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Hace cuatro años, a finales de 2017, Sergio Fajardo figuraba como uno de los ás opcionados para ganar la presidencia. Estaba en punta en buena parte de las encuestas del país. Sin embargo, ese impulso fue bajando a comienzos del 2018 y tan solo repuntó hacia mayo, justo cuando la cita en las urnas era inminente. Tanto así que fue el tercero con más votos en la primera vuelta, solo tuvo una diferencia con Gustavo Petro de poco menos de 250.000 votos.
Fajardo había sabido aprovechar la imagen de centro, de ni Petro ni Uribe, y le faltó poco para pasar a la segunda vuelta. No obstante, ahora en 2021, mucha de la favorabilidad que cosechó en las presidenciales pasadas se ha diluido. Lo que antes lo había favorecido, ahora es un factor por el que lo critican. También le cobran haber impulsado el voto en blanco en segunda vuelta y “haberse ido a ver ballenas” cuando el país enfrentaba la fase final de las elecciones que pusieron a Iván Duque.
Aunque sigue en los primeros lugares de la intención de voto de las encuestas, sus números no despegan y figura muy por detrás de Petro. No obstante, en diálogo con El Espectador, el nuevamente aspirante a la presidencia dice que falta mucho y que está muy seguro de que llegará a segunda vuelta, en la que derrotaría al líder de la Colombia Humana y el Pacto Histórico. Asimismo, dio un pequeño vistazo a sus propuestas de campaña y se refirió al explosivo ambiente que vive el centro en estos momentos.
¿Qué está pasando para que no despegue en las encuestas y Petro esté por encima de todos con amplia ventaja?
Primero, creo que falta mucho tiempo. Esta campaña está muy acelerada, mucho nerviosismo, muchas personas que quieren aspirar, incluso un montón recogiendo firmas. También se están construyendo las listas, que es otro tema conflictivo, y la definición de eventuales consultas que deben definirse ahorita en noviembre. Mientras que Petro no tienen ningún obstáculo o negociación pendiente. Hay muchas discusiones que faltan por darse para tener una ruta clara. Nosotros en la Coalición de la Esperanza hemos hecho las discusiones que no hemos propuesto y lo hemos venido trabajando frente a lo que quiero en mi campaña. Pero esto está muy acelerado, hay mucho nerviosismo y aún falta tiempo para comenzar de verdad la campaña.
¿Cree que los procesos en Contraloría y Fiscalía pueden estar frenando su aspiración?
No, para nada. Recuerden que yo dije que iba a hacer dos campañas. Una en la que iba a explicar juiciosamente los temas de la Contraloría y la Fiscalía. Ya hicimos una serie de cinco videos en los que explicaba por qué desde mi perspectiva están equivocados tanto la Fiscalía como la Contraloría. No nos ha afectado, solo nos toca hacer un esfuerzo adicional y una pedagogía de la forma de lo que tengo que enfrentar, pero estoy con toda la convicción de que el camino está por delante y los obstáculos son para superarlos.
¿La cercanía del contralor y el fiscal al Gobierno le da garantías?
Ya he explicado juiciosamente donde veo los errores al hacer las acusaciones que están haciendo. Son infundadas. Yo no tengo ninguna responsabilidad en el sentido que quieren adjudicarme a mí y a las otras personas involucradas. Yo lo estoy enfrentando con tranquilidad. No me escondo, pongo la cara y explico lo que estamos haciendo. Esa es la verdad. Puede haber intereses ocultos, chismes y rumores de influencias, pero ya lo hemos puesto en el terreno que quiero ponerlo. El camino sigue y esta es parte de una propuesta para mostrarle al país de la capacidad que tengo para unir a Colombia y enfrentar la corrupción. Estoy cómodo y tranquilo.
Es una situación muy similar a la de Petro con temas como el de las basuras, pero este sector lo usa en su contra, ¿qué opina?
