Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En los últimos días, Juan Manuel Galán ha sido la cara visible del recién resucitado Nuevo Liberalismo. Este figura como su más probable candidato en la consulta de la Coalición Centro Esperanza y es el que ha tomado la vocería. Esta colectividad ha dado muchas sorpresas, pues decidió irse en una lista por aparte a la de la coalición del centro —junto con la Alianza Verde— e incluyó personalidades ajenas al debate político, lo que ha generado reacciones positivas. En una breve entrevista, Galán habló de su aspiración, las peleas internas del centro, la confección de las listas y los posibles escenarios tras la consulta de marzo.
Lea más noticias sobre las elecciones presidenciales de 2022.
Usted figuró en el tercer lugar en los primeros días de su candidatura. ¿Qué pasó, que se ha venido abajo?
Nosotros venimos en una tendencia creciente en la campaña. Hemos venido en ascenso. Lo percibimos en la calle, las redes sociales, las reacciones a nuestros pronunciamientos en propuestas y programas. Las últimas encuestas nos muestran al alza y con la menor visión negativa. Ese es un capital muy importante, pero tenemos un reto de persistir en esta campaña para convencer a sectores que todavía no está convencidos. A medida que avance la campaña con las listas, los debates que permitan hacer los contrastes entre candidatos y la consulta de marzo, vamos a poder seducir ese voto de opinión, que es el voto que nosotros debemos conquistar y convencer para las próximas elecciones.
¿La salida del recién llegado Iván Marulanda no muestra una debilidad en la segunda etapa de su partido?
Iván Marulanda hace parte del Nuevo Liberalismo Histórico de hace cuarenta años. Es una figura que ha sido muy valiosa en la época de mi padre. Se ha mantenido activo en la política colombiana y siempre tendrá las puertas abiertas en el partido. Lo que nosotros no podemos aceptar es poner en riesgo o cuestionar la decisión de la Corte Constitucional. La sentencia es muy importante para el Nuevo Liberalismo y abrió el camino de nuevos espacios en la política que se habían cerrado por la violencia. La sentencia fue la puerta de entrada para que Salvación Nacional, el Partido Comunista y Verde Oxígeno recuperaran su personería y la Colombia Humana la tuviera por primera vez. Eso es una contribución a la paz fundamental, si tenemos en cuenta que la falta de participación ha sido una de las causas de la violencia y la guerra en Colombia, junto con la tierra y el narcotráfico.
Ya que menciona ese fallo y los nuevos partidos, ¿no se abrió una puerta ya cerrada a la “partiditis”?
Es que tenemos partidos que no representan a la gente, como demuestran las encuestas. La gente dice que rechaza en un 97 % esos partidos y por eso salieron a la calle a manifestarse durante el paro. Las personas están reclamando espacios de participación que se han cerrado para mucha gente. Los partidos tienen una función muy importante en la democracia como instituciones. Cuando no hay partidos fuertes, pero no en maquinaria y estructuras clientelistas sino en ideas y propuestas, se abre la puerta a los aventureros del populismo, que vienen a destruir las instituciones democráticas. Eso es muy importante que los ciudadanos lo tengamos muy claro. Por eso nuestra intención es construir un partido moderno, representativo de las ideas del liberalismo —inspiradas en la democracia y la conquista de derechos—, y que se reabran las tendencias que se cerraron por la violencia. Es que al Nuevo Liberalismo le mataron a más de cincuenta de sus militantes.
Ya que habla de las cincuenta víctimas, algunos de sus familiares han dicho que solo les importó el aval, pero no aclarar los casos. ¿Qué les dice?
El proceso por la muerte de Luis Carlos Galán abrió la puerta para que muchísima gente pudiera obtener justicia ante asesinatos que se gestaron en esa época por las estructuras de paramilitares, narcotraficantes y miembros de seguridad del Estado. De ninguna otra manera habrían logrado justicia. Nosotros siempre hemos tenido una postura de apertura para contribuir a la verdad, justicia y reparación. Como víctimas, hemos tenido esta postura y el nuevo liberalismo es absolutamente abierto para que las nuevas generaciones y las ciudadanías excluidas puedan participar en la política.
