Verónica Alcocer: los agitados 12 meses de la primera dama del gobierno Petro
Desde el 7 de agosto de 2022 Gustavo Petro afirmó que su esposa no estaría solo para acompañarlo. Durante este año sus palabras se volvieron acciones. Alcocer fue protagonista por las contrataciones en las que tuvo influencia, las menciones en el caso de Nicolás Petro, sus misiones como embajadora especial y la consolidación de un proyecto político independiente al del presidente.
Daniela Cristancho
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“Aquí está Verónica Alcocer quien me ha acompañado, quien me ha dado descendencia. La vida misma. Quien el amor ha hecho todo posible”, fueron de las primeras palabras que dio Gustavo Petro al asumir la Presidencia de Colombia. Frente a la Plaza de Bolívar, el 7 de agosto de 2022, confirmó lo que se sabía mucho antes de que la sincelejana llegara a la casa de Nariño: que Verónica Alcocer no iba a ser una primera dama como muchas que la antecedieron. Un año después, los vaticinios resultaron ser ciertos.
“Aquí no estará para acompañarme solamente”, dijo el presidente en su discurso de posesión hace un año. “Sino para acompañar a las mujeres de Colombia en su esfuerzo para salir adelante, para crear, para luchar, para ser, para superar la violencia dentro y fuera de las familias, para construir la política del amor”.
Verónica Alcocer tenía claro que quería romper el molde. Más allá de permitirse romper el protocolo para bailar en los Carnavales y reírse a carcajadas, transmitir una imagen distante no era una opción. Admiraba la sencillez de Michelle Obama y su cercanía con el pueblo estadounidense y a Ana Milena Muñoz, esposa de César Gaviria, por su vínculo con el sector cultural, algo que ella también abordaría. Se sentía insatisfecha con la idea de encuadrarse en unas funciones que se desprendieran de la figura de su pareja y dijo que quería que su agenda la marcara las necesidades de la gente.
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Para probarlo, el 8 de agosto Alcocer acompañó a la senadora María José Pizarro a radicar tres iniciativas que favorecerían a las mujeres: el proyecto de ley de los 1000 días, el de violencia política contra las mujeres, y el proyecto de acto legislativo que busca garantizar la paridad de género.
Al respecto, la senadora del Pacto Histórico recalcó: “Es la primera vez, que el día siguiente a la posesión de un presidente de la República, una primera dama cruza la plaza de armas, va hasta el Congreso de la República y radica conjuntamente con su bancada una serie de iniciativas legislativas. Esta marcha, por así decirlo, la hicimos las mujeres de Latinoamérica unidas como un mensaje de este nuevo gobierno, de definitivamente equiparar la cancha, disminuir las brechas de género y otorgarle a las mujeres un país sin violencias, un país de las mujeres”.
Otras congresistas, como Jennifer Pedraza, del partido Dignidad y Compromiso, están en desacuerdo con esa apreciación: “Creo que esa fue una estrategia mediática para posesionar a la primera dama, pero en la práctica creo que no hay ningún tipo de identidad de la primera dama con la agenda de lucha por los derechos de las mujeres. No veo ningún tipo de compromiso serio”.
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Verónica Alcocer ha tratado de hacer de las mujeres y los niños su bandera, su “línea de trabajo por estos cuatro años y más allá de estos cuatro años”. “En todo sitio donde se presente una propuesta que vaya a beneficiar la vida de las mujeres, ahí voy a estar yo y cuentan conmigo”, dijo ese 8 de agosto. El acto fue la manera de hacerse saber al país que la primera dama esta vez jugaría un rol político independiente, el cual, durante este año, se ha traducido en viajes como embajadora en misión especial, pero también en cuestionamientos por nombramientos y posible influencia en el Congreso.
El caso de Nicolás Petro
Esta semana, Verónica Alcocer fue mencionada, junto con otras 27 figuras públicas, en la audiencia de Nicolás Petro por el presunto ingreso de dineros irregulares a la campaña electoral de su padre. Aunque esto no significa que ella esté siendo investigada en el marco del caso, los reflectores sí han vuelto a caer sobre la primera dama.
Alcocer es la madrastra de Nicolás Petro Burgos, hijo de Gustavo Petro con su expareja Katia Burgos. El presidente tuvo dos hijas con la sincelejana, Sofía y Antonella, y a Andrés y Andrea con su segunda esposa, Mary Luz Herrán. Nicolás, hijo de la primera dama, fue adoptado legalmente por el presidente.