Esta es la forma en la que se hace política en este país. No hay respeto por las personas, los argumentos son depreciados. La verdad queda sepultada en medio de mentiras y rumores. Eso es dañino para el país, pero como siempre, estoy respondiendo y he construido una confianza sin caer en la trampa de la agresión y siempre firme en la verdad y la decencia, que es lo que identifica.
¿Qué le responde a los que dicen que el centro no tiene propuestas y que lo único que ofrecen es no ser “ni Petro ni Uribe?
Primero, que no somos Petro ni Uribe, eso está clarísimo. Yo he señalado que voy a llegar a la segunda vuelta con Petro y le voy a ganar la presidencia. Ese es el objetivo y sobre eso estamos trabajando. Ahora, propuestas hay de diferente naturaleza y nosotros las estamos construyendo. En particular, desde la semana pasada comenzamos una serie en la que cada semana vamos a presentar unas propuestas en las que interpretamos lo que queremos decirle al país. No nos afanamos, porque ahora cualquier frase quieren considerarla una propuesta y así actúa el populismo. Dicen cualquier afirmación sin rigor y supuestamente es una propuesta, pero no hay propuestas serias allí.
Entonces, ¿el uribismo no llega a la segunda vuelta?
Naturalmente. En Colombia va a haber un cambio y ese cambio no va a estar asociado al Centro Democrático y a este Gobierno, porque fue un mal gobierno y Colombia va a cambiar. Yo he utilizado la expresión “se llenó el vaso” y esta es una sociedad molesta e indignada por las desigualdades, la pobreza, la corrupción y la violencia e inseguridad que tenemos en nuestro país. Va a haber un cambio y lo que proponemos desde la Coalición de la Esperanza es un cambio para construir y avanzar, no quedarse atrapado en arrasar y llenar de miedo y rabia al país, eso no sirve de nada a Colombia. La expresión que yo lidero es esa.
¿Está diciendo que nadie tiene propuestas sólidas en este momento?
No conozco verdaderamente propuestas. He participado en debates donde han hecho afirmaciones generales, pero no hay ninguna propuesta que uno diga que es sólida, rigurosa, transformadora. Parte de lo que yo voy a hacer es que presentaremos las propuestas y el programa. Esa es la tarea que vamos a hacer de forma pedagógica.
¿Qué pasó para que usted fuera en 2018 uno de los líderes que agolpaba a diferentes sectores y ahora sea tan resistido?
Yo no sé qué significa resistido, pero eso es parte de la política. Tiene que ver las discusiones por lo que yo voté en blanco en la campaña presidencial pasada tras haber quedado muy cerca de pasar a segunda vuelta. Eso lo hice con la convicción de que no eran ni Petro ni Duque y eso suscita reacciones de unas personas y otras y por eso el trabajo nuestro es de persistencia, disciplina, no desenfocarse, no caer en trampas y no responder a agresiones.
¿Qué ocurrió para que en la Alianza Verde usted despierte amores y odios de forma tan proporcional?
La Alianza Verde tiene unas discusiones muy grandes. Hay un mundo que está asociado con Petro y su proyecto político es él. La Alianza Verde es un grupo muy amplio con los que yo he tenido mucha afinidad porque son una expresión de la política alternativa en Colombia. Es avanzar con seriedad porque yo creo que la inmensa mayoría de ellos comparte lo que nosotros compartimos. Tenemos que convocarnos y limas asperezas, pero estoy seguro que la vocación de la Alianza es alternativa, de centro y el cambio que queremos representar.
Ya que habló del voto en blanco, ¿lo volvería a apoyar si vuelve a estar en una situación similar?
Yo voté en blanco con plena conciencia. Lo hice público y esa era mi visión que yo mantengo. De hecho, todos los que estamos en la Coalición votamos en blanco. Pero lo que viene a continuación es que pasaré a la segunda vuelta con Petro y lo derrotaré. Eso es lo que va a pasar, por eso no estoy considerando esa hipótesis.
¿Qué opina de que el Nuevo Liberalismo pueda ir al Congreso de forma individual? ¿No es un golpe mortal a la coalición?