Entérese de más noticias del Nuevo Liberalismo.
Una de las líneas rojas que le pusieron a Alejandro Gaviria fue César Gaviria, pero ustedes venían de ese Partido Liberal liderado por el expresidente. ¿Cómo desligarse de ese antecedente?
Yo renuncié al partido en el momento en que el partido decidió apoyar a Iván Duque en la segunda vuelta. Esa es la razón de mi renuncia y distanciamiento. Por eso desde ese momento, desde el asfalto político, sin ser senador y sin tener escenario alguno, emprendí un camino incierto e inseguro que era recuperar la personería del Nuevo Liberalismo. Fueron cinco años de lucha en la institucionalidad. Eso abrió el camino para que otros partidos cercenados por la violencia también recuperaran su espacio. Mi discrepancia con César Gaviria es de fondo por la postura que tomaron, contradictoria y en contravía de la postura que habíamos defendido en contra del uribismo, los falsos positivos y el AIS. Ese respaldo al candidato uribista traicionaba nuestro apoyo al Acuerdo de Paz.
El Nuevo Liberalismo en su segunda fase comienza de cero. Les destacan las buenas ideas, pero dicen que no tienen votos. ¿Cómo reemplazar esas maquinarias?
El voto nuestro es de opinión, nunca ha sido de maquinarias. El voto del Nuevo Liberalismo de los años 80, de Luis Carlos Galán, fue un voto de opinión de la clase media profesional, trabajadora y urbana que no se sentía representada en el bipartidismo tradicional. Era un voto que se representaba en nosotros y era libre, consciente y de opinión. No es un voto amarrado o comprado. Nosotros competimos por ese voto y los que yo he obtenido en el Senado han sido de opinión, conquistados en la calles y con una buena labor durante mi período como senador. El reto es el mismo que tuvimos con el Nuevo Liberalismo original de hace cuarenta años: conquistar el voto de opinión.
La unidad del centro fue muy difícil. Aunque hubo un acuerdo en el cónclave, luego Robledo tuvo palabras duras para ustedes en plena sesión del Senado. ¿Esa unidad del centro está pegada con babas?
No, las coaliciones en Colombia son un fenómeno político nuevo e innovador para la gente. Otras latitudes tienen una experiencia mucho mayor en estos temas y las coaliciones funcionan en que varios partidos se unen alrededor de unos principios básicos y este es nuestro caso. Porque el núcleo de la Coalición Centro Esperanza es un gobierno de coalición. Es un presidente que gobernará acompañado de una bancada. Y esa bancada tendrá distintas listas, pero eso no quiere decir que esas distintas listas vayan a quedar fuera de la coalición. De hecho, la bancada del Nuevo Liberalismo tiene claro su compromiso de apoyar el proceso presidencial de la coalición. Ese es un compromiso que tenemos claro y definido. Ahora: ¿otros partidos pueden decir lo mismo? No lo sé. Nosotros hemos sido leales a la coalición.
¿Que vayan con dos listas aparte en el centro no debilita las aspiraciones?
No; al contrario, se fortalecen. La identidad liberal que representa el Nuevo Liberalismo es un atractivo de la base liberal que está huérfana de partido. Con nosotros sienten que tienen una nueva casa para defender sus ideas.
¿Cómo califica la llegada de Alejandro Gaviria? ¿Se mantendrá la unión a pesar de los choques con Jorge Enrique Robledo?
Yo sí creo, porque con Robledo todos tenemos diferencias en muchas posturas que él ha tenido. Pero él ha estado de acuerdo con defender unos principios y lineamientos programáticos sobre los cuales todos nos pusimos de acuerdo. Eso no quiere decir uniformidad o pensamiento único, dogmático y monolítico. Esto implica diversidad de pensamiento y eso es el liberalismo: tener puntos en común, pero al mismo tiempo tener énfasis diversos. Somos fuerzas con nuestra propia historia, trayectoria y pensamiento. El hecho de que Robledo esté participando en nuestra coalición la enriquece.
