“Hay un bloqueo que no solo tiene consecuencias para Petro, sino para todo el país”
Wilson Arias, senador del Pacto Histórico, asegura que la reforma a la salud no está hundida, pues la apelación que presentó mantiene vivo su debate. Cuenta que las relaciones están tensas en el Congreso, que su presidente, Iván Name, ha afectado el trámite legislativo y que hay una persecución judicial contra el Pacto Histórico y los proyectos del gobierno del mandatario Gustavo Petro.
Laura C. Peralta Giraldo
La reforma a la salud cumplió dos semanas de archivada, pero usted presentó una apelación. ¿Va a revivir?
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La reforma a la salud cumplió dos semanas de archivada, pero usted presentó una apelación. ¿Va a revivir?
La reforma no se archivó formalmente porque la votación quedó sometida a una apelación, que es un recurso para que el país no pierda todo lo invertido, los meses largos de discusión pública, el consenso. La apelación es para que el Congreso no tire por la borda la oportunidad de reivindicarse con los colombianos.
Es de anotar todo lo que ha ocurrido después de la votación de archivo en la Comisión Séptima: el informe tardío de la Contraloría que dice que se han perdido $9.2 billones, aparecen las intervenciones a las EPS por hechos que son constatables y, no puedo ocultar que algunas EPS nos han pedido tener una especie de fast track para que puedan adecuarse y no colapse el sistema. La apelación se puede convertir en una ocasión para que el Senado le sirva al país y evite muertes.
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El presidente del Congreso, Iván Name, designó a siete senadores para estudiar su apelación, pero ya se presentó una renuncia y dicen que se pueden venir más...
La composición de la comisión me parece que no fue tan salomónica como predica el doctor Name, que suele darle grandes nombres rimbombante a su propia obra. Que estén renunciando algunos de sus integrantes da cuenta de la complejidad del tema, aunque a veces es razonable porque están impedidos.
Yo espero que esto no coincida con una dilación, pues tenemos que darle cierto margen de temporalidad a la Comisión que eventualmente reciba la reforma a la salud, que no será la Séptima. No tendrá que empezar de cero, pero sí necesita un alistamiento distinto.
¿Y cómo están los ánimos en la Comisión luego de que usted apelara a la decisión que tomaron nueve de sus compañeros? Además, ellos avanzan en una reforma propia para radicarla el 20 de julio...
Yo siempre he tenido un trato cordial con todos mis compañeros, pero no puedo negar que la relación está tensa. Debo aceptar que no entiendo mucho una expresión que es muy recurrente, que le dicen colegaje. Es normal que haya un espíritu de cuerpo en los organismos de este tipo y la cordialidad y el buen trato son necesarios, pero, al tratarse de una institución que predica el interés general, se debe subordinar el relacionamiento interpersonal.
Sin embargo, reconozco que mis determinaciones han conducido a una tensión que es evidente aún en el curso de las mismas sesiones, pero se pueden recomponer rápidamente porque debe primar la madurez.
¿Por qué insistir en la reforma cuando les han dicho que no?
Estamos ante una ocasión en la que la historia toca la puerta, es una oportunidad que tiene el país, que no da más espera en materia de salud. Muchos dicen tranquilos, dejen que se hunda la reforma, que después volvemos a hablar, pero son los mismos que dijeron eso hace diez años. Un informe, también de la Contraloría, dijo hace una década lo que escuchamos hoy, solo que no tan agravado, ¿y qué ocurrió?, que muchas EPS colapsaron y es el Estado el que tiene un hueco fiscal a cuenta de ello.
Con la reforma pensional ha sido diferente y lograron aprobar su ponencia, ¿se logró conciliar?
Pasan varias cosas. De una parte, en materia de salud, el vínculo del Congreso es distinto que en materia de pensiones, en la que ha habido negociaciones y mejor campo de diálogo, por ejemplo, en que el umbral se modificara. El Partido Liberal y el Partido de la U han hecho un esfuerzo grande, un estudio exhaustivo para darle una oportunidad al cambio pensional.
No ha sido fácil, en el Congreso nos han hecho jugaditas, una sucesión de impedimentos, pero estamos ganando por pocos votos y a punto de entregarle a la Cámara un proyecto que puede ser mejorado notablemente.
¿Cree que los choques entre el presidente Iván Name y el presidente Gustavo Petro han perjudicado el trámite legislativo?
Me parece que el presidente del Congreso está apostándole cada vez más a una estrategia dilacionista, que es también producto de un debate nacional muy agudo. Name, hace poco hizo un llamado a la mesura al presidente Petro, pero al hacerlo se desquició y se tiró una sesión importante. Él puede tomar la decisión de levantar sesión, pero el problema es el efecto que produce sobre el trámite legislativo, no está un presidente de un parlamento para desquiciar el trámite legislativo.
Varios de sus compañeros del Pacto Histórico dijeron ante la CIDH que hay una persecución judicial y un bloqueo, ¿también lo cree usted?
Yo soy víctima de la persecución de la Procuraduría por mi defensa a los jóvenes que hicieron parte del estallido social. Se me acusa de interrumpir los procedimientos judiciales y por eso mi curul en el Senado también ha estado amenazada. Hay una persecución injustificada de parte de la Procuraduría, que ha efectuado sanciones contra el canciller Álvaro Leyva y contra varios congresistas como la representante Susana Boreal, solo porque dijo que se había metido un ‘cacho’. También de parte del Consejo de Estado, que ha hecho unas aperturas de unos procesos por doble militancia que no tenían ningún fundamento.
Hay un intento de bloqueo institucional, pues también hay varias demandas sobre proyectos, como una norma para que los jóvenes tuvieran cero intereses en las deudas del Icetex, pero la tumbaron con un concepto de la Procuraduría. Eso podríamos sumarlo a otras talanqueras como en el Congreso o a algunos jueces tumbando las medidas tarifarias que plantea el Gobierno o el interés de ayudar a la Guajira mediante el decreto de una emergencia económica y social.
¿A qué cree que se debe lo que ustedes llaman bloqueo?
Todo se explica en que somos una expresión política que tiene puntos de vista muy contrarios. Se ha generado un bloqueo que podría arruinar cualquier obra de gobierno y que no solo tendría consecuencias para el presidente Petro, sino para todo el país.
¿Cómo cree que serán los próximos años del gobierno del presidente Petro?
A veces hacer futurología en Colombia es difícil, pero, tengo una especie de vocación de optimismo y creo que en estos momentos hay razones para serlo. Contrario a lo que decían, no se fugaron los capitales, no se produjo la hiperinflación. Colombia ha sido fuerte y este Gobierno ha podido paliar la crisis que es mundial, la recesión, en la que no nos ha ido tan mal. Hay un debate público muy aireado, hay un espíritu de debate en la sociedad y este es un cambio que continúa independientemente de las temporales encuestas que hay sobre el Gobierno.
La gente está incubando una especie de sentimiento de participación que podría dar tanto en el proceso constituyente, no solo en la Asamblea, sino como un estado de ánimo que nos ayude a que inclusive pensemos más allá del 2026.
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