Acabo de salir de una reunión y estoy escuchando un montón de cosas. En todo esto hay que tener algo claro y es que tenemos que conversar, escuchar las diferentes miradas. Nosotros en la coalición hemos hecho un ejercicio de escucharnos, plantearnos alternativas y hay que recordar que el Nuevo Liberalismo ha participado casi por dos años con nosotros a través de Juan Manuel Galán. Esperemos porque sin conversar no quiero hacer juicios. En el momento de esta entrevista hay un montón de incertidumbres en el aire y para ellos solo hay que dialogar con serenidad y sin precipitarse.
¿La coalición tiene futuro sin los verdes, sin el nuevo Liberalismo y sin otros partidos que le puedan dar avales?
Todavía falta, estas son épocas de fricción porque son personas que van a participar. Nos hemos propuesto hacer una lista de la coalición para llegar unidos pero todavía falta conversar con Verdes y Nuevo Liberalismo. No quiero emitir un comentario que pueda ser erróneo
¿Qué pasó con la coalición, parecía robusta a comienzo de año y actualmente se ve como un actor cuyos miembros no están seguros de estar en ella?
Está claro que la Alianza Verde ha tenido una dinámica propia y tiene que sortear un montón de discusiones que son públicas. Ellos estaban desde el comienzo en la construcción de la Coalición. De hecho, la persona que nos convocó para construirla fue Iván Marulanda, que estaba dentro de la Alianza y ahora está en el Nuevo Liberalismo. Entonces, en la política hay intereses, situaciones que cambian y mi receta es tranquilidad para discutir las cosas. Estamos en medio de agitación, por eso no es prudente precipitarse.
¿Qué decirle a los que los ven como una coalición de hombres blancos que no representa la diversidad del país?
La Coalición es una construcción y hemos hecho un esfuerzo que queremos hacer notar. La pregunta es cuántas construcciones hay iguales. Nosotros esperamos que lleguen personas de diferentes procedencias, relevancias y que muestren una Colombia incluyente y que recoja esa diversidad, pero todavía falta. Tenemos que ir avanzando y construyendo. Esa tarea no se ha terminado, esperemos.
Ya que están en construcción, ¿cómo van a hacer para la falta de mujeres que tienen?
Es lo que ha ocurrido por las discrepancias en la Alianza. Ángela María Robledo llegó e hizo aportes importantes pero pues ella al perder su curul hizo un proceso de reflexión. También está Angélica Lozano, que es una protagonista importante de nuestra construcción y esa es parte de las discusiones de la política. La Alianza Verde están resolviendo. Ahora hay una persona muy importante que está con nosotros que es Ingrid Betancourt y todavía falta. Estamos revisando listas e invitando para que participen. Ahí vamos y esperamos que resulte una coalición amplia y diversa.
La situación de no incluir a Alejandro Gaviria recuerda un poco a 2018, en que no hubo acercamientos con Humberto de la Calle, ¿No están cometiendo el mismo error de ese entonces?
No. Eso se ha rumoreado pero es que falta dar información clara de lo que está pasando. Con Alejandro Gaviria solo hemos tenido una conversación en la que ya se sabe lo que ocurrió porque él manifestó que no tenía un interés en primera instancia de pertenecer a la coalición. Discutimos la participación del Partido Liberal asociado a la figura del expresidente César Gaviria y hemos dicho que no compartimos la orientación que ha dado este. Las puertas están abiertas pero la única forma de concretar es dialogando. Yo sigo pensando que la oportunidad está para ver las discrepancias y encontrar caminos alternativos.
Les critican que no quieran ir con César Gaviria pero en la coalición está Juan Fernando Cristo, señalado por algunos de politiquería...