En caso de que otra coalición gane la presidencia, ¿ustedes qué harían?
Tendríamos que ser oposición en cualquier otra opción distinta que llegue. Será una oposición organizada y disciplinada. Pero no estamos pensando en eso. Lo que tenemos en mente es cómo vamos a organizar el gobierno que Colombia necesita para los próximos cuatro años y que avance en las reformas estructurales que el país necesita para avanzar hacia la modernidad y una visión de mediano plazo en lo ambiental, digital, productivo y económico. Todos esos temas comienzan con una reforma política, porque si no la reformamos va a ser imposible avanzar en todas las reformas que Colombia necesita
La presencia de su hermano en las listas al Senado ha llevado a que los señalen de comportarse como un clan familiar. ¿Qué dice de esos señalamientos?
El verdadero problema de Colombia son los clanes familiares regionales que se apoderan de la contratación y son aliados de los proyectos políticos del narcotráfico. Son ellos los que han saqueado las entidades públicas. Esos son los clanes familiares que hay que combatir.
Nosotros nos hemos ganado nuestro espacio en la política y hemos sido coherentes en los principios e ideas que hemos defendido a lo largo de los años. Ahora a nosotros no nos perdonan que seamos hijos de Luis Carlos Galán. Algunos quieren que vayamos a una notaría y nos quitemos el apellido para tener derecho a hacer política. Pero nosotros somos orgullosos de ser hijos de quien somos hijos y de que hay un recuerdo, afecto y cariño. Esa es la herencia de mi papá, que les quedó en el corazón y la mente a millones de colombianos. No heredamos estructuras clientelistas, negocios ni hemos hecho negocios desde la política. Nos hemos dedicado al servicio público y hemos vivido de ello. El espacio nos lo ganamos a pulso y con esfuerzo. Cuando renuncié en 2018 me fui al asfalto total de ingresos y espacio político. Ahí le aposté al Nuevo Liberalismo y lo logramos.
¿Cuál fue el criterio para que escogieran las listas del Nuevo Liberalismo?
La participación de la mujer y regional-étnica fueron esenciales. Buscábamos nuevos saberes y capacidades que realmente aporten a una bancada sólida y comprometida con las ideas del liberalismo, del Nuevo Liberalismo. Es nuestro legado histórico de trabajar para hacer política. Esos han sido los criterios para conformar nuestras listas.
¿Cómo van a garantizar que el Nuevo Liberalismo va a perdurar y no sea solo para las elecciones de 2022?
Tenemos una historia de cuarenta años. Tuvimos una pausa de 32 años por el exterminio que sufrimos, pero es un partido que está renaciendo de sus cenizas. Pero, como el ave fénix, renace fortalecido para inspirar una nueva etapa en la política y democracia. Fieles a ese legado, desarrollaremos las ideas para la Colombia que no ha sido interpretada y se manifestó en las calles durante el paro nacional. Esa misma Colombia de la nación indígena, campesina, negra, de las mujeres silenciadas por la violencia y de los jóvenes sin oportunidades que mueren por culpa del narcotráfico. A esas naciones queremos representarlas y que tengan influencia decisiva en el poder. Corrimos el riesgo de presentar nuestras propias listas no por un acto de soberbia o rebeldía, sino que es un acto de construir un partido con vocación de permanencia y trascendencia. No queremos ser un partido de solo ganar elecciones, sino que tendremos un centro de pensamiento, un centro de formación de nuestros militantes y así nuestros jóvenes se formen en el liderazgo político. También viene el proceso de las elecciones regionales y vamos trabajar en un proceso de formación territorial, que va a ser trascendental e importante para seguir siendo vigentes.
¿Cuál es el plan en marzo si no llega a ser elegido por el centro?
