato presidencial del uribismo en 2022
El político caldense, de 62 años, se hizo a la candidatura del partido de gobierno luego de reunir mayorías entre las bases y militantes del Centro Democrático, que fueron sometidos a más de 4.000 encuestas. Si bien había expectativa por esos resultados –especialmente por la rivalidad con Cabal, que también figuraba como favorita–, la colectividad se abstuvo de revelar los datos en detalle y se limitó a anunciar el triunfo de Zuluaga. Según explicó la directora del partido, Nubia Stella Martínez, se trató de una decisión consensuada entre los cinco precandidatos. “Ellos el viernes pasado dijeron que les gustaría que solo se conociera el ganador. Son iguales y han trabajado lo mismo. Hay un mensaje de unidad”, sostuvo.
Lo que hay detrás del hermetismo son las expectativas que tiene la colectividad de cara a concretar una alianza con otros sectores de centro-derecha representados en figuras como Federico Gutiérrez, Enrique Peñalosa o Álex Char, que supuestamente habrían vetado a Cabal y veían en Zuluaga un factor más moderado para sentarse a dialogar. De hecho, como contaron a El Espectador miembros de la bancada –a la que, de paso, logró congregar frente a su candidatura–, el exministro emerge como un factor unificador, menos radical y más pacificador con miras a una consulta entre los sectores de derecha.
Ese es un primer punto a favor de Zuluaga que, no obstante, y a la espera aún de que se concreten esos ánimos de unión, deberá encarar otros desafíos si quiere volver a hacerse a los 7 millones de votos que cosechó en 2014. En ese momento, el exministro era la ficha de un recién creado Centro Democrático, declarado en oposición y enfrascado en su rechazo al proceso de paz, lo que le ganó la simpatía de muchos votantes. Como hoy, el gran baluarte del partido era el expresidente Álvaro Uribe; sin embargo, pasados siete años –en medio de un proceso judicial y del desgaste de su imagen– ya la figura del también exsenador no parece tan decisiva e incluso, de acuerdo con analistas, podría jugarle en contra.
En contexto: ¿Quién es Óscar Iván Zuluaga, candidato presidencial del Centro Democrático?
En 2014, Uribe se jactaba de tener una opinión favorable del 46 %, según la encuesta Invamer Poll. A octubre pasado, la desfavorabilidad del jefe máximo del Centro Democrático era del 68 %, un hecho que, sin duda, repercute en el ungido de la colectividad. Por si fuera poco, carga a cuestas también con la impopularidad del gobierno de Iván Duque, cuya desaprobación asciende al 72 %, a lo que se suma que el 77 % de las personas consideran que en Colombia las cosas van por mal camino.
“En contra de Zuluaga juega el desprestigio que tiene el uribismo por los diferentes escándalos que han salido a la luz pública, no solo por expresidente Uribe, sino por el bajo desempeño del gobierno actual. Se trata de una situación con la que deberá lidiar y saber encarar”, explica la politóloga Laura Wills, profesora asociada del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes.
En ello coincide Juan Federico Pino, profesor de ciencias políticas de la Universidad Javeriana, quien advierte también que el exministro se incorpora a la contienda luego de estar marginado de la agenda mediática por estar atendiendo procesos judiciales relacionados con el hácker Andrés Sepúlveda u Odebrecht, de los que salió bien librado, pero que podrían ser utilizados por sus adversarios. “Estuvo marginado del foco mediático durante casi todo el período de gobierno y vuelve ahora en el último año. Y tiene la carga de hacer parte del partido de gobierno y el hecho de que no han sido exitosos en la ejecución de proyectos. Por más que se intente desligar del gobierno Duque, cuenta con su sombra también. A nivel de carisma tampoco ha sido un candidato que haya despertado grandes pasiones”, explica.
Lea también: “No es cierto que yo sea ‘el que dijo Uribe’”: Óscar Iván Zuluaga
Pero no todo es adverso para el exministro. Analistas reconocen también que Zuluaga aterriza con una experiencia política y administrativa que jugaría a su favor en momentos de reactivación económica y atención de la pandemia, así como un caudal electoral que, aunque tendrá que ratificar, es importante en el juego de coaliciones. “Es un político con amplia trayectoria que puede estar convocando a votantes que son cercanos todavía al Centro Democrático”, señala Laura Wills. “Tiene mucha experiencia, a diferencia de Duque, que no había desempeñado ningún papel directivo antes de llegar a la Presidencia, lo cual incide en su gestión”, asegura a su turno Pino.
Precisamente, esas son las cartas que deberá usar Óscar Iván Zuluaga para hacerse a un lugar en la consulta de centro-derecha y evitar que el Centro Democrático emprenda un camino en solitario que merme sus chances de llegar a la Casa de Nariño. “La derecha corre el riesgo de llegar dividida a la contienda y eso la derrotaría. Eso se resuelve con una coalición, aunque para los otros candidatos de ese espectro no está claro qué tan beneficioso es estar con él, justamente por el desprestigio del Centro Democrático y del Gobierno”, precisa Wills.
También le puede interesar: Tras su derrota, María Fernanda Cabal se lanzaría de nuevo al Congreso
El ambiente no puede estar más enrarecido y, en búsqueda de apaciguar las aguas y llevar su mensaje de unidad más allá del Centro Democrático, Zuluaga emprende desde hoy el reto de consolidar la vocación de poder del uribismo, hacer valer su experiencia y establecer un discurso más allá del castrochavismo y la disyuntiva entre paz y guerra para proponer al país verdaderas salidas al desempleo, la crisis social y, especialmente, la polarización política.
JAVIER GONZÁLEZ PENAGOS
TWITTER: @Currinche