En diálogo con la Revista Semana, el primogénito del primer mandatario contó que conoció a Alcocer cuando era adolescente. “Fue una persona que, de verdad, intentó acercarme a mi papá, intentó que las relaciones de mi papá con los demás familiares fueran más fluidas, de la mejor manera. Antes de Verónica, eran casi nulas. Ella lo intentó. Hubo circunstancias que no han podido que esas relaciones familiares encajen perfectamente, pero ese ya es otro tema”, aseguró Petro Burgos.
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Admitió que su rol ha cambiado con los años, que ahora es “más protagónico”. “Pienso que tiene un liderazgo mucho más fuerte, muy marcado. Siento que también ha sido parte de todo ese veto hacia mí, de esta exclusión, incluso, de humillaciones que he recibido, que ha recibido Laura [Ojeda, actual pareja de Petro Burgos] y que termina recibiendo mi hijo”, contó.
Sin embargo, dijo que no cree que Alcocer llegue a la Presidencia de la República, como muchos han sugerido. “Colombia no puede cometer el error que cometió con Iván Duque al elegir a una persona que no tenía ningún tipo de experiencia o una mínima experiencia en el sector público. Entonces, si ella quiere, y no sé si esa sea su intención, deberá primero prepararse muy bien. Porque Colombia es un país muy complejo, muy difícil. Mira que al presidente le ha costado y bastante”, dijo.
Contrataciones, amigos y familia
La representante Jennifer Pedraza afirmó que la primera dama “ha sido una operadora política”. Esto se traduciría en la intención de lograr acuerdos con los partidos tradicionales, “como lo vimos en el caso de la reforma a la salud, aunque falló en el intento”. También dice que Alcocer “ha aprovechado su cargo para poner a sus amigas sin experiencia política suficiente en cargos de alto nivel”. En esto coinciden otros congresistas, como la senadora del Centro Democrático Paloma Valencia: “la veo muy amiga de ciertos congresistas y contratando con presupuesto público masajistas”.
Valencia se refiere a la contratación de Adolfo Martínez Carrillo, conocido como ‘Nerú’, cuyo contrato fue renovado en julio por segunda vez en el Departamento Administrativo de Presidencia de la República. El coreógrafo cartagenero, contratado por primera vez en septiembre de 2022, recibirá 43 millones de pesos, divididos en pagos mensuales, para el “apoyo a la gestión al Grupo de Bienestar y Desarrollo de la Oficina de Talento Humano, en la realización de actividades en materia de salud mental y física, que contribuyan al mejoramiento del clima laboral”. Su figura causó polémica en junio, cuando se difundieron fotos y videos de Nerú haciéndole un masaje a la primera dama.
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Sin embargo, los reclamos más serios en materia de contrataciones corresponden a otras personas del círculo cercano de Alcocer. Es el caso de la española Eva Ferrer, íntima amiga de la primera dama, quien después de asesorarla y acompañarla a recorrer el país en la campaña presidencial, fue nombrada, en un primer momento, como consejera de la niñez y adolescencia, y luego, consejera de la reconciliación. Ferrer asegura que trabaja con el presidente y con la primera dama y que tiene un compromiso con la segunda para que ella también lidere y “de la cara” cuando haga falta.
Ferrer y Alcocer se conocieron cuando la primera era asesora del alcalde de Barcelona y Petro, el de Bogotá, en viajes internacionales. Pero ella no es la única catalana cercana a la pareja. Son tres los viejos amigos del presidente y la primera dama: Ferrer, Manuel Grau y Xavier Vendrell. Tras haber sido fichas clave en la campaña de Petro Presidente, a los extranjeros, que tienen asuntos pendientes con la justicia española, les fue otorgada la nacionalidad colombiana de manera exprés por orden presidencial, como reveló La Silla Vacía. Según el portal, Grau, socio comercial de Vendrell, tiene una “vasta red de compañías en Colombia” y ha sido contratista de la Alcaldía de Santa Marta.
La “amiga del alma” de Alcocer, Carolina Plata Navas, como la describe en sus redes sociales, recibió un contrato de $482 millones de pesos, es decir, un salario mensual de cerca de 20 millones, para manejar el protocolo de las casas presidenciales. Este fue renovado en diciembre de 2022 hasta noviembre de 2024. La cercanía de Plata Navas también llega directamente hasta el presidente. Su esposo, Danilo Romero Gómez, le vendió en 2006 un apartamento a Petro y en 2011 aportó a su campaña a la Alcaldía, elecciones en las cuales Martha Janeth Plata, hermana de Carolina, fue la jefe de finanzas.
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Concepción Baracaldo renunció a la dirección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) en febrero de 2023, un cargo por el que llovieron críticas desde septiembre de 2022. Baracaldo, vecina de los Petro cuando vivían en Chía, aseguró en varios medios que había sido la primera dama quien le ofreció el cargo, pero el presidente le aseguró a Daniel Coronell que fue él quien tomó la decisión, ya que conocía a su familia “desde antes de que Verónica naciera”.