Yo solo respondo lo que puedo responder. Deben preguntarle a él para que responda. Lo que nosotros hemos construido, Cristo, De la Calles, y Juan Manuel Galán se salieron de ese partido Liberal y hemos actuado de acuerdo a unos principios y reglas que han sido respetadas. Eso es lo que yo puedo decir. Hemos respetado nuestros compromisos, que incluyen derrotar el clientelismo. Juan Fernando Cristo lo ha asumido y esa es la forma en la que nos hemos relacionado en la Coalición. Y esto ha sido demorado porque la confianza se construye y no aparece de un momento a otro. Yo no puedo señalar hasta el momento ninguna contradicción de Juan Fernando Cristo con los principios que discutimos.
¿Si va separado el centro no es garantía de que lo que ustedes llaman los extremos lleguen a segunda vuelta?
Ya lo dije, en segunda vuelta voy a llegar con Petro y le voy a ganar.
¿No cree que ese pedestal moral en el que muchos lo ubican puede espantar a más de un votante?
No, al contrario, puede convocar a muchísimos. Estamos en política y esta tiene que cambiar. No es lo mismo de siempre. La política tiene que cambiar y la lucha contra el clientelismo es parte fundamental de la política que se merece nuestro país porque el clientelismo es la puerta de entrada para la corrupción y Colombia está indignada por las desigualdades, la pobreza y la corrupción. No es superioridad moral, es un principio básico de que el clientelismo destruye las instituciones y eso es lo que hay que tener claro. No debemos asustarnos con eso de superioridad o no.
Ahora se le ve muy activo en redes sociales tomando posiciones y manifestándose sobre varios temas. ¿Es una forma de tratar de alejarse de la imagen de “tibio” que le han asignado?
Yo voté en blanco y fue una decisión razonada, pensada y tomada a conciencia. No tengo ningún remordimiento a esa decisión. Ese término no me mortifica y estoy haciendo lo que considero correcto. Estamos participando en las redes y estamos en una etapa de la campaña en la que falta mucho por recorrer. No me desvelo por ese término porque son principios, convicción y trabajo con la gente, que es lo siempre hemos hecho.
Usted tuvo algunas columnas a favor de Uribe hace casi 30 años y por eso le dicen que es un uribista escondido. ¿Qué les dice a los que lo tildan así?
Primero, esa esa una afirmación genérica. Yo hace 30 años, en 1992 y 1993, fui parte de la comisión facilitadora de paz de Antioquia y en ese momento Uribe era del partido Liberal y hacía parte del poder popular. Todas las columnas que yo he escrito he explicado por qué digo las cosas. No soy del uribismo, no he sido y no lo voy a ser. Esa es sola una forma de querer descalificarme pero háganle el análisis a lo que han dicho los otros candidatos y donde han estado y van a descubrir algo de lo que me siento orgulloso: he sido coherente, todo lo mío está escrito, le he explicado y he respondido por cada una de las comas.
¿Cómo ganar el voto del uribista desilusionado por los cuatro años de gobierno Duque?
Lo que hay que ganar es el voto de toda la ciudadanía, no solo el voto uribista, porque son todos los que están decepcionados con el gobierno de Duque. Y la forma de ganar es haciendo la campaña que estamos haciendo. Estamos mostrando que el cambio que queremos comienza por el cambio en la política. Respetar no es indigno, este es el camino que queremos avanzar, unir y salirse de esa trampa permanente de una polarización que es dañino
¿Cuáles serían las banderas se su gobierno?
Hay dos banderas que siempre he tenido. La primera es la lucha contra la corrupción. En Colombia no se ha luchado efectivamente contra ella. Estamos atrapados en la idea de que la lucha contra la corrupción es sacar un montón de leyes que terminan no solucionando el problema porque se necesita la voluntad política para enfrentarla. La he enfrentado durante 22 años y la sigo enfrentando. Esa es una bandera donde yo esté y me siento orgulloso de defenderla y sé cuál es el costo porque tienen la idea de que los que no somos corruptos somos un estorbo. La segunda es la educación, que implica la educación escolar, pero también implica la ciencia, la tecnología, la innovación, la cultura como motor de la transformación de nuestro país. Muchos de los males de nuestro país se deben a que no le hemos dado el lugar que merece la educación. Esta para construir, transformar y para luchas contra la corrupción. Donde yo esté, hasta el día que me muera, trabajaré por la educación, a la que nunca le hemos dado la oportunidad. En tercer lugar está la seguridad, que va de la mano de la violencia. Todo eso afectado la existencia de las personas en nuestro territorio. Hay que trabajar por la paz del territorio y añadir nuevos elementos para seguir transformando. También hay que enfrentar la inseguridad ciudadana. Yo sé cómo se debe hacer y tengo las herramientas para evitarla. Hay un factor extraordinario que es el desempleo. El joven no tienen oportunidades.
