El electo magistrado Vladimir Fernández saludó en la plenaria del Senado a Gerardo Vega (izquierda), quien, junto a Cielo Rusinque, estaba en la terna para elegir el reemplazo de Alejandro Linares.
Foto: Óscar Pérez
La decisión ya estaba tomada. Y no porque se quisiera irrespetar el procedimiento, clave en una decisión de esta naturaleza, sino porque el primer magistrado que llega a una alta corte durante la presidencia de Gustavo Petro debía ser alguien que no generara resistencia en los estamentos de poder y que –al mismo tiempo– estuviese alineado con los intereses de la Casa de Nariño.