Solo estoy concentrado en pensar que voy a ser elegido y en que tenemos que hacer un gobierno que una a los colombianos alrededor de un propósito de país y un proyecto de país. No solo nos va a unir la selección de vez en cuando. Desde el sistema educativo, nos vamos a integrar para superar esa cultura arribista, segregacionista, machista, de desigualdad de oportunidades y derechos. El escenario para crear un proyecto de país es la educación y desde ahí vamos a trabajar con propuestas concretas, como transferir los dineros de inversión en educación directamente a las comunidades educativas. Vamos a tener el mejor gobierno y vamos a nombrar a la gente más representativa de las regiones y las naciones-etnias. Vamos a ir más allá del gobierno paritario, tendremos más mujeres que hombres en el gobierno. Esos son los mensajes que la gente necesita para avanzar hacia la inclusión.
Entre las muchas alianzas que se han gestado, quedó libre Rodolfo Hernández y este figura muy bien en las encuestas. ¿Tratarían de que llegue a la coalición?
Él está haciendo su ejercicio y es un llamado de atención para la política colombiana en relación a que la antipolítica, que le dice a la gente lo que quiere oír y no lo que necesita saber, está avanzando. Es un populismo peligroso que está afectando las democracias. Eso lo vimos con el fenómeno de Trump, Ortega, Maduro y otros. Llegan al poder elegidos democráticamente pero erosionan y destruyen las instituciones. Es contraproducente y destructivo. Nosotros lo que queremos es un gobierno que le diga a la gente la verdad y lo que necesita saber, sin importar si es o no lo que la gente quiere saber. También queremos tener la grandeza de reconocer errores y darles voz a los más vulnerables. No queremos prometer milagros o transformaciones de la noche a la mañana, porque el que le diga eso a los electores les está mintiendo. Debemos recuperar el valor de la verdad.
Desde el petrismo consideran que el rival a vencer es la lista de la derecha y al uribismo, no los mencionan a ustedes. ¿Creen que están en lo correcto?
Estoy de acuerdo con lo que dicen desde el petrismo. Ellos dos están en una competencia de maquinarias. Claro, ellos piensan cuál maquinaria va a ganar. Nosotros estamos en una competencia por el voto libre, consciente y de opinión, que es el voto al que nosotros le apostamos. Nosotros no entramos en esa competencia. Estoy de acuerdo.
¿No entrar en esa competencia puede que los deje en primera vuelta nada más?
Yo creo que el voto de opinión se va a expresar masivamente en las urnas a favor de un nuevo proyecto político y de país, eso es lo que queremos representar. Hacemos énfasis especial en que la ciudadanías que se expresaron durante el paro tendrán un espacio de representación en la Coalición Centro Esperanza.
¿Le darían el apoyo a Petro si no llegan a segunda vuelta?
Yo no estoy contemplando por ahora esa hipótesis. Mi respuesta por el momento es no. Ni uribismo, ni petrismo. El país está cansado de que lo traten de enfrascar en ese pleito de personalidades. El país quiere un cambio y ese cambio es un proyecto de país distinto, moderno, justo y realista. Ese cambio no llega de una persona, sin importar si es muy iluminado, inteligente o capaz. Ese cambio solo se logra si todos lo construimos con una misión colectiva. Nadie va a venir por sí solo a cambiar las cosas y esa es la visión que algunas corrientes tratan de ofrecer. Tratan de decir que es un milagro, pero eso es una farsa. Eso terminará generando mayor desilusión y frustración. Toca decirle a la gente cuánto vale transformar al país y cómo lo vamos a hacer. Ese es el liderazgo que vamos a representar.
Las últimas encuestas muestran a un Petro cercano a ganar en primer vuelta. ¿No les preocupa que lo logre?
La campaña apenas está empezando. Como en las etapas de las vueltas ciclísticas, muchas veces hay escapadas tempranas en las que el pelotón termina cazando al que se escapó y la carrera tiene otros ganadores. Entonces nosotros lo que apostamos es a que en el desarrollo de la campaña nosotros podamos hacer trascender nuestro mensaje. Pero en la Coalición Centro Esperanza tendremos la obligación de emocionar a la gente. Y la manera de hacerlo no será saliendo todos de la mano a recorrer el país, sino compitiendo con ideas y propuestas para que la gente pueda decidir cuál es la opción que mejor los interpreta.