¿Cuál es su propuesta de seguridad?
Hay diferentes temas asociados a seguridad. Está la seguridad en el territorio, que está asociada a la seguridad de las comunidades en las que el Estado no ha hecho presencia. Esta tiene que ser integral porque tiene que ver con la seguridad física, avanzar en la sustitución de cultivos y construir comunidades para que tengan oportunidades y esto tiene hacerse ya porque es una deuda de décadas. En el tema de la inseguridad ciudadana, que hace parte de la violencia que estamos viendo, debe haber la articulación del nivel local para trabajar con las tres instancias del gobierno. Debe haber claridad de los factores de violencia y ver dónde están las oportunidades para los jóvenes para que la violencia no sea alternativa y tener en cuenta los factores de violencia. También hay que articularnos porque la criminalidad no es de solo una zona sino que hay que articularse con la Fiscalía, la Policía y otras instituciones.
¿Cómo superar el temor que se le tiene a la Fuerza Pública?
La Fuerza Pública debe tener una transformación, pero no puede ser que se conviertan en el enemigo de la ciudadanía. Yo creo que estos últimos tiempos ha habido unas confrontaciones que deben aclararse y debe tenerse desde el comienzo un respeto por los derechos humanos, que es esencial a la democracia, y debemos hacer las reformas que correspondan. Por ejemplo, hemos dicho que hay que sacar la Policía del Ministerio de Defensa y crear un Ministerio de la Seguridad, debemos revisar a todas las personas que hacen parte de la Fuerza Pública e incorporarla para el desarrollo de las comunidades.
¿Debe acabarse el Esmad?
No, yo creo que el Esmad se debe transformar. Es un aparato de la Policía que es necesario para circunstancias que pueden ocurrir en una sociedad por una violencia que destruye. Pero debe ser un Esmad adecuado a estos tiempos y hay que hacer la transformación para solucionar los errores que se han cometido y recuperar la confianza de la ciudadanía.
¿Cómo seguirá con la implementación?
Hay una ruta ya establecida en ese proceso de paz. Tenemos que ver que recibimos de este gobierno, que ha hecho pedacitos, pero que nunca se comprometió a fondo a construir la paz en Colombia. Por eso lo que debe hacerse es respetar la institucionalidad que se ha construido, fortalecer la JEP, conocer la verdad y llevar la presencia del Estado al territorio. Siempre debemos mostrar que se pueden construir oportunidades y mostrar que toda persona es importante en cualquier lugar del Estado colombiano. Eso va acompañado de una propuesta que debemos elaborar de desarrollo rural como parte fundamental de la transformación productiva para ampliar las oportunidades y construir en unas poblaciones que han estado indefensas y no han tenido una oportunidad de vida digna.
¿Negociaría con el Eln y el Clan del Golfo?
Tenemos que considerarlo. Al mismo tiempo de que lo debemos considerar, en Colombia ha habido una gran cantidad de frustraciones entonces no podemos aumentarlas, pero es un aspecto que debemos que considerar. Es un asunto difícil, pero parte de los que queremos transformar a Colombia sabemos que debemos pasar la página de esta violencia tan horrible que nos afecta a las comunidades como en el Pacífico, el Bajo Cauca, el Catatumbo y otras regiones. Tenemos que acercarnos y buscar todos los caminos para lograr la paz. No se puede dejar de negociar.
¿Cómo trataría el tema de Venezuela?