Otros nombramientos cuestionados han sido los de Adriana Mejía, directora de Artesanías de Colombia y amiga de Alcocer desde hace 20 años; el del exministro de Transporte Guillermo Reyes, esposo de la amiga de la primera dama Carmen Larrazába; y los de la familia Quessep. Los Quessep Bitar, clan político de Sucre, también se han visto beneficiados del estrecho vínculo con los Alcocer. Ligia Margarita Quessep, compañera de colegio de la primera dama, fue nombrada embajadora de Colombia en Italia; Jorge Arturo Quessep es el director regional del Departamento de Prosperidad Social en Sucre; y Jaime Enrique Quessep es agregado comercial en la embajada de Colombia en Costa Rica.
Quizás su influencia venga de mucho antes. Cuando Gustavo Petro era alcalde de la capital, el tío de Verónica, Alberto Merlano Alcocer, fue nombrado gerente de la Empresa de Acueducto. Pero los vínculos con su familia siguen generando dudas hasta el día hoy, sobre todo en la Costa Caribe. Es el caso de Mario Fernández Alcocer, primo de la primera dama. Él, quien tenía la ambición de ser candidato a la Gobernación de Sucre para las elecciones de 2023, la acompañó en noviembre de 2022 a viajar por el Atlántico para atender a los afectados por la ola invernal. Hace un par de semanas, Fernández Alcocer, quien tiene investigaciones pendientes con la justicia, especificó que solo le había pedido el aval para su candidatura a la Gobernación al partido “En Marcha”, que lidera el exministro Juan Fernando Cristo.
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Alcocer también sostiene vínculos cercanos en el Congreso y en los Ministerios. Con Jorge Zorro, viceministro de Cultura y exprofesor de piano de las hijas de los Petro, viajó a Venezuela a conocer el sistema de bandas venezolano. Patricia Ariza, dramaturga y entonces ministra de Cultura, aseguró que ella se enteró por la prensa de que Zorro estaba en aquel viaje. Más aún, cuando Ariza salió de la cabeza de la cartera, se especuló de la relación que pudo tener a decisión con Alcocer. La artista contó que pidió muchas veces una cita con la primera dama, pero que nunca se concretó. “Yo no soy de su agrado”, dijo.
En el Congreso, se sabe de la relación de amistad entre Alcocer y Agmeth Escaf, representante a la Cámara por el Pacto Histórico y presidente de la Comisión Séptima. Durante la legislatura pasada, a la primera dama se le vio en un par de ocasiones en el Capitolio. Una noche llegó al recinto de la Comisión que presidía Escaf, en donde se debatía el proyecto de reforma a la salud. Habló con él y con el entonces ministro del Interior, Alfondo Prada. A los representantes no les cayó bien que llegara en un momento de discusión tan delicado; sin embargo, Prada aseguró al día siguiente que Alcocer había pasado a saludar sencillamente.
“No está pasando absolutamente nada de puertas para dentro. Fue una visita de cortesía por el trabajo que estamos realizando. La primera dama me escribió a mí ‘acabo de ver por televisión el debate completo, quisiera entender mejor cómo es la operación del trabajo del Congreso’. Y le dije ‘estamos aquí reunidos y vamos a trabajar un poco más con los ponentes, con la ministra de salud’. Entonces ella vino, nos saludó, estuvo media hora y se fue”, afirmó el ahora embajador en Francia.
Embajadora en misión especial y otros viajes internacionales
Durante los primeros 60 días del Gobierno del Cambio, viajó a Noruega, Inglaterra, Estados Unidos y Japón. Según contó la española Eva Ferrer, mano derecha de la primera dama y consejera para la Reconciliación en un especial, al país nórdico las invitó la organización Caritas durante seis días para mostrarles su misión. Estando allá, se les informó del entierro de la reina Isabel II. “Como Verónica estaba en Europa, se le propuso que fuera. Fue en tren, sin escoltas y sin nada, volvió a volar desde París a Nueva York, donde tenía un compromiso con ONU Mujer”, dijo Ferrer.
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El valor del tiquete del viaje a Europa, al igual que el del hotel en Tokio, a donde se desplazó para asistir a las exequias del exprimer ministro japonés, Shintzo Abe, la pusieron en el centro de atención de los medios de comunicación. El decreto que la nombró embajadora en misión especial durante esos 15 días de septiembre establecía una suma de más de 33 millones de pesos para los viáticos. El simple nombramiento generó polémica. Sin embargo, la figura no es nueva. También asumieron ese rol Lina María Moreno, esposa de Álvaro Uribe; María Clemencia Rodríguez, esposa de Juan Manuel Santos; y María Juliana Ruiz, esposa de Iván Duque.
En enero de este año, Alcocer viajó al Vaticano y a Venezuela. En una reunión privada de 30 minutos, el Papa Francisco y la primera dama hablaron de la violencia contra las mujeres y los niños y el proyecto de la Paz Total. “Que toque, que siga yendo a los territorios, que tenga contacto con las personas. Tocar es el único de los cinco sentidos que hacemos voluntariamente y reconcilia”, le expresó Su Santidad.
Un par de semanas más tarde, se reunió con el presidente Nicolás Maduro y la primera dama Cilia Flores. El encuentro en Caracas, al que también asistió el viceministro Jorge Ignacio Zorro, tuvo como objetivo “afianzar el trabajo conjunto entre las naciones, conocer el sistema de bandas venezolano y su posibilidad de adaptarlo en Colombia”, aunque esta idea no le gustó a 2.200 músicos del país, que firmaron una carta en contra.
En mayo de 2023 regresó a Londres, esta vez para asistir, en representación de Colombia y junto con el canciller Álvaro Leyva Durán, a la coronación del rey Carlos III. Y acompañó a Petro a la visita de Estado a España, donde conocieron al rey Felipe VI y a la reina consorte Letizia Ortiz. Un mes después, Alcocer recibiría a Ortiz en Cartagena para mostrarle algunos proyectos de cooperación entre ambos países.
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Sobre Verónica Alcocer y su agenda internacional, el ministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, afirmó en el especial de 100 días de gobierno que “no cualquiera que llega como primera dama tiene lo que implica poner un sello que le sirva al país. Ella tiene un talante especial. Aquí lo que hay que hacer es poner a funcionar a esa primera dama que llama la atención a donde ella llegue, pero que llegue con un mensaje. Con el mensaje de la defensa de la mujer, de los niños, de la paz total. No la vamos a desperdiciar”.
Las valquirias y el nacimiento de una primera dama
Desde que comenzó la campaña presidencial de su esposo, Alcocer abrió y empezó a publicar constantemente en sus redes sociales, comenzó a utilizar el numeral #Yosoytuamiga y se dio a la tarea de recorrer el país con su entonces asesora, Eva Ferrer. Accedió, después de mucho, a exponerse para transmitir la imagen de una mujer empoderada y así, invitar a otras mujeres a hacer lo mismo.
Tenía la fuerte convicción de que su esposo sería el presidente, “una intuición que no se podía explicar”. Pero también tenía claro que su proyecto propio no dependía del resultado de las elecciones. “Aunque no fuese, yo sigo mi proyecto de Verónica Alcocer. Ayudando a las madres, haciéndolas visibles, empoderándolas, luchando por lo que creo que se tiene que luchar. Eso no se puede acabar con la historia de un día, ni de un cargo, ni de cuatro años. Eso no tendría mucho sentido”, le dijo a El País, en marzo de 2022.
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Su rol en la campaña presidencial no se asemejó al que cumplió en la de 2018, ni tampoco en las de la Alcaldía de Bogotá en 2013. Ella aseguró que fue porque sus hijos aún eran muy jóvenes y dependían de ella. De hecho, esta fue la misma razón por la cual Alcocer y Petro tomaron la decisión de que ella no aspirara a la Alcaldía de Sincelejo en 2019. Antonella, la hija menor del matrimonio, que hoy en día tiene 14 años, se enfermó al pensar que sus dos padres estarían ausentes. Alcocer se jacta de haber podido elegir, con gusto y desde el amor, encargarse de la crianza y ahora que sus hijos lo comprenden, se siente tranquila de dedicarle tiempo a su proyecto.
La primera dama, de 47 años, ha sido clara en que, independiente del rol político de su esposo, pretende aprovechar la oportunidad de ayudar. Aunque se lo han preguntado muchas veces, siempre responde que no ha considerado aspirar ella misma a la Presidencia.
“Cuando conocí a Verónica a comienzo del siglo, quizás por sus ojos azules y su pelo claro, me recordó de inmediato a las valquirias, el paraíso de los guerreros germánicos; así la llamé y así sentí que penetró en mi vida; con su propia fuerza, que es inmensa, me ha acompañado en lo que va del siglo, ha sufrido mis miedos, mis peligros, los momentos azarosos; la fuerza de la valquiria me ha permitido construir la más fuerte alternativa popular de la historia reciente de Colombia”, describe el rol de su esposa Gustavo Petro en su autobiografía Una vida, muchas vidas (2021). “Quizás es hora de que las valquirias me reemplacen”, concluye el ahora presidente.
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