Ya nos hemos manifestado en ese tema y la política de este gobierno ha sido errada en cuanto a Venezuela. Yo no comparto la política del gobierno de Maduro, creo que es la dictadura del siglo XXI. Es una calamidad que con toda la riqueza que tienen echen gente porque tienen hambre. Tenemos que saber que hay una gran cantidad de colombianos en Venezuela y tenemos una frontera y, a pesar de las discrepancias con un gobierno que no compartimos, debemos tener algún tipo de relación. Hay que mirar esa frontera con cuidado porque sabemos lo que pasa en Cúcuta con la frontera venezolana y lo que significa esa relación. Hay que tener relaciones a nivel consular y buscar apoyos para que Venezuela logre restablecer su democracia y tengan elecciones libres, con la oposición organizada y en libertad. Es un enfoque diferente al actual: tenemos muchas discrepancias pero siempre debe haber canales de comunicación y entender el sufrimiento de las personas que están a lado y lado de la frontera.
¿Cuál es su posición en temas como las drogas y la eutanasia?
Yo he dicho que creo en el derecho a la eutanasia y lo he hecho público con el caso de Marta Sepúlveda. En cuanto a las drogas, tenemos que avanzar para entender que es un tema de salud pública, tenemos que avanzar en la regulación de los consumos. Colombia tiene unas responsabilidades esenciales. En el tema de la marihuana lo debemos mirar con cuidado entendiendo las posibilidades del cultivo para uso medicinal y ver cómo van evolucionando los otros países en el uso recreativo, pero siempre haciendo un esfuerzo de salud pública. Entendiendo que es un esfuerzo global en el que no tomamos decisiones separadas. Tenemos que seguir enfrentando en el narcotráfico, nos tocó esto en la vida, pero con una perspectiva más amplia.
¿Y aborto?
Yo creo que las mujeres tienen derecho a decidir sobre su cuerpo. Es un tema complejo porque no es solo mi opinión sino que es parte de una discusión que debe tener nuestra sociedad porque hay tres puntos que ya están aprobados en la legislación y debemos hacer que se cumplan, que no se victimice a la mujeres por no cumplirlo. Debemos dar una discusión pública, seria y rigurosa. No será algo que yo digo, sino que es algo que debemos discutir a pesar de la naturaleza conflictiva del tema.
¿Alguna propuesta en tema de paridad y derechos de la mujer, sobre todo cuando se ve tan pocas mujeres en la Coalición?
Claro, nosotros vamos a presentar la propuesta del Ministerio de la Mujer, que tiene que ver con la paridad, la lucha con una sociedad digna para que las mujeres tengan igualdad de condiciones y por supuesto la expresiones de diversidad en nuestra sociedad con la comunidad Lgtbi, que tenemos que hacerla parte del desarrollo y reconocerla, respetarla y valoraría.
Iván Marulanda, cercano a usted en otras campañas, propuso la renta básica, ¿Lo ve viable?
Tenemos que definir una renta básica. Lo que pasa es que hay que revisar juiciosamente. Como concepto estoy de acuerdo pero hay que revisar las condiciones financieras que tenemos, las condiciones de las poblaciones donde deben ser aplicadas, pero Colombia necesita una renta básica y necesita reconstruir el tejido social.
¿Continuaría con algunos de los proyectos y programas de este gobierno?
Tenemos que revisar muchas cosas. Yo no soy de los que dice que porque lo hizo este Gobierno lo tenemos que destruir. Yo creo que tenemos que revisar con toda seriedad lo que estamos recibiendo. Yo he dicho que es un gobierno malo, que no ha estado a la altura de lo que pide el país y muchas cosas vamos a cambiar. Pero, hay cosas como el permiso que se le otorgó a los venezolanos en las que creó que hay aspectos positivos. Eso será parte de la discusión que tendremos en esta campaña porque hay otras como el cambio de la ley de garantías que no merece ningún tipo de respeto porque es a forma de que comiencen a circular recursos públicos en las campañas. Esas cosas tendremos que señalarlas y condenarlas.